El concierto comenzó con la sonata que Beethoven escribe en 1796 dedicada a Joseph Haydn. Si bien es la obra que abre el ciclo de las 32, es importante destacar que no es la más temprana. Martha Noguera la interpretó con absoluta seguridad y solidez.

La pianista continuó a toda marcha con la Sonatina N° 20, tal vez, la más fácil a nivel técnico de todo el ciclo; probablemente fue destinada a los estudiantes del compositor.

Con la Sonata N° 30 cerró la primera parte del recital interpretando cada movimiento con soltura y dinamismo. Luego de un breve intervalo volvió al piano para ofrecer una gran versión de la sonata N° 22 donde refleja en ella su total conocimiento y dominio de la obra de este compositor.  

Finalizando el concierto Noguera interpretó “Apasionada”, considerada una de las tres grandes sonatas de su periodo medio. Fue compuesta en 1804 y dedicada a un gran amigo y admirador, el conde Franz von Brunswick. La pianista destaca la velocidad, el brillo y el contraste de matices que conforma la sonata. El piano, con un sonido fiel y ajustado, respondió a los pedidos de la artista. Pero, finalizando el primer movimiento, surgió un desperfecto en el pedal derecho (de resonancia) y que duró hasta el final.