“Tango de batuta” es un ciclo que reúne a una nueva generación de Directores formados en un ámbito muy amplio y con estéticas diversas. Daniel Ruggiero, Pablo Motta y Julián Hermida suman en esta ocasión a Luciano Falcón como director invitado para presentar composiciones propias con la Camerata Almagro.
Julián Hermida es un músico de extensa trayectoria, ha tocado junto a artistas como Luis Salinas, Lito Vitale, Leopoldo Federico, Rubén Juárez, María Graña, Virginia Luque, Raúl Lavié, Lorena Astudillo, Amelita Baltar y Guillermo Fernández entre otros.
MCBA tuvo la posibilidad de mantener una charla con Hermida dónde nos cuenta sobre éste nuevo ciclo y sobre su música.
¿Cómo surgió la idea de este Ciclo?
Junto a Daniel Ruggiero y Pablo Motta llevamos tiempo dirigiendo y escribiendo tango, pero siempre cuesta encontrar el dónde ya que la orquesta con director batuta en mano no es tan frecuente en el tango salvo en instancias públicas (orquestas municipales etc) donde no siempre es fácil acceder. Ante este panorama surgió la necesidad de organizar un ciclo de conciertos donde tanto nosotros como otros directores invitados relacionados al tango pudieran en forma periódica subir este tipo de propuesta a escenarios y con música nueva lo cual es muy importante.
¿Qué va a escuchar la gente que se acerque el próximo jueves a Café Vinilo?
El 5/10 en Vinilo el repertorio está compuesto por música mía, de Ruggiero, de Motta y de Gabriel Senanes. Tendremos como director invitado a Luciano Falcón y estrenaremos música como en la edición anterior de Tango de Batuta. Todo esto con orquesta de cuerdas maderas piano y bandoneón.
¿En qué te inspiraste para componer la Suite 667?
La Suite 667 me fue encargada por la guitarrista Mirta Alvarez para ser tocada con la Orquesta Filarmónica de Puerto Alegre en el marco del festival de guitarras ya que quería tocar algo estilísticamente representativo de Bs As. Coincidió con mi regreso después de varios años a una casa muy vieja que fue de mi familia y que justo cumplía cien años en completa soledad, ya lejos de la numerosa familia que la habitó en otras épocas. Esto me llevó a escribir los tres movimientos de la suite: Centenario (en relación al cumpleaños de la casa) Ciela (dedicado a mi mamá que había fallecido poco tiempo atrás y se llamaba Celia) y Ausentes (porque la casa es grande y revela en cada rincón la ausencia y el silencio) 667 es la numeración, de ahí el nombre.
¿Cómo ves el Tango en estos tiempos?
El tango atraviesa una etapa de búsqueda, recambio y variedad de propuestas. Se está incluso redefiniendo en su esencia y estilo buscando un nuevo futuro en un nuevo público que ya no tiene que ver tanto con lo melancólico y el desamor sino con la descripción de cosas que nos pasan a los que vivimos en Bs As. Hay de todo y para todos. Creo que es una etapa muy rica. Aún falta mucho igual por hacerse para que realmente se acerque otra vez a cierta masividad, pero soy optimista y creo que vamos rumbo a eso.
¿Qué otros proyectos te quedan para el resto del año?
Además de Tango de Batuta esta última parte del año me ocupa un gran concierto que tendré el placer de dirigir con música de Fernando Otero, uno de los compositores actuales más jugado y libre en su idioma y forma. Soy admirador de él de antes de conocerlo personalmente lo cual me llena de satisfacción. Con él al piano dirigiré una orquesta de cuerdas, maderas, vibráfono, timbales y bandoneón . Esto será el 13/10 en la sala Caras y Caretas.
Por Nicolás Gagliani