Anticipando el último concierto de su gira dedicada a difundir la música ecuatoriana, conversamos con el guitarrista Joaquín Vaca acerca de este interesante proyecto, su formación musical y su experiencia de vida en nuestro país. 

El concierto será el domingo 22 de septiembre en la Usina del Arte de Buenos Aires, acompañado por la Orquesta de Cámara Amadeus FM 91.1 Cultura Musical.

Por Maxi Luna.

Contanos un poco acerca de tu formación y qué enseñanzas te dejaron tus maestros…

Bueno, siento que he tenido una formación bastante ecléctica y discontinua, pero si hablamos más dentro de lo académico, te puedo decir que me formé en la UNA con Javier Bravo, de hecho sigo estudiando con él. He tomado clases maestras y participado en varios seminarios de guitarra, que por suerte han sido un gran complemento dentro de mi formación. También hice un diplomado en interpretación y emociones con Mauricio Weintraub. 

Para mí no solo los profesores son maestros, sino también los colegas músicos con los que uno está tocando todos los días. Pero te puedo decir que mis maestros me han enseñado a conectarme de una manera más profunda con la música, a optimizar y mejorar muchísimo la técnica, a expresar mejor lo que quiero decir, a trabajar la humildad y la constancia. 

 

¿Qué te llevó a venir a estudiar a la argentina y qué experiencias te llevás de nuestro país?

Vine a este país en una situación bastante predestinada quizá, en Ecuador un amigo me hizo escuchar Piazzolla y para mí fue un flechazo. Él me decía siempre “imagínate tomarnos una cerveza en una cafetería de Buenos Aires mientras escuchamos esto”. En esa época adoraba viajar y decidí que si iba a estudiar música sería en otro país. Todo se fue armando y cuando escribí a las universidades de acá me respondieron todas de una manera muy amable. 

Más que experiencias me llevo toda una vida!! Me pasaron cosas muy fuertes, intensas. Tuve experiencias valiosísimas. Pienso que hice y cumplí todo lo que me propuse (bueno no todo aún porque estoy pronto a recibirme). Viví muchos años acá, me siento argentino de corazón. Es un ciclo que se va cerrando y me ha dejado muy marcado.  

¿Cómo surge la idea de realizar esta gira con música de Ecuador?

Lo sentí más como una necesidad de mostrar una música que valía mucho la pena ser escuchada, sobre todo en estas tierras donde la música tiene mucha elaboración, complejidad y existe un público, pienso, bastante educado que siempre está con la oreja receptiva y atenta. 

Por otro lado, la música ecuatoriana forma una parte importante de mi universo musical, es un lenguaje con el que me llevo muy bien, y es una música que me brinda cierta identidad. 

¿Qué nos podés contar acerca de los géneros típicos de tu país que estuviste interpretando? ¿Se trata de música académica de raíz folklórica?¿Tuviste que realizar arreglos? 

En el repertorio incluí géneros autóctonos como el yumbo, el danzante; y géneros más coloniales como el pasillo, el sanjuanito. También hicimos un concierto con obras folklóricas e interpretamos boleros, valses y albazos de nuestra tierra. En cuanto a la formación hubieron obras originales para guitarra, otras fueron adaptaciones para guitarra, flauta traversa y percusión. Y también hice un arreglo para guitarra y percusión del pasillo “Cantares del Alma” de C. Bonilla Chávez. 

Te podría decir que la mayoría del repertorio son obras académicas que conservan su raíz folklórica, y -que dependiendo del compositor- muestran más o menos alguna de estas vetas. 

 

¿Tuviste que investigar mucho? ¿Cómo fue la selección del material?

Creo que no tuve que investigar tanto, de hecho siento que en este caso mi prioridad fue más la de ejecutar la música que la de indagar en sus orígenes o en su contexto histórico geográfico. Sin embargo, el repertorio seleccionado fue bastante pensado. Por un lado desde mi experiencia y gusto personal de las obras, y por otro desde su concepto. La mayoría de obras seleccionadas son obras compuestas para guitarra solista. 

Sí es verdad que vengo indagando ampliamente acerca de la música de Carlos Bonilla Chávez, ya que es el objeto de mi tesina de grado, por lo que en ese sentido me nutrí bastante de producción y biografía. 

¿Cómo ha sido la recepción del público argentino?

Ha sido muy satisfactorio escuchar sus devoluciones, es un público muy sensible, les ha gustado mucho las obras de C. Bonilla Chávez, Gerardo Guevara, y los sanjuanitos. También he recibido elogios de mi concierto junto a Tawa, que es mi grupo de folklore ecuatoriano. 

En el Festival de Guitarra “María Luisa Anido” tocamos ante estudiantes jóvenes de una escuela de música y nos fue muy grato ver que cuando interpretamos “Poemario Andino” de Carlos Bonilla, que es una obra muy suave, lenta y extensa, provocamos un silencio de lo más agradable en la sala. Creo que los preparamos al decirles que era una obra con sonidos rituales.  

 

¿Qué nos podés anticipar del último concierto en la Usina del Arte? 

Personalmente es el evento más importante de mi gira. Estaré interpretando el concierto Raíces para guitarra y orquesta de Carlos Bonilla Chávez. Es la primera vez que lo voy a tocar y me siento muy emocionado. Es una obra que está muy bien orquestada y que se lleva fantástico con la guitarra, hay varias cadencias y solos muy expresivos. El segundo movimiento es un pasillo “romantizado” y es uno de los pasillos más sublimes que he tocado. El concierto tiene ritmos y melodías autóctonas como el sanjuanito, y están muy bien repartidas y conjugadas con la parte orquestal. 

 

¿Te interesara incentivar a los compositores ecuatorianos a escribir más música para la guitarra y poder difundirla?

Claro que sí, existe una generación nueva de compositores y que no han pasado por alto a este instrumento, comencé a investigar un poco y desde ya estoy pensando en armar algún proyecto al respecto. Con Fabián Murua, el flautista de esta gira, estamos pensando en encargar una obra para guitarra y flauta a algún compositor ecuatoriano, ya que todo lo que tocamos lo tuvimos que adaptar.