En esta entrevista descubrimos al pianista norteamericano George Fu, un músico realmente vibrante, inquieto y apasionado.
George Xiaoyuan Fu es un pianista y compositor estadounidense que actúa regularmente como solista, recitalista y músico de cámara en lugares de todo el mundo. Después de recibir una licenciatura de la Universidad de Harvard, George estudió con Jonathan Biss y Meng-Chieh Liu en el Curtis Institute of Music. En esta nota conocemos más acerca de su historia, sus ideas y por su puesto: su música.
Por Maxi Luna.
¿Cómo fueron tus inicios en la música?
Empecé a los cinco años, después de que mis padres se dieran cuenta que yo tenía algún tipo de talento musical. Ya que antes de las lecciones formales, tocaba melodías de oído y disfrutaba mucho escuchando música.
Mi primera maestra fue una mujer muy amable y cariñosa que dirigía varias iniciativas educativas para niños en el pueblo donde crecí. Ella me enseñó los conceptos básicos y me dio una base sólida, y es esa base la que sigo usando hasta el día de hoy. También me enseñó que hacer música debe ser un acto de alegría y amor. Sin esto, realmente creo que no hubiera podido continuar mi carrera hasta este punto.
¿Cómo siguió luego tu formación musical?
Tuve la suerte de tener maestros de música firmes pero afectuosos a lo largo de este viaje. Cuando llegó el momento de ir a la universidad, me aceptaron tanto en Juilliard en Nueva York como en Harvard en Boston. Durante mucho tiempo, no pude decidir entre los dos. Mi mentor de toda la vida, Meng-Chieh Liu (pianista y docente del Instituto Curtis), me sugirió que recibiera una educación formal en Harvard, ya que me daría mucho más que un conservatorio, y esta educación beneficiaría mi maestría musical si decidiera continuar como pianista. Puse mi confianza en este proceso y completé una licenciatura de cuatro años en Harvard.
Al mismo tiempo, todo lo que quería hacer era practicar tanto como fuera posible. Justo después de Harvard, afortunadamente recibí una oferta para estudiar en Filadelfia en el Curtis Institute of Music, y después de Curtis completé mis estudios en Londres en la Royal Academy of Music. Me siento afortunado de haber podido estudiar en estos lugares y de haber podido concentrarme en estudiar no solo música, sino una amplia variedad de artes y del mundo en general.
¿Qué cosas te quedaron grabadas de tu época de formación?
Habiendo aprendido tantas cosas en diferentes lugares, mi conclusión principal es que hay muchas formas de tocar y sentir la música; sin embargo, es necesario que uno tenga una profunda convicción en la propia visión. Un artista debe sentir que lo que dice es urgente y necesario. Ponés toda tu energía en esto porque es una efusión de tu espíritu, un reflejo de cómo deseas que sea el mundo. Los humanos son criaturas sociales; anhelamos la conexión unos con otros. Participar en la música (escuchar, tocar, cantar, bailar) es la mejor manera de fomentar esta conexión.
Tenés un repertorio muy variado… ¿Qué se necesita para abarcar diferentes géneros y estilos? ¿Qué se dan el uno al otro?
Nos gusta categorizar la música en diferentes géneros. Esto es útil de muchas maneras, pero creo que hay cosas buenas y malas en todos los géneros y toda la buena música tiene mucho más en común de lo que pensamos.
Es necesario juzgar la música en base a su sustancia, no al estilo, porque hay mucho que decir en todos los estilos de música. A veces esto requiere escuchar varias veces y un poco de paciencia y un verdadero intento de entender lo que dice otro artista.
¿En cuál te sentís más cómodo?
Obviamente me siento más cómodo y tengo más conocimientos sobre la música clásica europea porque crecí estudiando piano clásico. Pero las herramientas que recibí al estudiarlo también me ayudan a comprender no solo la música clásica contemporánea, sino también la música rap, la música rock, etc.
Tocás mucha música contemporánea. ¿Crees que es importante que los artistas conecten con la música de su época?
Es fundamental que los artistas se conecten con la música contemporánea. No importa de qué tipo. Hay tanta música por ahí ahora: la idea de que los maestros europeos de los siglos XVII-XIX han descubierto de alguna manera cómo hacer el mejor arte es honestamente ridícula.
Los grandes compositores fueron verdaderamente grandes y han escrito algunas de las mejores obras de la historia, pero no son los únicos portavoces de la humanidad. Estamos viviendo en el presente, se está haciendo música increíble ahora y hay más música genial por hacer en el futuro.
Me llamó la atención tu trabajo “Passacaglia sobre un tema de radiohead”.
Esto es lo que tenía en mente cuando escribí mi passacaglia sobre un tema de Radiohead. La línea de bajo es de la primera pista de OK Computer, una canción llamada Airbag. Tuvo un significado particular para mí porque lo escuchaba mucho cuando estaba en la universidad tratando de resolver mi propia vida.
Me inspiré para escribir esta passacaglia después de estudiar muchas piezas similares de Brahms (Variaciones sobre un tema de Händel), Rachmaninov (Variaciones de Corelli) y Chopin (Variaciones sobre la ci darem la mano). En el caso de Chopin, fue una de las primeras cosas que escribió lo que estableció su reputación como pianista y compositor.
Pensé: ¿Por qué no hacer eso con un tema que me encanta? Solía escuchar OK Computer cuando viajaba en el metro de Boston. La línea de bajo de Airbag se adaptó a este propósito de manera brillante.
¿Piensas seguir desarrollando tu faceta de compositor?
Para mí componer e interpretar son parte de la misma fuerza creativa. Me inspiro mucho en los pianistas-compositores de la historia, empezando por Frederic Chopin, pero también por Clara Schumann, Franz Liszt, Sergei Rachmaninov, Ferrucio Busoni. Escribo para mí y para mis propias manos, por lo que este proceso está muy relacionado con la improvisación y la transcripción. El piano es un patio de recreo muy natural para estas actividades.
¿Qué nos puedes decir sobre tu trabajo con Trio Zimbalist?
La música de cámara es verdaderamente una de las mejores músicas jamás creadas. Un trío de piano es un conjunto único porque son esencialmente tres personas que aunque estemos tratando de trabajar juntos, también debemos mantener la individualidad. Mis dos socios, Timotheos Petrin y Josef Spacek, son intérpretes increíbles, son únicos. Tocamos de manera muy diferente cada uno y eso es lo que hace que nuestra asociación sea especial. Trabajar juntos en medio de una diversidad de voces: ¡Ese es el verdadero objetivo de la música de cámara!
¿Cuáles son tus objetivos como artista?
Para ser un artista no puedes simplemente amar la música; tienes que ser un apasionado de compartir música y mantenerte fiel a tu propia visión. No juzgo mi éxito por cuántos premios o cuántas «vistas», sino por si la gente sale de mis conciertos sintiendo algo, y si fui fiel a mí mismo. La longevidad de la carrera de un artista se basa en esto.
¿Cuáles son tus conciertos más recordados y por qué?
Hace dos años, tocando Turangalîla-Symphonie de Messiaen en una hermosa tarde de verano en Tanglewood, en el último concierto del Festival de Música Contemporánea. Tienes la sensación de que todos trabajan juntos para crear esta danza masiva y extraña de amor eterno y éxtasis. Sentí que cada célula mía vibraba con música esa noche.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Muchas cosas están pasando además de mis conciertos. A principios de 2022 grabé mi primer disco con Platoon (sello propiedad de Apple Music). Se lanzará en octubre de 2022. El álbum se basa en «Miroirs de Maurice Ravel, una hermosa suite de cinco movimientos de piezas para piano. También elegí respuestas a cada una de las piezas de Ravel, que consisten en otras piezas de compositores posteriores a Ravel: Sergei Rachmaninov, Germaine Tailleferre, Timo Andres, Freya Waley-Cohen y Unsuk Chin.
Planeo grabar un segundo álbum, que consiste en obras de Frederic Chopin y mías, con Platoon a finales de 2022. Además de todo eso también estoy trabajando en un documental sobre Schubert y la pandemia de coronavirus, llamado Soledad con Schubert. Realmente, ¡muchas cosas emocionantes!