Hablamos con la pianista polaca Lidia Książkiewicz, quien abrirá la temporada 2024 de la Asociación Cultural Argentino-Polaca (ACAP) con un concierto en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Nos cuenta sobre su trayectoria, su relación con la ACAP, y nos adelanta un concierto que dedicará a obras de Bach, Beethoven, Chopin, Scriabin y Piazzolla.
Por Virginia Chacon Dorr – Ph. Milo Lee
Lidia es una pianista y organista polaca que reside en Francia. Se ha presentado en los principales escenarios europeos. Ganó prestigiosos premios, incluyendo el Gran Premio de la Academia de Bellas Artes de Angers. Es una apasionada del tango, y visita Buenos Aires regularmente para perfeccionarse en su danza. Colabora permanentemente con nuestra institución brindando conciertos, la ACAP es una entidad sin fines de lucro que lleva dos décadas promoviendo la cultura de ambos países.
En esta oportunidad, también hablamos con Ivonne Rajczakowski, miembro de la ACAP, quien expresa la importancia del próximo concierto: “Siempre decimos que lo mejor que le podemos ofrecer a los artistas es una sala llena así que están todos cálidamente invitados a escuchar a Lidia Książkiewicz. Este concierto es bastante especial porque es la apertura de la Temporada 2024 y, además, porque es la primera vez que presentamos una actividad musical en la Biblioteca Nacional. El concierto será el jueves 11 de abril a las 19 horas en el Auditorio Jorge Luis Borges, con entrada libre y gratuita. Estamos muy agradecidos también con estas instituciones de gran prestigio que nos abren generosamente las puertas” – Para ver la entrevista completa a Ivonne Rajczakowski hacer click aquí.
Ahora sí, sin más espera, conversamos con la artista.
-¿Cómo ha sido su experiencia colaborando con la Asociación Cultural Argentino-Polaca y qué significado tiene para usted esta relación cultural entre ambos países?
-Nuestra colaboración es reciente pero muy fructífera. Ya hemos podido lograr dos proyectos comunes: un concierto incluyendo la participación del Coro del Club de la Ciudad de Buenos Aires, con repertorio popular argentino, y un concierto dedicado a Chopin en la Fundación Rómulo Raggio. En dos semanas voy a abrir la temporada 2024 de ACAP en la Biblioteca Nacional; esta es la tercera presentación en Buenos Aires, y estamos pensando en alguna presentación en el interior del país. Para noviembre, hay otro proyecto importante: se trata de un concierto de cuerdas de Chopin con la colaboración de una orquesta de cámara (ya está todo bastante avanzado, pero no puedo adelantar más detalles, ¡será sorpresa!). La Asociación Cultural Argentino-Polaca es muy activa y ofrece muchas actividades culturales, no solo musicales, sino también conmemorativas, literarias, cinematográficas y sociales relacionadas con ambas culturas. Para mí es un placer y una suerte poder colaborar con ellos.
Si vuelvo a menudo a Argentina para tocar allí es gracias al público que es especialmente cálido. ¡La acogida es incomparable con la de cualquier otro país!
-Como pianista con una amplia experiencia internacional, ¿cómo cree que la música clásica y el arte en general pueden contribuir a la promoción del entendimiento intercultural y la colaboración entre países?
-La música es un idioma universal, relacionado con las emociones que son similares en todas las culturas. La música escapa de las barreras impuestas por el idioma, la política, la educación o las creencias. Es por eso que el entendimiento se crea instantánea y automáticamente con los públicos en todas partes. El entendimiento es la base del logro en el trabajo en común.
En cuanto a la promoción, cabe señalar que el desarrollo de cualquier civilización se juzga a posteriori por su avance cultural, que es todo lo que queda de civilizaciones pasadas. Así, el intercambio cultural entre países cumple no solo el rol «estético», sino que es un vector de intercambio intelectual, de pensamiento elevado a un alto nivel. Y los dos países, tanto Argentina como Polonia, tienen mucho que intercambiar a este nivel.
-Sabemos que es una apasionada del tango, ¿cómo nació esa faceta artística?
-Nació conmigo. Desde pequeña, me apasionó tanto el baile como la música. Mi primer tango lo toqué a los 9 años (fue el tango de Albéniz). Cuando comencé mi vida profesional como músico, muy rápidamente sentí el deseo de darle mi toque personal al tango realizando arreglos de la música de Astor Piazzolla para órgano y también grabando un CD del mismo compositor con una interpretación a medio camino entre la música clásica y el jazz. Y ahora, desde hace 5 años, expreso el tango a través de mi cuerpo, bailando y enseñando este baile en una asociación en Francia.
-¿Podría hablarnos sobre la relación que explora entre el piano y el órgano en su libro sobre la técnica del piano romántico y su aplicación en el repertorio para órgano, y cómo esta influencia se refleja en su interpretación?
-Esta es una pregunta muy interesante. La relación entre los dos instrumentos ha evolucionado a lo largo de los años y siempre sigue evolucionando. Empecé a tocar el piano a los 5 años y conocí el órgano a los 20 años, siendo ya una pianista activa en el panorama nacional.
Muy rápidamente me di cuenta de que, a pesar de ciertas similitudes (los teclados), los dos instrumentos son completamente diferentes tanto en su forma de generar sonido como en el repertorio que tienen. Estas diferencias ofrecen tantas posibilidades de expresión artística… que son difíciles de gestionar, sobre todo si intentamos manejar los instrumentos al mismo nivel. En el momento en que estaba haciendo mis estudios, estaba terminantemente prohibido practicar ambos al mismo tiempo, considerando que la práctica simultánea de ambos es incompatible. Entonces, estudié en secreto en dos ciudades diferentes. Esa es una de las razones por las que escribí el libro. Quería brindar mi testimonio y demostrar que la práctica de ambos instrumentos no solo no daña, sino que permite enriquecer la práctica de cada instrumento por separado y aportar una visión mucho más amplia en la interpretación artística y la libertad en la expresión musical.
-Sobre el próximo concierto en Argentina, ¿cómo ideó el programa y qué criterios consideró al seleccionar las obras?
-Para este concierto, me gustaría compartir con mis oyentes las obras que se encuentran entre mis favoritas en el repertorio de grandes clásicos. A veces, determinadas obras son tan conocidas que al final ya nadie se atreve a interpretarlas en concierto, ¡o rara vez! Es el caso, en particular, del primer Preludio y fuga de J.S. Bach de «El teclado bien temperado», de la Sonata «Clair de Lune» de Beethoven o del Nocturno en do sostenido menor de Chopin.
-¿Cómo describiría su estilo particular? ¿Qué elementos considera más importantes al abordar obras de diferentes períodos y estilos musicales?
-Si tuviera que describir mi expresión artística en una sola palabra, sería libertad. Yo deseo mi interpretación libre de dogmas, prohibiciones académicas, de «cómo se debe». Esto viene con la edad, creo. Cuando pienso en «libertad», no pienso en «anarquía». Son necesarios estudios sólidos para comprender la complejidad y la lógica de la escritura musical. Y es entonces cuando podremos avanzar libremente por un camino marcado por el conocimiento profundo.
-Además de su destacada carrera como intérprete, también ha compartido su conocimiento como docente y jurado en concursos internacionales. ¿Qué aspectos encuentra más gratificantes en su labor pedagógica y cómo cree que enriquece su propia práctica musical?
-Como miembro del jurado internacional, siempre busco animar a todos los jóvenes, pero premiar a aquellos que realmente lo merecen. En otras palabras, prefiero centrarme más en la individualidad y la personalidad que en la excelencia técnica o el virtuosismo. En cualquier caso, el público comprobará rápidamente qué prefiere escuchar: una máquina de notas rápida o un poeta de su instrumento. ¿Y enriquece esto mi propia práctica musical? ¡Por supuesto! Me inspiro todos los días en cosas hermosas: la juventud, con su vitalidad, frescura de ideas y audacia, es una de esas.
Sobre el concierto
El concierto será el jueves 11 de abril a las 19 horas en el Auditorio Jorge Luis Borges. La entrada es libre y gratuita, el ingreso es por orden de llegada.
PROGRAMA:
- Chopin: Polonesa en La mayor Op. 40 n°1”Militar”
J.S.Bach : Clave bien temperado, libro 1. Preludio y Fuga nº 1 en Do mayor BWV 846
Ludwig van Beethoven : Sonata n.º 14 en do sostenido menor, Op. 27 n.º 2, Quasi una fantasia, «Claro de luna»
- Scriabin : Estudio Op. 2 n°1 en Do sostenido menor
Astor Piazzola : Sunny’s Game
- Chopin : Nocturno en Do sostenido menor Op. póst.
- Chopin : Estudio Op. 25 n°9 en Sol bemol mayor «La mariposa»
- Chopin : Balada Op. 23 n°1 en Sol menor