El 26 de diciembre de 1985 el Teatro Colón se vistió de fiesta para festejar el cumpleaños número 80 de Osvaldo Pugliese, lo que significó uno de los hitos de la historia del tango.
Por Virginia Chacon Dorr
El 26 de diciembre de 1985 el Teatro Colón se vistió de fiesta para festejar el cumpleaños número 80 de Osvaldo Pugliese, lo que significó uno de los hitos de la historia del tango.
Los relatos sobre aquella noche confluyen en resaltar la asistencia del fervoroso público: las entradas se terminaron en un día y la velada contó con alrededor de 5000 asistentes. Ante este dato lo primero que puede pensarse es “Los números no dan, la capacidad del Colón es muy inferior”. Para que la cifra cierre es necesario imaginar a los efusivos fans apiñados en los pasillos, parados por todos lados, esperando la aparición del Maestro y sus músicos sobre el escenario. Carlos Ares narra para el diario El País el inicio del concierto: “Luego de la lectura de un poema a cargo del actor Luis Brandoni, cuando la intensa luz de un reflector acompañó el ingreso del músico, una estela de rosas rojas siguió sus pasos sobre el escenario. Esa flor, la rosa roja, arrojada desde los palcos y la platea, era el símbolo con que el público recordaba los años en que Pugliese era perseguido y detenido por su militancia comunista”. Esa persecución le valió al Maestro, muchos años después, una disculpa del mismísimo Juan Domingo Perón.
El programa contó con grandes obras de la autoría de Don Osvaldo, entre ellas Recuerdo, Protocoleando y La yumba. Por supuesto no faltó La mariposa, reservada para ser interpretada fuera de programa. Pero no sólo las canciones (coreadas desde todos los puntos de la sala) deleitaron a los asistentes, sino también la presencia de grandes músicos. La formación presentaba a Roberto Álvarez, Alejandro Prevignano y Fabio Lapinta en bandoneones; Osvaldo Monterde, Fernando Rodríguez, Diego Lerendegui y Gabriel Rivas, en violines; Merei Brain en viola y Amílcar Tolosa en contrabajo. Todos ellos bajo la dirección del Maestro Pugliese, también al piano. La yumba cerró el programa con la visita de músicos históricos de su Orquesta.
Es interesante ver en el programa de mano cómo la fecha impresa (miércoles 18 de diciembre) está prolijamente tachada y reemplazada por una escrita a mano: 26 de diciembre. El motivo de la postergación fue tan simple como potente: una huelga de trabajadores municipales motivó a ajustar la agenda.
Tras sus gruesos lentes Pugliese observó la vida y el tango desde un profundo compromiso para con los derechos de los trabajadores y la divulgación de la música popular. Su orquesta funcionó como una cooperativa y su constante intención fue que la música llegue al pueblo trabajador. No renegaba de su ideología o sus consecuencias ni en los peores momentos, y su orquesta no dejó de tocar ante sus ausencias por motivo de censura (de gobiernos elegidos democráticamente y de gobiernos de facto): si Don Osvaldo no podía estar sobre el escenario, su lugar lo tomaba una flor roja sobre el piano cerrado.
Pugliese le dedicó a su querida vieja el cierre del concierto. Ella fue quien coreó por primera vez una frase que se repetirá en múltiples contextos de la vida del Maestro, hasta convertirse en realidad: ¡Al Colón! ¡Al Colón!
Concierto de Osvaldo Pugliese en el Teatro Colon 1985
Referencias:
1 https://elpais.com/diario/1985/12/30/cultura/504745206_850215.html
2 https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-120866-2009-03-03.html
3 https://www.youtube.com/watch?v=dsaPJVyWZeU