El sello suizo VDE Gallo acaba de publicar el nuevo CD del violinista argentino Roberto Sawicki, con obras de Bartók, Bach y Tartini, en uno de los actos que celebran el 45 aniversario de la fundación de la Orchestre de Lancy-Genève en 1975, de la cual Roberto es también director musical.

Breves comentarios sobre las obras:

Giuseppe TARTINI : Piccola Sonata for Solo Violin in D Major, B.D4 

Como su vida, la música de Tartini no deja indiferente a nadie. En la cima de la edad barroco, deja una suma de varios centenares de sonatas y conciertos para violín de una bella complejidad virtuosa y expresiva.

Johann Sebastian BACH : Partita for Solo Violin No. 2 in D Minor, BWV 1004 

Escrita quizás en memoria de Maria-Barbara, la primera esposa de Johann Sebastian Bach, su segunda Partita para violín solo es una obra aparte, por su pieza final, una Chacona de más de un cuarto de hora, el movimiento más largo de una pieza del repertorio barroco. “En un pentagrama, para un pequeño instrumento, este hombre escribió todo un mundo de pensamientos más profundos y sentimientos más fuertes.”

Béla BARTÓK : Sonata for Solo Violin, Sz. 117.

La Sonata para violín solo de Béla Bartók es la última obra completa del compositor húngaro, exiliado en 1940 a los Estados Unidos por horror al nazismo.

La sonata es un verdadero milagro, digna de las más grandes obras maestras escritas por Bartók en Europa, a comparar con el último de sus seis Cuartetos. Bartók recuperó la energía que le faltaba, restaurado por una estancia de salud en Asheville donde la Sociedad de Compositores podría enviarlo a descansar. Bartók se basó en dos modelos: la obra de Bach para violín solo por supuesto, y luego la hermosa Sonata para violonchelo solo de su amigo Zoltán Kodály.

Sobre la Sonata de Bartók y la Chacona de Bach, Roberto Sawicki comenta:

“La última obra de Bartók, la Sonata para violín solo compuesta por cuatro movimientos, se me presenta como un viaje de vida donde pasajes de gran profundidad, conmovedores, desgarradores, juguetones, danzantes, se suceden, culminando en una breve frase nostálgica justo antes de concluir, como una lejana reminiscencia de un recuerdo perdido. A una vez superada la dificultad de un lenguaje complejo, descubrimos páginas intensamente expresivo, cargado de una conmovedora humanidad.

En la interpretación de la Chacona de Bach, he optado por prestar especial atención a la ejecución de los bajos que exponen el tema inicial y cuya resonancia está presente a lo largo a lo largo de las variaciones.”

Acerca de Roberto Sawicki

Violinista y director de orquesta, Roberto Sawicki completó sus estudios musicales en Buenos Aires, su ciudad natal. En Argentina, ganó varios concursos de prestigio, incluido el Concurso de Santa Fe (interpretación del concierto con orquesta de Dvorak) y el Premio Beethoven, que premia su interpretación del concierto para violín en re mayor del compositor alemán.

De 1970 a 1975, Roberto Sawicki fue primer violín de la Orchestre de la Suisse Romande. En 1975, fundó su propio conjunto musical: el nacimiento de la Orchestre de Lancy-Genève marcó el comienzo de una larga y fructífera colaboración. En 1977 creó los «Estivales Océans» en la costa atlántica francesa, festival que acogió durante más de veinte años con su orquesta.

Como parte de los conciertos por la paz, Roberto Sawicki interpretó un programa que incluía obras de los compositores Abdel Rahim y Ernest Bloch en la Ópera de El Cairo y en varias ciudades de Israel. Desde 2002 es anfitrión del Festival Internacional de Música de Buenos Aires que se realiza en el Teatro Colón.

Las interpretaciones de Roberto Sawicki privilegian la calidad del sonido, la riqueza de matices y timbres, pero también están marcadas por un escrupuloso respeto por las intenciones del compositor: la obra se traduce en su profunda verdad, con fervor y humildad. Si la orquesta adopta instrumentos modernos para todos los repertorios, el director permanece sin embargo siempre atento a que los fraseos y el vibrato permanezcan en conformidad con la época y el estilo del compositor.

El cuidado que Roberto Sawicki pone en sus actuaciones también se puede encontrar en el diseño de sus programas. Para un concierto, el director busca ante todo la coherencia entre las piezas que dirige. Así todo se une para crear un momento privilegiado entre los músicos y el público, y crear una especie de “estado de gracia” en la sala.