Nancy Roldán es una destacada pianista argentina reconocida por la crítica internacional por su excelencia «interpretativa, belleza y claridad» tonal. Ha ofrecido conciertos en prestigiosos escenarios como el Kennedy Center, Carnegie Hall y el Bösendorfer Saal de Viena, entre otros. Su carrera incluye interpretaciones solistas con orquesta y en música de cámara, así como estrenos de obras de compositores contemporáneos, muchas dedicadas a ella. Roldán ha sido elogiada por sus interpretaciones de Carlos Guastavino y Astor Piazzolla, y ha grabado varios CDs aclamados, incluyendo «Piazzolla, Here & Now» y «Música de las Américas» para Centaur Records, USA.
El compromiso de Nancy Roldan con la música de su país la llevó a fundar el Festival International de Música Sonus. Además, ha ocupado cargos docentes en instituciones como el Conservatorio Peabody de la Universidad Johns Hopkins, donde obtuvo su doctorado, y ha impartido clases magistrales en diversos países. Su trabajo continúa inspirando y promoviendo la música argentina a nivel global.
Por Gabriela Levite
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Nos gustaría conocerte más, ¿podría contarnos cómo comenzó su relación con la música?
Cuando tenía cuatro o cinco años, mis padres compraron un hermoso piano alemán, y así fue como comenzó mi experiencia musical. Me encantaba tocarlo, o mejor dicho jugar con esa enorme caja sonora. Siempre me fascinó la teoría musical y la lógica de los números. Siempre me resultó atractivo resolver misterios que era fácil comprobar, como la organización matemática del círculo de quintas – que decidí comprobar escribiendo todas las escalas cuando tenía unos 6 años. De alguna manera, cantando y tocando canciones folklóricas, comencé a tocar para la familia en las tradicionales reuniones semanales. Por otra parte, me encantaba leer, sumergiéndome en el mundo de los libros – hábito de toda la vida. La naturaleza me embelesaba, con las montañas y ríos mágicos abundantes en Mendoza, que daban vuelo a la imaginación. Siempre he tenido gran amor por los animales, habiendo adoptado muchos a lo largo de mi vida.
Después de completar la escuela secundaria, no fue fácil elegir el camino. Me atraían las matemáticas y la medicina. Al fin, opté por explorar la música y la medicina. Pero, la crueldad y horrores de la vivisección durante los cursos pre-médicos, convirtió mis dudas en certeza: elegí la música.
Siguiendo el consejo de una violinista de la orquesta sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo, solicité admisión a la escuela de música. Fue en esta institución donde conocí al que sería la figura más importante en mi experiencia musical. El visionario Maestro Juan Florentino Salomone supo desplegar hábilmente las puertas al mundo de la música y la magia del sonido. Me recibí de esta institución en tres años con el título de profesora de música, teoría, solfeo, y canto coral. Así fue como comenzó mi aventura en busca del sonido ideal y la mejor forma de crearlo, una labor de vida. Primero, cursé estudios de perfeccionamiento con el pianista Francisco Amicarelli. Más tarde, durante mis viajes, conocí otros músicos y maestros maravillosos. Entre ellos Jesús María Sanromá en Puerto Rico,quien me invitó a tocar para Pablo Casals tan pronto como llegué a la isla. Años más tarde, en Peabody, fui asidua participante en las clases de interpretación del pianista León Fleisher y el violinista BerlSenofsky. Nunca faltó inspiración. Compartiendo su conocimiento y maestría con generosidad, estos fueron algunos de los músicos que me apoyaron y enriquecieron mi existencia musical.
¿Qué la llevó a especializarse en el piano?
Mi relación con la música está definitivamente conectada al piano, al cual percibo como una extensión de mí misma, una voz que me permite expresar lo inexplicable. Ha sido un compañero fiel. Pero en realidad, esta relación intensa con la música y el hacer musical surge de la música misma, la cual nos llama a compartirla por medios que favorecen los dotes naturales.
«En cuanto a la razón que me ha inspirado cultivar la música argentina, la respuesta simple es que me encanta, resuena en mi corazón.» – Nancy Roldán
A lo largo de su carrera, ha sido una firme defensora de la música argentina, incluyendo compositores como Carlos Guastavino y Astor Piazzolla. ¿Qué la motivó a enfocarse en esta música?
Mi formación musical estuvo desde el comienzo basada en normas clásicas inspiradas en tradiciones europeas. Es importante notar que especializarse en un repertorio específico sin poseer una preparación integral no es recomendable. En cuanto a la razón que me ha inspirado cultivar la música argentina, la respuesta simple es que me encanta, resuena en mi corazón.
Cuando estudié en la Escuela de Música de la UNC, las obras de compositores argentinos no eran parte del currículo, pero maestros como Salomone motivaban a sus discípulos a explorar lo clásico-argentino asignándoles obras nacionales. Después de recibirme, dije adiós a la Argentina. Primero viajé con destino a New York, Estados Unidos. Más tarde viví en las Bahamas y después en Puerto Rico, siempre dedicada a la enseñanza y dando conciertos, actividades constantes en mi vida. Durante esos años mi existencia se enriqueció con el nacimiento de mis hijos.
Con el paso del tiempo una intensa nostalgia por la tierra natal me invadió, ese sentimiento poderoso que engendra la ausencia. Fue entonces que decidí compartir música argentina con el mundo. En Puerto Rico era frecuentemente invitada en la serie de conciertos del Instituto de Cultura Puertorriqueña, dirigido por el compositor borinqueño Héctor Campos Parsi. Aparte del repertorio tradicional, y en forma paralela con el repertorio puertorriqueño (obligatorio), programaba obras de compositores argentinos. Después de la muerte de Casals, durante mi último año en Puerto Rico, acepté una beca para estudios de postgrado en el Conservatorio Peabody de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore, donde formé un dúo de pianos con el pianista estadounidense Noel Lester. Aparte del amplio repertorio para dúo de pianos, las obras de Guastavino nos acompañaron desde el principio durante nuestra hermosa colaboración de cuatro décadas. Tuvimos el privilegio de estrenar la Sonatina para piano a cuatro manos en los Estados Unidos en 1989, leyendo del manuscrito que Guastavino me regalara. En 1992 celebramos los ochenta años de Guastavino con un CD titulado Música de las Américas donde incluimos Tres Romances Argentinos, Bailecito, y Gato.
En el año 2000, me encontré con el tango. La musicóloga uruguaya Susana Salgado me invitó a tocar un concierto de tangos en la Biblioteca del Congreso. Mi respuesta fue… «No lo puedo hacer… no he tocado tango jamás en mi vida!» – ella insistió. Y así fue como sucedió mi bautismo «tanguero» en el concierto titulado «The Golden Age of Tango», en la distinguida compañía del bandoneonista uruguayo Raúl Jaurena. Al año siguiente conocí a David Alsina, bandoneonista argentino. Ambos se convirtieron en mis «gurus del tango», inspirándome a tocar este repertorio intenso y complejo, por el cual tengo gran respeto. Después de años tocando espectáculos de tango, me animé a escribir varios arreglos de obras de Astor Piazzolla para dúo de violín y piano, incluyendo Las cuatro estaciones porteñas, que con José Cueto grabamos en el CD Piazzolla, Here & Now.
¿Cómo ve la situación de la música académica argentina respecto a su difusión?
En EE. UU. la difusión de la música académica argentina es casi inexistente. En mi experiencia, el currículo de los conservatorios tiende a ser limitado, una situación característica de tales instituciones. Hay algunos cambios, pero no estoy segura de que los mismos sean positivos. Hay una tendencia a democratizar la música para cumplir con normas de inclusión de corrientes populares, o gustos en boga, sin prestar atención a la existencia de la música académica. Esta situación se debe en parte a lo que considero como la perniciosa globalización de la educación musical, que ha nublado las diferencias entre lo que constituye la verdadera enseñanza (que instiga la creatividad, el perfeccionamiento del ser humano y el talento natural) y lo que constituye un compromiso social, político o de lucro (que minimiza la capacidad del ser humano para aprender y progresar al disminuir expectativas y requisitos).
¿Qué la inspiró a fundar el Festival International de Música Sonus en 2020? ¿Por qué eligió música de Guastavino?
La pandemia del Covid del 2020 provocó desastres económicos y sociales que afectaron a toda la humanidad. Las artes y la educación sufrieron en particular debido al cierre de instituciones educativas, orquestas, teatros, y en general de lugares públicos.
El 2020 también fue un año que impulsó la creatividad y hubo momentos de esperanza. Una serie de circunstancias inspiró la creación de Sonus. El pianista italiano Salvatore Sclafani me había escrito el año anterior, la pianista argentina Lilia Salsano se puso en contacto en el 2020, ambos interesados en mi trabajo acerca de las Cantilenas de Guastavino y mis encuentros con el maestro. Durante esa época la música de Guastavino era una constante presencia en mi mente, convirtiéndose como en un bálsamo espiritual dentro de un mar de angustias y desolación. Se me ocurrió entonces que sería hermoso compartir tal experiencia con mis amigos y familia y en esencia – con todo el mundo. El objetivo principal era enviar un mensaje de paz y esperanza al mundo en alas de la música de Carlos Guastavino.
Me puse en contacto con colegas y miembros de mi familia que apoyaron la idea totalmente. Nos reunimos por zoom, a la distancia en búsqueda de una palabra única que reflejara la esencia de Carlos Guastavino y su música. Coincidimos en la palabra SONUS. Y así nació el Sonus International Music Festival. Es un placer invitar a los lectores a visitar nuestro sitio web para obtener información y disfrutar de los programas que hemos presentado desde el 2020:
http://www.sonusinternationalmusicfestival.org
¿Cuál es la misión de esta organización?
A través de mi carrera he tenido el privilegio de compartir música compleja y maravillosa de grandes compositores -algunos de los cuales han sido inexplicablemente marginados-. Es una misión que he mantenido a través de mi carrera. Tal idea se ha concretado y ahora se manifiesta en forma global por medio de la labor innovadora del festival internacional de música Sonus.
Aparte de la diseminación de la música de Guastavino, nuestra misión tiene el propósito de incentivar la composición de obras inspiradas en tradiciones folklóricas mediante el concurso de composición.
Por otra parte, apoyamos a compositores del hemisferio occidental por medio de la competencia internacional de piano, que requiere tal repertorio. Hemos dedicado ambas competencias a Carlos Guastavino, que continúa inspirando nuestras iniciativas.
¿Quiénes la acompañan en esta iniciativa?
Artistas de fama internacional, ex-discípulos ahora colegas y amigos, amantes de la música, y miembros de la familia que apoyan la producción de nuestros programas y nuestros nobles objetivos. La labor interna es intensa, empezando por aquellas reuniones donde aprendimos cómo comenzar una organización sin fines de lucro. La lista de tareas y contribuciones artísticas y profesionales es casi interminable. Solo puedo expresar mi eterna gratitud.
La lista a continuación incluye los nombres de todos aquellos que -desde el 2020- han compartido generosa y maravillosamente su talento, calidad artística, dedicación, e inmenso amor por las artes y la música.
Judah Adashi, Composer/Judge (USA)
Gustavo Ahualli, Baritone (Argentina/USA)
Guillermo Anzorena, Baritone (Argentina/Germany)
David Alsina, Bandoneon (Argentina/USA)
Lydia Artymiw, Piano (USA)
Shakhida Azimkhodjaeva, Violin (USA)
Audrey Babcock, Mezzosoprano (USA)
Thomas Benjamin, Composer (USA)
Javier Bravo, Guitar (Argentina)
Bryan Bourne, Trombone (USA)
Susan Cahill, Double Bassist (USA)
Alberto Cavallero, Architect (USA) *
Gabriella Cavallero, Actor (USA) *
Andrew Cooperstock, Piano/Judge (USA)
Alejandro Cremaschi, Piano (Argentina/USA) *
José Miguel Cueto, Violin/Judge (USA)
Sharon Daniels, Soprano/Judge (USA)
Daniel Thomas Davis, Composer/Judge (USA)
Paul Erhard, Double Bass (USA)
Silvia Funes, Vocalist (Argentina/Germany)
Silvia Funes Piano Quintet
Andrew Garland, Baritone (USA)
Andrew Gerle, Piano/Composer (USA)
Carl Giegold, Acoustician (USA)
Daniel Glover, Piano/Judge (USA)
Gila Goldstein, Piano/Judge (Israel/USA)
Pablo Lavandera, Piano (Argentina)
Sanghie Lee, Piano (South Korea)
Noel Lester, Ad Astra (USA)
Cléber Mauricio de Lima, Presenter (Brazil)
Enrique Graf, Piano (Uruguay/USA)
Joseph Kingma, Piano/Judge (USA)
Peter Kozlowski, Pianist (Poland)
Caroline Mallonee, Composer/Judge (USA)
Silvina Luz Mansilla, Musicologist (Argentina)
David Hartley Margolin, Actor (USA)
José Luis Melonari, Clarinet/Judge (Argentina)
Solange Merdinian, Mezzo Soprano (Argentina/USA)
Agustín Muriago, Piano (Argentina/USA)
Shawn Carter Peterson, Actor (USA)
PING Vocal Ensemble, St. Mary’s College of MD
Jennifer Rende, Viola (USA)
Lilia Salsano, Piano (Argentina) *
Salvatore Sclafani, Piano (Italy)
Annika Socolofsky, Composer/Judge (USA)
Liza Stepanova, Piano (Georgia/USA)
Andrés Vadín, Guitar (Cuba/USA)
Daniel Velasco, Flute (USA)
Fernando Viani, Piano (Argentina/Switzerland)
Jorge Villavicencio-Grossman, Composer (Peru/USA)
Larry Vote, Conductor
Inci Yakar-Birol, Composer/Pianist (Turkey)
*Integrante del Comité Directivo
Conoció personalmente a Carlos Guastavino. ¿Cómo ha influido su relación con el compositor en la organización del concurso?
Conocer a Guastavino en persona fue una de las experiencias más significativas de mi vida, inspirándome profesional y personalmente. Es imposible cuantificar una experiencia de tan profundas consecuencias, que incluye la creación del Sonus International Music Festival -o Sonus-IMF-, y las competencias, incluyendo la de piano, varias décadas a posteriori.
Las dos entrevistas de tipo académico – el 7 de julio de 1987 y el 8 de agosto de 1988 – fueron la culminación de un sueño que comenzó en mi adolescencia. A aquél primer encuentro le siguieron varias visitas, conversaciones estimulantes y conmovedoras -en persona o por teléfono-, y una correspondencia que revela aspectos de lo que transcurría en su vida y en la del país durante esos años.
Guastavino detestaba los homenajes públicos, diciendo en una oportunidad… «no me gusta que me hagan alharaca» – una posición personal que mantuvo durante su vida. Conociendo este sentimiento, dudo que él hubiera aceptado la creación de competencias en su honor. Para el festival internacional de música Sonus y para mí personalmente, el festival y los concursos representan nuestro tributo a la esencia que animara su vida, o sea, es un homenaje a lo que él representa como gran músico y gran ser humano.
Durante nuestras visitas, Guastavino se complacía en compartir su orgullo por el éxito de su música que «viajaba por el mundo por sus propias cualidades» sin necesidad de propaganda. Este hecho no es una novedad para otros que lo conocieron. También expresó en más de una ocasión la esperanza de que su música fuera algún día tan popular como la de Chopin -uno de sus ídolos- cuya música se conocía en todas partes.
Para celebrar a Guastavino y su música es importante compartirla en forma que trascienda aquello que ya han hecho tantos músicos e intérpretes mediante grabaciones y otras modalidades creativas. Las competencias crean oportunidades y abren puertas, oídos y corazones. La nobleza y actitud sin compromisos que Guastavino mantuvo para escribir la música que él escuchaba interiormente, su entereza para resistir las corrientes experimentales de su época, la devoción y amor por su tierra, su definición de lo que constituye un compositor verdadero, son todos atributos admirables – transcendentales- motivo de inspiración para músicos de todo el mundo. Por medio de la competencia de piano invitamos a todos a sumergirse en la belleza particular de su obra.
La estructura de la competencia contiene otra dimensión. A lo largo de mi vida he dirigido muchos festivales y creado varios grupos de cámara, cursos didácticos, y otra competencia internacional, siempre con el objetivo principal de inspirar el deseo de aprender e instigar excelencia en la interpretación. La competencia que presentamos al mundo bajo el nombre Guastavino International Piano Competition, representa tales ideales. El repertorio propuesto permite a los participantes crear programas únicos. Pueden elegir sus obras favoritas del amplio repertorio tradicional, enriquecer su propio repertorio con música del continente occidental y descubrir y disfrutar la música de Guastavino. Este concurso refleja el ideal fundamental que alienta los objetivos de Sonus-IMF.
¿Qué elementos de la música de Guastavino considera trascendentales o más significativos para el repertorio pianístico?
Durante la primera entrevista en 1987, respondiendo a mi pregunta acerca de cómo escribía la música que escuchaba interiormente, Guastavino explicó…«La intelectualidad da la forma y la retoca, pero el sistema, el misterio de la creación de la frase melódica no lo puedo describir.» Cuando por primera vez leí Tierra Linda era una adolescente. Me conmovió. Quedé fascinada. Me impresionó como las obras rapsódicas y declamatorias de los nacionalistas europeos. Al mismo tiempo tenía un inconfundible sabor argentino. Existe algo profundamente atractivo en su mensaje musical, un elemento inefable que penetra profundamente en el corazón del intérprete y del oyente. Esto es algo imposible de cuantificar, algo que solamente se puede percibir directamente al escuchar.
Por otra parte, hay otros elementos en su obra en general y pianística en particular que se pueden estudiar y examinar. Su armonía, que durante una de las entrevistas el reconoció como lo más característico y «fácil de identificar» en su obra; la siempre presente riqueza melódica que abunda en todas sus obras, fáciles o difíciles; la fluidez de sus obras que a veces suenan como improvisaciones – una característica no siempre fácil de lograr; el contrapunto que caracteriza su lenguaje, los infinitos detalles de fraseo y articulación – no siempre presentados igualmente en ambas manos, y la habilidad para ejecutar sus obras musicalmente y al mismo tiempo observar el pulso o velocidad que él indica meticulosamente.
Su obra presenta diferentes niveles de dificultad, pero aún las más inocentes contienen algún problema técnico-pianístico a resolver, ya sea el uso del pedal, la destreza para resolver pasajes contrapuntísticos, las estructuras polimétricas, las polirritmias, y otros detalles característicos de su amplia producción. Es importante recordar que Guastavino era un compositor que – a través de su escritura – revela un artista en posesión de gran habilidad técnica y profundo conocimiento del instrumento.
Carlos Guastavino no escribió libros técnicos o estudios, pero muchas de sus obras pueden ser asignadas a estudiantes de diferentes edades o niveles, para desarrollar aspectos específicos de la técnica pianística, como así también para perfeccionar la lectura musical. Todo constituye parte de la constante evolución del pianista, ya sea estudiante o concertista.
Como profesora con una larga trayectoria en instituciones prestigiosas, ¿cómo ve el futuro de la educación musical en relación con la música clásica latinoamericana?
Durante mis años de formación en la Argentina, tuve la suerte de recibir los beneficios de una educación pública excelente y sumamente exigente en todos los niveles: elemental, secundario, y universitario. La disciplina, interés por la investigación y la dedicación al estudio eran atributos valiosos, los cuales eran celebrados por los fantásticos maestros y profesores a cargo de mi educación y formación. Siempre fui el tipo de estudiante lista para resolver problemas, sin temor a los maestros exigentes. En casa, mi papá siempre celebró mi curiosidad académica, inculcando en mí principios nobles, ideales que resultaron en un intenso deseo y búsqueda del conocimiento, algo que ha perdurado a través de la vida.
Mi experiencia como educadora y eterna estudiante en diferentes países se fue enriqueciendo al descubrir distintas tradiciones y modos de enseñanza y de aprendizaje. En retrospección, observo configuraciones o modelos, concluyendo que independiente de métodos o modelos adoptados, los atributos más significativos son la cualidad humana y la pasión. Los estudiantes pueden distinguir entre educadores que simplemente «se hacen presentes» y aquellos que tienen la habilidad de inspirar y estimular la imaginación, quienes siempre me han atraído. Yo solía decir a mis estudiantes de piano o en clases grupales que se olvidaran de los títulos y se concentraran en convertirse en la mejor versión de sí mismos. El objetivo de la educación debe ser el aprendizaje, no la obtención de títulos o premios. Cuando los títulos definen el valor de una persona, quedan pocas esperanzas para el desarrollo de la calidad artística y el desarrollo personal.
Respecto al estado de la educación musical en este momento, debo admitir que resulta un poco desalentador. Sabemos que la creatividad florece con la presencia de las artes y la música, pero en años recientes, su presencia en la educación en general va desapareciendo, lo cual es un signo trágico. No sé cual es la situación en otros países, pero en años recientes, especialmente después de la pandemia los programas de música han ido desapareciendo del currículo, especialmente en instituciones universitarias donde los departamentos de música fueron eliminados, en parte debido a pocas inscripciones. Las instituciones mayores o especializadas continúan manteniendo la llama encendida.
En cuanto a la presencia de la música clásica argentina o música latinoamericana, siempre hay interés, pero no se refleja en la ortodoxia impenetrable de los programas «tradicionales» lo que augura un camino largo a recorrer. Me parece que queda en manos de grupos como Sonus-IMF incrementar el interés y la presentación de música de raíces Iberoamericanas.
¿Qué proyectos o actividades tiene planeados para el futuro?
La primera actividad está programada para el 22 de octubre celebrando los ganadores de la Carlos Guastavino International Composition Competition 2023 en la University of Colorado Music School at Boulder, Colorado. El elenco de intérpretes incluye profesores de la escuela de música, y representando a Sonus estaremos presentes Gabriella Cavallero, Lilia Salsano, Alejandro Cremaschi, José Miguel Cueto, y yo. Aquí pueden leer la Newsletter 2024 donde se nombran todos los participantes. Más acerca de este concierto en septiembre.
El 2 de noviembre presentamos música argentina con Lilia Salsano, Gustavo Ahualli y José Miguel Cueto, en un programa del Latin American Music Center (LAMC) de la Universidad Católica de América (CUA) en Washington D.C. Dirigido por Ahualli, el LAMC ha auspiciado las actividades de Sonus-IMF desde su inauguración.
Para más información, visitá la página oficial del festival:
Piano Competition — Sonus International Music Festival
www.nancyroldan.com
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