LA VOZ HUMANA, UNA SIMBIOSIS PERFECTA ENTRE TEXTO Y MÚSICA

Imagen de LA VOZ HUMANA

La tragedia lírica de Poulenc se destaca por la sorprendente interpretación de Elisa Calvo. Se apodera de una puesta unipersonal centrada en la exasperante soledad que sufre la protagonista durante la era del teléfono fijo francés. La orquesta dirigida cuidadosamente por Silvana D’Onofrio logra manifestarse como parte de la propia acción dramática.

 

Ficha Técnica: 

La voz humana de Francis Poulenc y Jean Cocteau. Dirección musical: Silvana D’Onofrio. Régie: Antonio Leiva. Elenco: Elisa Calvo. Orquesta: Fundación Musizap. Organizador: Música en escena y Teatro Empire. Sala: Teatro Empire, sábado 17. Repite jueves 22 a las 20.30. Calificación: Excelente.

 

Por Julián Guzzo.

 

Ubicarse desde la fila ocho hacia atrás era la recomendación brindada a los primeros y afortunados espectadores al ingresar a la sala. Una vez allí, se esperaban escuchar los iniciales sonidos inquietantes de la tragedia lírica en un acto de Poulenc, pero esto no fue lo que sucedió. 

La soprano emergió cantando con pasión la tango-habanera «Youkali» de Kurt Weill, iluminada frente al telón por un reflector de luz blanca.

La perfecta pronunciación del francés y su agradable voz acompañada sólo por el piano, parecían consagrarla como una famosa cantante de entreguerras que, con nostalgia, canta sobre un paraíso imposible de alcanzar. Pero una vez que el público le brindó el aplauso, se abrió el telón y Elle, la protagonista, fue absorbida por la escena de La voz humana para mantener, por cuarenta minutos, la última y desesperada conversación telefónica con su amante.

Llevar a cabo un monólogo en el cual estados de ánimo extremos se suceden de manera espontánea requiere de una capacidad actoral y emocional que Calvo fue capaz de solventar ampliamente, mientras que en lo musical también supo tener la habilidad para pasar de un estilo recitativo, que es el predominante en la obra, a pasajes más líricos sin ningún tipo de progresión gradual. Por su parte, la dirección de D’Onofrio logró articular tanto la particular simbiosis entre texto y música, como llenar de significado los silencios de la cantante cuando su interlocutor al teléfono le habla, cuya voz es inaccesible para el público.

 

Se utiliza una orquesta más reducida que la propuesta por Poulenc, una sabia elección por parte de los organizadores pertenecientes al circuito de la ópera independiente, conocido espacio de propuestas diferentes y de calidad. Esperamos que puedan agregar más funciones manteniendo la formación orquestal que tanto aporta a la obra.

Por ahora, queda sólo este jueves 22 para disfrutar de esta tragedia con temática vigente y de la micro-ópera ofrecida a modo de recepción, Mientras el auto espera, del compositor y pianista argentino Mario Dardis, que también se llevó una magnitud importante de aplausos.   

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