El Alma detrás de «Románticos y Revolucionarios» – Entrevista con Ricardo Sciammarella

Entrevista con Ricardo Sciammarella

Ricardo Sciammarella, director artístico y musical del Ensamble Concentus BA, nos brinda una mirada profunda sobre el ciclo «Románticos y Revolucionarios». En esta entrevista, nos habla sobre la génesis del proyecto, la selección de las obras, la narrativa musical y el impacto de este tipo de propuestas en el público. Los conciertos serán desde el 18 de junio hasta el 10 de septiembre y las entradas se podrán adquirir en la boletería del Teatro Avenida o por Ticketek.

Por Gabriela Levite


¿Cómo surge la propuesta de este ciclo «Románticos y Revolucionarios»?

La idea surgió el año pasado durante un almuerzo, como casi todo en mi vida. Después de «Diálogos», lo lógico era que siguiera «Románticos y Revolucionarios», que apunta en dos direcciones: por un lado, la esencia romántica del sturm und drang en el que se inscribe un momento estético del mal llamado clasicismo vienés, y en particular la música de Franz Joseph Haydn.

Por otro lado, el hecho absolutamente incontrovertible de que aquellos tres genios en los que se centra el ciclo fueron auténticos revolucionarios: Haydn, Mozart y Beethoven. Sin la Sinfonía Júpiter, no habría existido la Eroica. Sin la Sinfonía 104 de Haydn, no se entiende buena parte del sinfonismo que vino después (Beethoven incluido). Y sin el Réquiem de Mozart, la música religiosa que llega hasta el siglo XX hubiera sido otra. Walton, Britten o Ligeti, por no hablar de Twyla Tharp, abrevaron en estas caudalosas aguas.

Y la otra cara de la moneda somos nosotros, Concentus, un proyecto romántico y revolucionario a contrapié de lo que se hace en nuestro país. El eje del ciclo, por lo tanto, son tres obras capitales de la primera escuela de Viena: la Sinfonía 104 de Haydn, la Sinfonía 41 de Mozart y la gran heredera de ellas, la Eroica. Parafraseando a Stefan Zweig, son tres momentos estelares, revolucionarios, de la historia de la humanidad.

Concentus BA

¿Cuál fue el criterio para la selección de obras?

Simplemente se trató de hilvanar una narrativa musical que nos llevara directamente a la Eroica. Aderezada con otros condimentos musicales, naturalmente. Por ejemplo, el 4 de mayo de 1795, Haydn estrenó en Londres la Scena di Berenice y la Sinfonía n° 104. Era evidente que debíamos hacer ambas obras en un mismo concierto. Terminar en la Eroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre, era el lógico corolario cuyo evidente antecedente es la Jupiter que recibe este apodo en Londres. Gluck y su Don Juan tienen un antecedente en el primer concierto.
El Ensamble ya incursionó en la pasada temporada en un repertorio del siglo XIX con el estreno de la música de Juan Crisóstomo de Arriaga en el Teatro Colón y el paso a Beethoven era ya necesario y natural.

En cada propuesta hay una fuerte impronta narrativa, ¿cómo es el trabajo que tejen entre el texto y la música?

Pienso que siempre debe haber una narrativa, no solo inmanente a la música sino también como consecuencia de ella. En este caso, es la natural que nos propone la música que queremos contar. Cada concierto aborda un aspecto singular que apunta al futuro, pero también hemos buscado atraer al público desde un lugar menos académico sin por ello perder de vista la historia auténtica.

Hay una puesta escénica, ¿nos podés dar más detalles?

No… es un secreto guardado bajo siete llaves. Lo que puedo adelantar es que será muy divertido y sorprendente. Sin duda, una evolución importante desde aquel “Mozart camino a Praga”.

Tres sinfonías revolucionarias, una gran escena dramática en el mejor estilo romántico del sturm und drang, dos obras geniales del repertorio religioso clásico que los conmoverán, un dúo concertante genial y un fascinante diálogo entre música y pintura – Ricardo Sciammarella

¿Crees que este tipo de propuestas sirve para acercar nuevos públicos?

Al menos es lo que espero. Por un lado, atraer nuevos públicos que pueden ser habituales de otros contextos, que vean que no hay que ser un conocedor para acercarse a la música de Haydn y Beethoven, basta con abandonarse a ella como si se abandonaran a una canción de Los Beatles, sin caer en demagogias facilonas. Al mismo tiempo, espero que el público más conocedor pueda descubrir un Haydn, Mozart y Beethoven diferentes, sorprendentes en esencia. En especial Haydn, que es oro puro y que aún hoy es muy mal entendido. Sacarle el sanbenito perdonavidas de “Papá Haydn” es, para mí como músico, un objetivo muy importante. Sin él, Bruckner o Mahler no existirían. También pienso que entrar en un proceso dialéctico con nuestro tiempo es fundamental. Sin olvidar que arte es uno y todo a la vez: música, literatura, pintura, teatro… Schumann así lo veía y así lo veo yo también. Y sin arte no vamos a ninguna parte como sociedad. Es lo único que nos hace libres y más humanos.

Si tuvieses que describir la diferencia de interpretación entre una agrupación instrumental estándar actual y el Ensamble Concentus BA, ¿qué dirías?

Diría que nosotros intentamos recuperar una forma de decir la música de ese periodo histórico buscando revitalizar sus colores y su razón de ser. Hay una forma de pronunciar, de decir, de contar esta música que llega hasta Brahms y Wagner que merece ser recuperada. Los tempi son más ágiles, la dicción más transparente, los contrastes muy pronunciados, la afinación es completamente diferente. Más baja, más humana, menos tensa. Hay mucha investigación y estudio detrás de cada uno de nuestros conciertos, como cuando se restaura un cuadro y este recupera los colores, luminosidad y brillo que tuvieron antaño. Esto, más allá del concepto, nos ayuda también a interrogarnos a nosotros mismos como personas del siglo XXI, nos enfrenta a nuestra condición de seres humanos.

¿Podrías darnos algunas palabras para que el público no se pierda estas propuestas?

Lo voy a resumir de la siguiente manera: tres sinfonías revolucionarias, una gran escena dramática en el mejor estilo romántico del sturm und drang, dos obras geniales del repertorio religioso clásico que los conmoverán, un dúo concertante genial y un fascinante diálogo entre música y pintura. Matizados por la presencia de un demiurgo impertinente y una entrevista inesperada. Todo con instrumentos originales del siglo XVIII, por primera vez en nuestro país y otros condimentos que no voy a desvelar pero que sorprenderán. Tales son los ingredientes que les propone el Ensamble Concentus BA para esta nueva temporada de cuatro conciertos en el Teatro Avenida titulada «Románticos y Revolucionarios».

Si quieren redescubrir esta música genial, si quieren pasar un momento especial, diferente a lo que se hace en otras salas, entonces tienen una cita con nosotros. Los esperamos en el Teatro Avenida el 18 de junio, el 16 de julio, el 15 de agosto y el 10 de septiembre. Viniendo a nuestros conciertos apoyan al arte hecho por argentinos y para argentinos. El público, como lo fuera en tiempos de Haydn, Mozart, y Beethoven, es nuestra razón de estar en el escenario; sin él no existiríamos.

¿Podrías contarnos un poco más sobre los comienzos de Concentus BA? ¿Qué los inspiró a formar esta agrupación?

Nuestros comienzos estuvieron marcados por la pandemia del COVID-19, en un principio armamos un grupo casi exclusivamente en base a la riquísima cantera de músicos que se dedican al barroco en Argentina. Luego, poco a poco, se fue moldeando un grupo estable que, con muy pocas excepciones, se mantiene desde hace ya cinco años, con lo que el ensamble comienza a desarrollar una forma de respirar y de producir sonido. Es mucho lo que queda por hacer pero cuanto más tocamos, más crecemos. También coadyuva enormemente el hecho de contar con artistas que al Ensamble lo hacen crecer como fue el caso el año pasado del Maestro Pablo Saravi que en esta temporada vuelve acompañado de una extraordinaria violinista española: Lina Tur Bonet. Con ellos el grupo crece artísticamente. Y espero que en el 2025 podamos incorporar a la lista a otros grandes, siempre con la idea de que la calidad artística del grupo mejore.

La razón de ser no fue otra que la de revisitar a los compositores de mediados del siglo XVIII en adelante con criterios historicistas, algo que en nuestro país no se hace. El nicho es enorme y está todo por hacer, incluida la recuperación de patrimonio sudamericano. Mi objetivo es llegar poco a poco a Brahms, es decir la segunda mitad del XIX. El mayor problema con el que nos topamos es el instrumentario, lamentablemente en la Argentina la práctica historicista, más allá del mal llamado barroco tardío, no se practicó nunca y faltan músicos e instrumentos. Sin ir más lejos, para poder hacer el Réquiem de Mozart vienen dos especialistas de Brasil que tocan corno di bassetto. Tampoco hay fortepianos para poder incursionar en Mozart, Beethoven y por qué no Chopin. Las lagunas son grandes pero no insuperables.

 ¿Cómo fue el proceso de reunir a músicos de distintos lugares para formar el ensamble? ¿Cuáles fueron los principales desafíos y cómo los superaron?

Soy de la idea de que el talento no está solo en la Capital Federal, hay muchísimo talento en todo el país a la espera de ser puesto en valor. Si a eso sumamos que creo en la importancia de reunir gentes de diferentes lugares y sensibilidades como una gran fuente de inspiración, energía y creatividad. No hay mucho más que decir. Los problemas de infraestructura para traer a músicos de Córdoba, Santiago, Rosario o Mendoza (por no hablar de los chilenos o brasileños que quieren tocar con nosotros) en un país tan grande y abandonado como la Argentina, son enormes pero la imaginación, el entusiasmo y las ganas de hacer suplen muchas carencias que en otros lugares serían impensables. Ni hablemos del problema de tener una sala de ensayos apropiada, las que hay en la ciudad son malas y carísimas. Pero vamos paliando los problemas.

Dado que usted vive en otro país y viene especialmente para la realización de este ciclo de conciertos, ¿cómo manejan la logística y la coordinación para los ensayos y las presentaciones?

Lo primero que hubo que pensar, además de los músicos, fue en armar una infraestructura interna para poder gestionar cada proyecto. Poco a poco, a base de errores y correcciones, llegamos a tener un equipo de gente que trabaja con enorme entusiasmo para el ensamble, es decir para los músicos. Yo viajo tres veces por año y trato de armar mi agenda en función de lo que se va programando, pero además estoy en contacto permanente con mi equipo; hoy es muy fácil con el actual desarrollo de la tecnología. Cada tarea está perfectamente delegada, distribuida y coordinada. Dicho de otra forma, el ensamble Concentus BA es sus músicos y un equipo que los cuida y acompaña.

¿Sobre el futuro de Concentus que nos podés adelantar?

Concentus sigue después de septiembre con un concierto en Uruguay y la grabación de un primer disco de Arriaga para un sello discográfico europeo. Naturalmente, ya estamos planeando el 2025.
Además, gracias a un importante convenio que tenemos con el canal ALLEGRO HD, estamos llegando a siete países de Sudamérica y en este año por segunda vez nuestras grabaciones han recibido el honor de ser declaradas “Acontecimiento destacado del mes” por el board de la empresa. Ahora se puede ver y escuchar el concierto Mozart del Avenida del año pasado y en junio el estreno de la música de Arriaga que presentamos en el Teatro Colón en noviembre pasado. Estamos exportando a nuestra manera eso que se llama “marca país”.

Conciertos de Concentus BA

El Ensamble Concentus BA, primera orquesta historicista argentina dedicada al clasicismo y romanticismo, presenta en el Teatro Avenida el Ciclo “Románticos y Revolucionarios”. Este ciclo de cuatro conciertos comenzará el 18 de junio y se extenderá hasta el 10 de septiembre, con un espectáculo al mes. Dirigido artísticamente y musicalmente por Ricardo Sciammarella, fundador del Ensamble Concentus BA, esta propuesta promete una experiencia musical única.

Junio 18. «Un vienés en Londres»
– Obras de F.J. Haydn
– Obertura de *Armida*
– *Scena di Berenice* (estreno en Argentina)
– Sinfonía n.º 104 en ReM «Londres»
Solista: Alejandra Malvino
Textos y dramaturgia: Betty Gambartes y Diego Vila
Narrador: Néstor Caniglia
Iluminación: Roberto Traferri

Julio 16. «Un Requiem para…»
– Obras de W.A. Mozart
– *Réquiem K 621*
– *Ave verum corpus*
Grupo de canto coral, director: Nestor Andrenacci
Solistas:
– Silvina Patryna
– Sarah Migliori
– Ricardo Gonzalez Dorrego
– Victor Torres
Textos y dramaturgia: Betty Gambartes y Diego Vila
Narrador: Néstor Caniglia
Iluminación: Roberto Traferri

Agosto 15. «Las máscaras de don Juan»
– Obras de Chr. W. Gluck
– Suite del ballet *Don Juan* (estreno en Argentina)
– Obras de W.A. Mozart
– *Sinfonía Concertante en Mib M K. 364*
– *Sinfonía en DoM K. 541 «Júpiter»*
Solistas:
Lina Tur Bonet, violín (España)
Pablo Saravi, viola

Septiembre 10. «Románticos y revolucionarios»
– Obras de L.v. Beethoven
– Obertura de *Egmont* Op. 84
– Sinfonía n.º 3 en Mib M Op. 51 «Eroica»
Imágenes: Eduardo Hoffmann, artista plástico

Las entradas se podrán adquirir en la boletería del teatro o por Ticketek.

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