La Temporada Lírica 2022 del Colón, que tuvo puntos artísticamente relevantes, y que había empezado con La bohème, fue cerrada por otro de los clásicos de efectividad probada de Puccini: Tosca. La producción prometía ser de lo más jugoso y taquillero del año, porque contaba en cartel con el nombre de Anna Netrebko, por supuesto acompañada por Yusif Eyvazov, en su primera aparición operística en el escenario del Colón.
Por Pablo A. Lucioni
Ocurrieron varias cosas, entre ellas que por el conflicto bélico en el cual Rusia agredió a Ucrania en febrero, y que aún sigue en curso, la directora musical Keri-Lynn Wilson, de orígenes ucranianos, se negara a dirigir a Netrebko, dada su afinidad con el gobierno ruso, y que sólo ante las presiones y tibiamente, se manifestara en contra de la guerra. Cabe recordar que previamente ambas colaboraron en varias oportunidades.
Esto amenazó el hecho de que pudiéramos ver a la diva rusa en el escenario del Colón, y llevó a inventar una solución, de compromiso, trayendo a otro director sólo para las tres funciones en que cantaba Netrebko, conformando tres elencos distintos, con la particularidad que probablemente por una exigencia de cartel, toda la difusión fue hecha centrada en ella, y el real primer elenco, que llevaba las cuatro funciones de abono incluido el estreno, pasara casi desapercibido.
Todo esto realmente asemejó más que nunca lo que pasa en los “teatros de repertorio” de las grandes capitales de la ópera, en que se alternan casi a diario cantantes y directores en una producción vista previamente varias veces. Y así fue el caso de esta Tosca, que es la diseñada por Roberto Oswald hace casi tres décadas, y que ya en la última subida a escena estuvo en manos de Aníbal Lápiz, el coequiper histórico del ya fallecido Oswald.
La puesta es tradicional pero efectiva, y ha sufrido cierta evolución con los años. Se caracteriza por una escenografía con perspectiva aumentada que genera una mayor sensación de profundidad, algo que funciona bien desde lejos. Este efecto es particularmente intenso en el Segundo Acto. Por supuesto no es sencillo trabajar con tres elencos distintos para una puesta, porque normalmente el tiempo con cada uno se reduce. Pero tanto en lo general como en los tres roles principales la propuesta es convincente. Fue curioso lo que ocurrió con la escena del fusilamiento, en la cual por algún problema técnico aparentemente, los disparos que en esta puesta son hechos hacia el público y tienen un enorme efecto, resultaron todos desincronizados, perdiéndose así su impacto.
El protagónico fue cantado por la italiana María Pía Piscitelli, a quien hemos escuchado varias veces en el Colón. Su Tosca fue correcta, cantó un buen “Vissi d’arte…” y probablemente su segundo acto fue el momento más destacado. En el rol de Cavaradossi estuvo el cordobés Marcelo Puente, que tiene una muy buena estampa en escena y a quien el rol le queda bien. Mostró garra en los momentos dramáticos y se lo notó más afianzado en el segundo y tercer actos. Quien fue realmente vibrante en la piel de Scarpia fue el barítono serbio Željko Lučić, con voz caudalosa y mucha autoridad en escena, buen fraseo y un claro sentido del drama en la composición del personaje. Desde su irrupción en escena antes del Te Deum hasta sus estertores finales del segundo acto siempre fue trascendente su presencia y funcionó como conductor del drama, que es lo que realmente le corresponde al personaje.
La preparación musical de la ascendente Keri-Lynn Wilson fue efectiva, detallada en general, y atenta a exponer las múltiples líneas presentes en la rica orquestación pucciniana. Puede haber existido algún momento no exacto en algún instrumento de la orquesta, pero en general fue una versión sólida, respetuosa del espíritu de la partitura y que logró un equilibrio entre foso y escenario.
Por diversas razones, en particular porque es una guerra lo que generó varias de las tensiones, es una pena que esta producción haya tenido distintos conflictos extra-artísticos a su alrededor, pero Tosca es una obra potente y si hay buenos cantantes, una puesta efectiva y una dirección musical equilibrada, su éxito parece asegurado.
Tosca es una obra potente y si hay buenos cantantes, una puesta efectiva y una dirección musical equilibrada, su éxito parece asegurado.
Pablo A. Lucioni Tuit