Carla Abalos, Anderson Perea Da Silva, Alicia Pouzo, Clara Parodi y Sebastián Mendizabal, son directores de orquesta formados en diversas universidades de la Ciudad de Buenos Aires. Juntos han realizado un protocolo para que las orquestas puedan volver a los escenarios.
Para ello, además de estudiar y analizar la situación en profundidad y con rigor académico, recurrieron a Luis Gorelik, director de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, y quien fue su maestro de dirección, para que los guiara respecto al contenido del artículo.
La propuesta fue presentada a distintos sectores de la cultura por lo que están a la espera de ver de qué manera pueden llevarlo adelante.
El día 24 de abril realizaron una reunión de zoom entre colegas convocados por Anderson Perea Da Silva, para dialogar acerca del panorama actual y de cómo esto afectaba su profesión. A partir de ahí comenzaron a plasmar esta propuesta. Si bien el artículo fue diseñado específicamente para organismos orquestales, se espera que también constituya una herramienta útil de aplicación para cualquier espacio artístico y cultural, al momento del retorno al ámbito laboral.
¿Cómo surge la idea de crear este proyecto?
Anderson Perea Da Silva: Sentí la necesidad de compartir con mis colegas y amigos, la preocupación del porqué una vez más el arte se encontraba en último lugar respecto a la expectativa general de su retorno. Creí necesario generar una reflexión en conjunto acerca de nuestra labor como artistas, pero desde la inquietud ¿qué podemos hacer nosotros al respecto?.
En dicha reunión, observamos la necesidad de las orquestas de una organización que les permitiera poder retomar las actividades en el momento oportuno. Finalmente decidimos que debíamos armar una propuesta a través de la cual, pudiéramos poner al servicio de la comunidad, herramientas necesarias para poder reactivar el trabajo orquestal; y siempre dentro de un marco de seguridad sobre la salud de los músicos, y eventualmente el público.
Carla Abalos: En la mencionada reunión asumí la tarea de volcar al papel lo dialogado, se había hablado de acciones que las orquestas podrían implementar, desde un aislamiento total hasta la posibilidad de contar con público en salas cerradas, y se había decidido agrupar dichas acciones en Etapas. Al investigar sobre la temática, llegué a la conclusión de que la mejor manera de realizar una propuesta por escrito, era en forma de artículo. Creí necesario que el artículo se basara en una investigación exhaustiva, y que cualquier expresión de opinión tuviera una justificación académica en todo momento. Una vez trazadas las líneas generales, cada uno se encargó de la redacción de partes asignadas, y luego se unificó todo en un discurso único.
Recurrimos a Luis Gorelik, director de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, para que nos guiara y nos diera su opinión respecto al contenido del artículo. Luis fue maestro de dirección de todos, en diversas instancias de capacitación a lo largo de nuestras carreras. Al recibir el artículo, junto con felicitarnos nos dio una devolución muy precisa y detallada que nos llevó a eliminar partes del artículo y a hacer que la propuesta tuviera una mayor concisión.
Creemos que lo que mejor define nuestra intención es el Prólogo del artículo:
“A medida que la pandemia mundial por COVID-19 fue tomando mayor dimensión afectando la suspensión de actividades en el ámbito laboral, los agentes culturales fuimos los primeros en detener nuestra actividad y, probablemente, seamos los últimos en reanudarla según las expectativas actuales. En este marco, lo que nos aferra, como directores de orquesta, es el pensar y anticipar (¿por qué no?) propuestas que nos permitan proyectar un mañana donde volvamos a compartir la música con y para la comunidad; ese momento de comunión tan deseado y de incierto retorno.
En este anhelo nos surgen las preguntas del cómo volver, cómo perder el temor al encuentro y también del cómo cuidarnos. Sin la desesperación de la inmediatez, pero también con la mente activa ideando y organizando ese retorno.
Sabemos que el proceso va a ser gradual, escalonado y dispar dentro del vasto territorio de nuestro país. Pero también sabemos que compartiendo estas reflexiones nos mancomunamos en el deseo de ese futuro encuentro en el ensayo, en el concierto.
Entendiendo esta coyuntura decidimos abocarnos a realizar propuestas y un modelo de protocolo, pensando en que deberemos contemplar muchas aristas, incluso muchas pruebas y errores. Compartimos la presente investigación que hemos realizado para que cada espacio, agrupación u organismo pueda utilizarlo de manera libre como una herramienta más, en el momento de reanudar su actividad. Nuestro espíritu es aportar al lector reflexiones que nos unan a toda la comunidad artística.
Este es el trabajo conjunto de directoras y directores jóvenes que se sienten en el deber de imaginar creativamente la orquesta en la “nueva normalidad” de la que tanto se habla. Es con la acción responsable que le iremos ganando al miedo de encontrarnos nuevamente, sea en un escenario, en el lugar de trabajo o donde fuere.
La esperanza, una vez más, es lo último que se pierde”.
¿Cómo se imaginan la escena musical en la post pandemia?
Alicia Pouzo: Personalmente creo que estamos viviendo un momento de muchos cambios que la situación de pandemia y cuarentena, empujó y aceleró, qué es la intromisión del mundo virtual en la vida cotidiana de las personas. Creo que eventualmente el aislamiento va a terminar, pero los espacios virtuales se van a seguir usando y mucho, y ese va a ser el cambio fundamental. Si esto fuera a implicar que haya menos conciertos en vivo o no, será algo con lo cual lidiar, mi esperanza es que siga habiendo tantos conciertos en vivo como siempre, y que la herramienta virtual sea una herramienta que se agrega a lo que ya existía de antes, y no necesariamente un reemplazo.
Anderson Perea Da Silva: Me imagino un reencuentro especial con el público, porque nos extrañamos mutuamente. Dicho encuentro seguramente será regulado hasta que la seguridad sanitaria esté garantizada. Por otro lado, creo que debemos ocuparnos de la cuestión virtual. Bajo el contexto de aislamiento nos hemos aferrado primitivamente a los diferentes medios digitales, dándonos cuenta lo apartado que estábamos del asunto. En este sentido va a existir un nuevo abanico de propuestas y los directores deberíamos estar muy atentos a eso ya que, a mi parecer, van a ser determinantes para el futuro de nuestra profesión.
Sebastián Mendizabal: Creo que después de la pandemia, las orquestas van a volver escalonadamente y va a ser un proceso lento. Tal proceso va a tener que ser muy cuidado para que la gente sienta la seguridad y la tranquilidad de poder asistir a un concierto de orquesta, y así poder disfrutarlo, tanto los músicos como el público. Si bien es distinta la realidad de cada provincia y de cada ciudad, creo que en todos lados al principio se va a convivir con el miedo, pero conservo la esperanza en cuanto a que será temporal.
Clara Parodi: Deseo fervientemente la situación de concierto y pienso que el sentimiento es mutuo con el público. Creo que es necesario aprovechar esta instancia para repensar nuestra labor, hacerla florecer, y considero que la virtualidad abre la posibilidad de acercar el arte a nuevos públicos, nuevas personas, nuevas generaciones. Pienso que es necesario alentarnos entre todos para propiciar ese retorno, y que realmente sea un deseo colectivo, pudiendo superar el temor de lo que nos dejó esta pandemia.
Carla Abalos: Soy optimista respecto a que, el momento en que se pueda disfrutar nuevamente de ese ritual de comunión que supone el concierto, vendrá y se verá potenciado. También creo que la exploración de los medios virtuales ha generado una mayor conciencia del valor del público, y en lo personal, ha reforzado mi visión del arte como servicio, como fundamental para el ser humano, tanto en relación a la salud como a la espiritualidad y a la sociabilidad. Considero necesario que las herramientas virtuales sean asimiladas y potenciadas por los organismos orquestales y que, al momento de imaginar al «público», se piense más allá de las salas de concierto o, así mismo, que dicha sala se llene de un público diverso gracias a la convocatoria que pueda generar la virtualidad. Tengo fe, en que dicha diversificación del público, resulte en un fortalecimiento de los lazos como sociedad. He escuchado a especialistas hablar de otras pandemias a futuro, lo cual creo que será inevitable como nuestro pasado nos ha enseñado, pero creo que cada vez estaremos más preparados, y el artículo planea ser un granito de arena que apunta en esa dirección.
Link para ver el proyecto entero: “Propuestas para un progresivo retorno a la actividad de los organismos orquestales argentinos durante el desarrollo de la pandemia de Covid-19.”