Lopérfido deja la dirección del Colón ¿Que algo cambie para que no cambie nada?

Imagen de Lopérfido deja la dirección del Colón ¿Que algo cambie para que no cambie nada?

Después de varios meses de idas y vueltas y rumores, Darío Lopérfido finalmente se aleja del máximo coliseo argentino.

 

Resistido desde el inicio, sorprendió tomando algunas medidas interesantes como la apertura al público de los ensayos generales, el sistema de streaming que permite ver algunas funciones en directo a través de internet y el afianzamiento del Festival Barenboim con el regreso de Martha Argerich a nuestro país incluído.

Tras un breve y fallido paso por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires -cargo al que tuvo que renunciar luego de sus poco afortunadas declaraciones acerca del número de desaparecidos, lo que lo llevó a un enfrentamiento con los organismos de derechos humanos- mantuvo un puesto como Director Artístico en el teatro.

Sin embargo los cuestionamientos siguieron desde dentro y afuera: una floja temporada operística, conflictos con el Ballet Estable por la escasez de funciones, roces con parte del equipo de la nueva Directora General, el alto costo de las entradas, críticas al alquiler de la sala para eventos privados, problemas gremiales, etc. En definitiva, el final se veía venir tarde o temprano. Lo curioso es que Lopérfido aparentemente continuará ligado al teatro a través de un nuevo “cargo” en una asociación oficial con sede en Berlín (¿una manera solapada de despedirlo sin asumir un costo político quizás?).

En definitiva el nuevo Director Artístico del teatro será el actual Director de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, el mexicano Enrique Arturo Diemecke, a quien le deseamos lo mejor y esperamos que pueda encontrar tiempo en su ajetreadísima agenda para poder ejercer el cargo con el compromiso que corresponde.

Mientras yo sea el Director Artístico del Teatro Maximiliano Guerra continuará dirigiendo al Ballet Estable afirmó Lopérfido en el anuncio de la temporada 2017. Dicho y hecho. Guerra, también cuestionado por los propios bailarines, entre otras cosas por ocuparse más de sus proyectos privados que de dirigir al cuerpo estable, será reemplazado por Paloma Herrera.

Realmente toda la comunidad artística y el público que asiste, ya sea deslumbrado por primera vez o habitué de toda la vida, espera que estos cambios no lo sean sólo en los nombres, sino que realmente aporten trabajo, responsabilidad y compromiso para devolverle al teatro todo su esplendor.

Por Maxi Luna

 

 

Leer anterior

Gran concierto de Valery Gergiev Auditorio Nacional de Madrid

Leer siguiente

Tres veces Penderecki y el cellista Gautier Capuçon, del otro lado del espejo

Más publicaciones