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El Teatro Colón inauguró su temporada 2023 con un espectáculo en La Rural, con una puesta sobre la Segunda Sinfonía de Mahler para dar inicio a las conmemoraciones por los 40 años del final de la Dictadura. Una velada con desencuentros en la que lo importante ocurrió debajo del escenario.
Por David Lifschitz
Solo algunos meses pasaron desde que el Pabellón Ocre de la Rural albergó un vacunatorio en el que, en el peor momento de la pandemia, se trabajó febrilmente para salvar vidas. Quizás no sea casual que en ese mismo espacio se haya montado un escenario monumental para la puesta de Resurrección. Desde el punto de vista simbólico, la propuesta pareciera ser de amplio espectro al hacer alusión a la recuperación de la democracia, la celebración de la vida y el fin del horror.
La realización escénica, sin embargo, no estuvo a la altura de las circunstancias. Centrada en la excavación de una fosa común –una mención lamentablemente genérica por lo habitual-, los sucesos ocurren de manera mecánica, sin mediar palabra, mientras que la música de Mahler fluye majestuosamente bajo la batuta de Charles Dutoit. El desbalance está a la vista. Lo más importante del espectáculo ocurre en el foso donde la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires demuestra su reconocida solvencia.
Entre las cosas que no quedan claras, puede mencionarse la ausencia del Coro Estable del Teatro Colón que fue suplantado por el Grupo Vocal de Difusión, una agrupación numerosa que pasó la prueba.
A pesar de las deficiencias acústicas de la sala montada ad hoc sumadas al molesto ruido de los aires acondicionados, la resultante sonora fue milagrosamente correcta.
Con su solidez acostumbradas, Jaquelina Livieri y Guadalupe Barrientos cumplen su labor a la perfección; su voces resonaron en la inmensidad de la sala aunque el público nunca supo dónde estaban ubicadas.
Para terminar de romper las convenciones, el saludo final ocurre en dos niveles: el superior dónde solo reinó el silencio y el “subsuelo” desde el que la música fluyó superando todos los obstáculos. Quizás esa sea la moraleja: los sonidos de la vida emergen a pesar de todo.
Resurrección, espectáculo escénico de Romeo Castellucci sobre la Sinfonía Nº2, “de la resurrección”, de Gustav Mahler. Solistas: Jaquelina Livieri (soprano), Guadalupe Barrientos (mezzosoprano), Grupo Vocal de Difusión, Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Dirección: Charles Dutoit. Dirección escénica, vestuario e iluminación: Romeo Castellucci. Apertura de la temporada del Teatro Colón en La Rural.