Norma Fontenla: Un legado eterno en la historia del ballet

La vida de Norma Fontenla fue un constante baile entre pasión, éxito y tragedia. Desde su temprana dedicación a la danza hasta su meteórica carrera en el Teatro Colón, Fontenla se convirtió en una estrella icónica del ballet argentino.

Su brillante trayectoria se vio truncada por una tragedia devastadora que dejó un vacío irremplazable en el mundo de la danza. Descubre la vida y el legado perdurable de Norma Fontenla, una bailarina cuyo espíritu sigue inspirando a generaciones de artistas.

Norma Fontenla nació el 28 de junio de 1930 y desde una edad temprana mostró una pasión innata por la danza. Comenzó a tomar clases en el Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico en Buenos Aires y más tarde fue aceptada en la prestigiosa escuela de baile del Teatro Colón. Su excepcional talento y dedicación la llevaron a convertirse en la primera bailarina del cuerpo estable del Teatro.

Brillante carrera

Considerada una estrella tanto por reconocidos coreógrafos como por amantes del ballet a nivel nacional e internacional, Fontenla dejó su huella en escenarios de renombre en todo el mundo. Además de su destacada carrera en el Teatro Colón, realizó actuaciones con el ballet de Río de Janeiro y participó en una exitosa gira por Europa, donde conquistó teatros importantes y se presentó en televisión, ganando así reconocimiento y admiración en el mundo de la danza.

Sin embargo, uno de los momentos más destacados en la carrera de Norma Fontenla llegó en 1967, cuando tuvo la oportunidad de acompañar a la famosa pareja de baile formada por Margot Fonteyn y Rudolf Nuréyev en la interpretación de «Giselle». Este evento marcó un hito en su trayectoria y la consolidó como una figura de relevancia en el ballet internacional.

Fallecimiento

Pero fue en el año 1971 cuando la tragedia golpeó la vida de Fontenla. Junto a su compañero José Neglia, bailarín principal del Teatro Colón, se encontraban en una gira auspiciada por la empresa Pepsi, cuando una avioneta en la que viajaban se estrelló en las costas del Río de la Plata. Nueve bailarines perdieron la vida en ese trágico accidente, incluyendo a esta pareja de talentosos artistas. La avioneta se precipitó al agua dejando un vacío irreparable en el mundo del ballet argentino.

La muerte de Norma Fontenla y José Neglia conmocionó a la comunidad artística y al público en general. Ambos artistas eran considerados embajadores de la danza clásica en Argentina y habían trabajado incansablemente para llevarla a niveles de popularidad sin precedentes en el país. Sus trágicas muertes dieron origen a la conmemoración del Día del Bailarín en la República Argentina, una fecha que honra su legado y recuerda el impacto que tuvieron en la cultura y el arte.

«Homenaje al Ballet Nacional», de Carlos de la Cárcova. Monumento realizado en ofrenda al Elenco Estable de Baile del Teatro Colón, fallecidos el 10 de octubre de 1971

Legado

A pesar de su partida prematura, el legado de Norma Fontenla perdura en la memoria colectiva y sigue inspirando a generaciones de bailarines. Su talento indiscutible, su pasión desbordante y su dedicación incansable continúan siendo un ejemplo de excelencia artística. Norma Fontenla se convierte así en una figura inmortal del ballet, cuyo brillo trasciende el tiempo y sigue encantando a aquellos que se deleitan con la belleza y la emoción de la danza clásica.

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