En marzo, pero de 1966, Raúl Soldi daba por finalizado su trabajo en la cúpula del Teatro Colón. Durante 41 días trabajó sobre un andamio de 30 metros de altura, para realizar su óleo de 16 telas “Alegoría a la música, al canto y al baile”
Por Virginia Chacon Dorr
El arte de Soldi vino a dar vida a la cúpula del Teatro, que ya no contaba con el original realizado por el francés Marcel Jambon. Muchos mitos pretendieron darle respuesta al deterioro del plafond, siendo el más divulgado aquel relacionado con la refrigeración de los bailes de carnaval de la década del 30’. La realidad es que, según un pedido elevado a la municipalidad para cubrir el presupuesto del arreglo en el 35’, la protección de plomo de los techos del edificio se encontraba cuarteada.
La renovación de la cúpula del Teatro Colón se vio impulsada por el trabajo encargado a Marc Chagall por parte de la Ópera de París en 1964, a fin de darle una nueva imagen al histórico plafond parisino.
Las gestiones para la creación de Soldi fueron responsabilidad de su amigo, el escritor Manuel Mujica Lainez, quien tuvo la oportunidad de visitar al artista en plena creación: “A fines de diciembre último visité el taller de Soldi. Me mostró una gran rueda giratoria dibujada de acuerdo con la escala del techo, en torno de la cual se desenvolvía, como un suave ‘ballet’ policromo, la ronda de los personajes que poblarían el techo del Teatro Colón. Nos abrazamos conmovidos”.
Soldi también puso en palabras una visita a Lainez, aquella que signó su compromiso con nuestro primer coliseo: “La idea de pintar la cúpula la tuvo Manucho Mujica Láinez. Fui un día a visitarlo y me incitó a pintarla. Con mucho placer por todo lo que me liga al Colón, ya que mi padre Angel, violoncelista, lo inauguró en 1908 con la Aida, realicé el trabajo.” La vida del artista estaba indefectiblemente unida a la del Teatro.
Si bien Soldi finalizó el trabajo en Marzo, la “inauguración de las pinturas del maestro Raúl Soldi” (como figura en el programa de mano) se realizó en la función de gala del miércoles 25 de mayo de 1966.
Esa noche la Orquesta Estable del Teatro Colón junto al director Juan Emilio Martini interpretaron la música para dos obras coreográficas: Antiguas danzas y arias (estreno, con música de Ottorino Respighi y coreografía de Jorge Tomin) y Suite en blanc (música de Édouard Lalo y coreografía de Serge Lifar). Entre los primeros bailarines se encontraban Norma Fontenla y José Neglia, fallecidos en el trágico accidente aéreo del 10 de octubre de 1971. Ambos bailarines fueron inmortalizados por Carlos de la Cárcova en una escultura presente en la Fuente de los Bailarines, ubicada en Plaza Lavalle a metros del Teatro.