PH: Candela Fuertes
Mariano Loiácono presentó una vez más una propuesta estética contundente, esta vez liderando un grupo de figuras internacionales. Da la sensación de que, en los últimos años, fue encontrando un sonido y una manera de hacer propios. Como si fuese cada vez más preciso en qué quiere decir y cómo quiere dialogar con la tradición en la que se inscribe.
Por Magalí Fernández.
Mariano Loiácono es un trompetista cordobés que supo hacerse un lugar en la escena local de jazz. Al tocar, componer o hablar de música, transmite una fuerte convicción estética y mucho compromiso y entusiasmo por la tradición a la que adscribe.
Su sexto material discográfico, Vibrations, está signado por ese entusiasmo. Si recorremos la lista de temas, encontramos varios homenajes. El que le da el nombre al disco está inspirado en la ciudad de New York, Dear John es un tema de Freddie Hubbard basado en los cambios de Giant Steps, el clásico de John Coltrane, y el tema que cierra la placa es To Michael Brecker, un homenaje de George Garzone a su amigo saxofonista. A esto se suma el hecho de que el material fue grabado en New York con varios referentes del género.
El miércoles 21 de Diciembre Mariano Loiácono Quintet cerró el ciclo de jazz en el auditorio de Radio Nacional, Maipú 555.
La presentación en Buenos Aires se hizo en Bebop Club con parte del quinteto del disco: Antonio Hart en saxo alto -reemplazo del tenor George Garzone-, Anthony Wonsey en piano, Jerónimo Carmona en contrabajo -en lugar de Ron Mc Clure, quien vendría a reemplazar David Williams- y Rudy Royston en batería. Se sumó Sebastián Loiácono en saxo tenor para la segunda mitad del concierto.
A lo largo de la hora y diez que duró el show el grupo desplegó su altísimo nivel musical, el espíritu colaborativo y lúdico de la improvisación y dejó margen para el lucimiento de las individualidades, que por cierto eran varias y tuvieron mucho para desarrollar. Fueron sólo cuatro temas: dos del disco, un standard y uno más de Loiácono. Con eso bastó para que la música tomara múltiples y diferentes matices. Hubo momentos de improvisación dura, hardbopera (destacándose el solo de Hart y los trades en Bluescycle), momentos de mucho swing (el solo de Wonsey en Stars fell on Alabama), otros pasajes más líricos y momentos más grooveros (Let down!, un blues menor en clave funky). La sección rítmica estuvo afiladísima, pujante y desafiante y los solistas, creativos y alertas. El público escuchó con atención, hizo palmas, aplaudió todos los solos y pidió un bis que los músicos no tocaron porque era muy tarde (el segundo set terminó alrededor de la 1:40).
En resumen, Loiácono presentó una vez más una propuesta estética contundente, esta vez liderando un grupo de figuras internacionales. Da la sensación de que, en los últimos años, fue encontrando un sonido y una manera de hacer propios. Como si fuese cada vez más preciso en qué quiere decir y cómo quiere dialogar con la tradición en la que se inscribe.