Mauricio Charbonnier
Las primeras audiciones de la nueva pieza musical involucran a dos orquestas provinciales: la Filarmónica de Río Negro y la Orquesta Sinfónica de Santa Fe.
La versión completa de esta entrevista estará disponible en la revista digital MúsicaClásica3.0 #51 – Noviembre 2023
Por Julián Guzzo
En los días previos al estreno del Concierto para violín y orquesta “Humanidad” de Mauricio Charbonnier, tanto el compositor como el director y la solista a cargo relataron sus experiencias, que ofrecen al lector un valioso acercamiento a la obra desde distintos puntos de vista. Perspectivas de un trío de músicos que, además de ser destacados profesionales, colaboran regularmente en la difusión y crecimiento del repertorio argentino.
La violinista Édua Zádory y el director Martín Fraile Milstein participan en las dos presentaciones de “Humanidad” en el país, con un programa que también incluye la Sinfonía n° 6 de Beethoven. Primero, junto a la Filarmónica de Río Negro, el viernes 17 de noviembre a las 21 en el Complejo Cultural Cipolletti, con una charla previa a las 20.20, donde los artistas junto al compositor realizarán compartirán detalles del estreno mundial. Luego llega el turno de la Orquesta Sinfónica de Santa Fe, cuyo director titular es Silvio Viegas, el viernes 24 de noviembre a las 21 en el Centro Cultural Provincial.
En primer lugar, el compositor comparte las ideas que guiaron la construcción de su concierto que, en tres movimientos, contiene un importante mensaje para la época actual.
-¿Cuál fue la propuesta o la idea que dio inicio a la composición del Concierto para violín y orquesta?
–Mauricio Charbonnier: La obra nace de un encargo realizado por la Orquesta Filarmónica de Rio Negro, bajo iniciativa de un proyecto conjunto impulsado por Martín Fraile, actual director titular del organismo. Dentro de ese proyecto también existía la posibilidad de trabajar con Édua Zádory, violinista europea radicada en Viena, con quien colaboramos en muchas oportunidades. Édua estrenó otras obras de mi catálogo, en conciertos de cámara en Europa. Recientemente participó en la grabación de un tercer disco, que estamos por lanzar en diciembre de este año.
En relación a la propuesta musical que dispone la obra, en este concierto retomo la idea de un único material temático, un concierto que en su desarrollo dispone de elementos de construcción emparentados a la concepción de música cíclica, técnica utilizada por Liszt y César Franck, entre otros. Trabajé lo motívico como un proceso unificador de toda la obra, un solo germen expansivo por el cual comenzar a diseñar los tres movimientos y los casi 26 minutos que dura el concierto. Esto tiene un sentido musical pero también programático.
-Señalás que la obra plantea como interrogante “¿en qué lugar podemos encontrar nuestra humanidad?”. Cómo producción contemporánea, ¿qué vínculos establecés entre esta temática y el material musical que utilizás en la pieza?
-MC: Como mencionaba anteriormente, la idea de un único material no solo respondía a algo musical y a lograr unidad en la obra, sino a un contenido programático. Ese único tema que lleva como mensaje el violín, nos personifica y representa a nosotros como sociedad. Los movimientos del concierto emulan el camino que transitamos en nuestra vida. Los cambios y contraposiciones sobre este material temático, son las dificultades que atravesamos, como seres sociales. Al transcurrir los distintos momentos de la obra cada quien podrá descubrir a qué momentos de sus elecciones de vida, comportamientos y experiencias emocionales le han recordado, es un viaje hacia las profundidades del alma y de la vida. La obra interpela al oyente en torno a cuál es el rol del arte y cómo influye en nuestra humanidad.
-La obra está dedicada a Édua Zádory, ¿este hecho influyó en el proceso de composición del Concierto?
-MC: Si, concretamente pensé la obra bajo características muy singulares que posee esta intérprete, esto no excluye a otros artistas con iguales condiciones, en Argentina y en el mundo. En el caso de Édua se puede apreciar aspectos importantes en su forma de frasear, variadas posibilidades expresivas, su amplitud en el sonido y ductilidad dinámica, daban una opción muy conveniente. Édua posee un gran sentido musical en lo que refiere a la nueva música, con ideas muy creativas, y una expresión muy romántica, elemento valioso a considerar por el tipo de lenguaje estético que utilizo.
El violín como mensajero
Édua Zádory es una violinista austrohúngara reconocida por grandes maestros como Yehudi Menuhin. Con gran actividad en la escena argentina, la artista relata su experiencia con el repertorio y describe los tres movimientos desde su perspectiva como solista:
-El primer movimiento empieza con una cadenza del violín solista, que me da la sensación de que es el mensajero. Aquí el compositor crea un lindo e íntimo momento donde lo deja solo. Tal vez, el segundo movimiento es como una romanza donde el violín canta todo el tiempo con líneas muy románticas propias del estilo del compositor. Luego, en el tercer movimiento, la música tiene gran agitación y vigor donde se produce una lucha entre el ritmo y las líneas de gran énfasis expresivo. El rol de la percusión está muy presente, por momentos tenés que competir con ellos, de una manera medio difícil, equilibrando el lirismo melódico con los pasajes rítmicos. Esto requiere bastante disciplina.
-¿Te encontraste con algún desafío en particular?
El Concierto “Humanidad” es algo monumental para mí. Cuando interpreto la obra siento estar sobre una montaña escuchando y viendo hacia abajo cómo transcurre la sociedad. Desde la altura te parece todo por descontado, claro, podés entender todo. Me siento muy segura, como mensajera de la humanidad la sensación es edificante. Realmente, espero poder transmitirlo a través de este concierto.
Como siempre pasa en las nuevas obras, el desafío como violinista es poder encontrar tu propia persona. Sin parámetros, sin el mapa del mundo, me siento tan libre, pero también perdida… ¡La única forma para desarrollarlo es tocarlo!
Martín Fraile Milstein desarrolla una intensa actividad como director de la Filarmónica de Río Negro desde su creación. Comenta los desafíos que involucran los estrenos absolutos y las dinámicas que se generan en los ensayos previos.
-¿Cómo elegiste el resto del programa y de qué manera se relaciona con el lenguaje de la obra de Mauricio?
-MF: Luego de “Humanidad” continuamos con la “Pastoral”, la Sinfonía no. 6 de Beethoven. Elegí en este caso no incluir una obertura para darle más lugar al ensayo del concierto para violín, que dura aproximadamente 25 minutos. La Orquesta Filarmonica de Rio Negro tiene un sistema particular de funcionamiento y contamos con pocos ensayos para preparar un repertorio completo. En relación a los lenguajes, tanto en la “Pastoral” como en “Humanidad” el uso de la pintura tonal y de situaciones por descubrir por parte del oyente conectan a estas dos obras.
-Como director, ¿qué aspectos de la obra te resultan fundamentales para transmitir a los músicos y, por extensión, al público?
-MF: Músicos y público son dos audiencias muy distintas en ese aspecto. Con los músicos compartiré aspectos constitutivos de la obra que les ayuden a conformar una imagen sonora tanto individual como compartida. En ese proceso la solista aporta y mucho. El gran diferencial es la presencia del compositor, que afortunadamente está vivito y coleando y nos dirá, esto lo imaginé de esta forma, esto otro quería que fuese así pero ahora que lo escucho de esta manera vayamos en esta dirección… Los músicos también colaboran con sus propuestas, desde cuestiones de articulación e incluso cambios en determinadas notas, divisi…La performance de una obra es claramente una creación colectiva. Una nueva obra expone esto con mucha mayor claridad porque parto del axioma de que ninguna obra está completamente escrita sobre piedra y que cada uno de nosotros hace un aporte fundamental y único cuando la estamos ejecutando. Hacer cambios en la “Pastoral” es difícil sin poder pedirle opinión a un Beethoven que está descansando desde hace casi 200 años. A Mauricio lo tendremos ahí nomás, escuchando, disfrutando, exigiendo y, espero, conmoviéndose con esta nueva creación.
La meta
Para finalizar, el compositor comenta sus expectativas
-Luego de las dos presentaciones, ¿qué futuro creés que le espera al Concierto?
-MC: Esperamos que un futuro próspero… hacer un pequeño aporte al catálogo escrito para violín fue un gran desafío. Ojalá se trasforme en opción para otros intérpretes y orquestas que puedan interesarse y programarlo, que sea una bocanada fresca a los ya muy transitados conciertos tradicionales. Devolver el lirismo al instrumento solista y una estructura sólida fue la meta.
Luego del estreno y la respectiva reposición el concierto tendrá vida propia. A partir de allí las posibilidades con otras orquestas argentinas en 2024 y negociaciones con otros países serán algo natural, todo dependerá si el resultado musical es bueno y la expectativa se cumple. Por lo pronto estamos felices de estrenarlo aquí y de trabajar por el lanzamiento de su grabación.
No quiero dejar de agradecer al Maestro Silvio Viegas propulsor incansable de nuestra música nacional, quien dispuso su orquesta para este re-estreno en Santa Fe junto a la Sinfónica Provincial. A Édua Zádory y Martín Fraile por su confianza y profesionalismo.
Para más detalles no te pierdas la versión completa de la entrevista en la revista digital MúsicaClásica3.0 #51 – Noviembre 2023