GALA DE BALLET ELEONORA ABBAGNATO Y ÉTOILES ITALIANAS EN EL MUNDO A cargo de DANIELE CIPRIANI.
Una excelente Gala con un variado repertorio, deleitaron con hermosos y emblemáticos pas de deux clásicos, dos solos masculinos propios de un bailarín con formación en la compañía de la legendaria Pina Baush, un par de dúos genuinos llenos de pasión con excelente técnica neo-clásica, no faltó la impronta de Balanchine que también se hizo presente en esa noche y finalizando un cierre con una coreografía propia de Roland Petit quien fuera el elegido por la Abbagnato para conmemorar en este Gala.
Por Luz Lassalle.
Comienza la velada con una voz en off en frances que refiere "La noche de amor escondido" inmediatamente se hacen presente dos almas danzantes en un delicado Adagio neo-clásico creada en los años 70 para la mismísima Maya Plisetskaya, estamos ante La rose Malade, dejando lucir a la grand Étoile de la Ópera de París Eleonora Abbagnato con sus explendidos arabesques y su gracia sobre las puntas de los pies acompañada de otro gran intérprete Giuseppe Picone.
Coreografía: Roland Petit. Música: Gustav Mahler. Con: Eleonora Abbagnato y Giuseppe Picone.
Para el segundo número se disfrutó una variación masculina. Who Cares? con un bailarín con rítmica y gracias propias del estilo del Jazz de los años 70
Coreografía: George Balanchine. Música George Gershwin. Con: Amar Ramasar.
El tercer momento llegó desde la platea,el bailarín atravesó la sala para presentarse en el escenario con una coreografía propia, Al Faro, un extracto de excelentísima calidad escénica, con claro manejo del cuerpo y de un lenguaje corporal con esencia característica de la Baush, una iluminación claramente definida y bien utilizada que lo acompañó durante toda la secuencia.
Coreografía: Damián Ottavio Bigi. Música: Amón Tobin. Con: Damián Ottavio Bigi.
Se da lugar entonces a tres renombradas piezas clásicas cada una con su estilo, La Sylphide, llena de gracia, simpatía y ese espíritu platónico de los amores imposibles. La suite del acto III de Carmén, cargada de pasión, traición y muerte, y para finalizar se presentó el pas de deux del cisne blanco del Acto II de El Lago de los cisnes, etérea, pura, en-soñadora y envolvente. Todas estas piezas contaron con admirable técnica de sus bailarines, bien enfocados en el rol que interpretaron.
La Sylphide: Coreografía: A. Bournonville. Música Lovenskiold. Con Svetlana Lunkina, Francesco Gabriele Frola.
Carmen: Coreografía: Jiri Bubenicek. Música: Bizet. Con: Sussana Salvi, Amar Ramasar, Alessio Rezza.
El lago de los cisnes: Coreografía: Lev Ivanov. Música: Chaikovski. Con Flavia Stocchi, Giuseppe Picone.
Para cortar con el clasicismo nuevamente aparece Bigi, en Les Indes Galantes siendo él intérprete de su propia creación, maravillando nuevamente con esa plasticidad corporal acorde al lenguaje utilizado, en esta ocasión respondiendo a un fondo de sonido de voces que se irán tornando cada vez mas presentes superponiéndose con tambores y violines.
Coreografía: Damiano Ottavio Bigi. Música Jean-Philippe Remau. Con Damiano Ottavio Bigi.
Momento para el pas de deux del Acto III de Don Quijote, no faltó la fuerza y gracia que caracteriza esta obra, que a muchos nos lleva directamente al gran Baryshnicov. Saltos, giros con esa impronta española que desparrama alegría entre tanta música festiva que invita a la admiración.
Coreografía: Laurent Hilaire, M Baryshnikov. Música: L. Minkus. Con Susanna Salvi, Alessio Rezza.
La ocasión le abre paso Le Parc, nuevamente el público quedó deleitado con esta pieza coreográfica, fresca, armoniosa, un pas de deux de lineas neo-clásicas lleno de amor, sensualidad y atractivos enlaces que incluyen un eterno beso que toma vuelo para desarmarse en un final completamente pasional, muy bien llevado acabo por sus intérpretes, que lograron empaparse en éste hálito de amor sin fronteras.
Coreografía: Angelin Preljocat. Música: Morzart. Con Eleonora Abbagnato, Benjamin Pech.
Lo último de índole clásica elegido para esta Gala fué el pas de deux del Acto II de El Corsario, como era de esperar los bailarines brillaron por su técnica, gracia y conexión entres sí, no faltarón los grandes saltos de la variación masculina ni los famosos rond de jambe fouettés de la femenina.
Coreografía: Marius Petipá. Música: Ricardo Drigo. Con Svetlana Lunkina, Francesco Gabriele Frola.
Para cerrar se eligió nuevamente una pieza de Roland Petit, con música de Irvin Berlin, Cheek to Cheek, cálida, fresca y divertida. En escena una mesa, dos sillas y una pareja, Alessio Rezza y Eleonora Abbagnato con inagotables subidas y bajadas reutilizando una y otra vez la utilería presentada, los bailarines se desenvolvieron con amplia gracia y gestualidad a merced de la estética requerida. Se sumarán a esta escena todos los bailarines que pasaron por el escenario manteniendo el atractivo y la línea de la obra original de Petit, provocando aplausos al ritmo de la música por parte del público cual se nota deleitado con tan notables Étoiles del ballet.