La Orquesta de Cámara de Viena, Mozart y la excelencia.

Imagen de El Mozarteum Argentino culminó su valiosa temporada con viejos amigos

Ph: Liliana Morsia

La Orquesta de Cámara de Viena en el segundo concierto de cierre de temporada del Mozarteum Argentino en el Teatro Colón.

 

Por Carlos Romero.

 

La mundialmente reconocida Orquesta de Cámara de Viena, conducida por el director y pianista Stefan Vladar, cerraba la temporada anual del Mozarteum Argentino con su segundo concierto en el Teatro Colón el miércoles 14 de noviembre, integrando un programa que realizó un recorrido por diversos compositores, cuyas obras seleccionadas para esta ocasión abarcan muchas de las características compositivas de los modelos musicales clásicos del siglo XVIII; ya sea en el caso de W. A. Mozart (1756 – 1791), como una de las figuras principales de esta época, o por influencias de este estilo incorporadas en la formación musical inicial de compositores posteriores, como Benjamin Britten y Antonín Dvo?ák.

Con su equilibrado número de instrumentistas de cuerdas frotadas, la orquesta puso fin al silencio y la expectativa iniciando su concierto con la Sinfonía Simple Op. 4, obra del compositor inglés BenjaminBritten (1913 – 1976). Desde la enérgica introducción del primer movimiento se dio a conocer la notable integración sonora del conjunto orquestal europeo, que se reafirmó en la precisión y sutileza de los pizzicatos con los que se abordó el siguiente, Playful Pizzicato. La Sentimental Sarabande que le siguió conformó un nuevo clima musical en la sala con un carácter más apacible creando un puente hacia el cuarto y último movimiento, interpretado con un equilibrio y balance acústico admirables.

En el Concierto para piano y orquesta no.12 en La mayor de Mozart, el director Stefan Vladar, ganador del Primer Premio en el Concurso Internacional de Piano Beethoven de Viena en 1985, asumió el rol de conductor y pianista solista, como era lo usual en el mismo Mozart cuando dirigía sus conciertos con el instrumento de frente a la orquesta. La precisión temporal en lo rítmico y en las frases musicales, combinado con un modo lúdico de ejecución, son características fundamentales en la música de este compositor y fueron expuestas excelentemente en los tres movimientos que conforman este concierto, con una muy notoria técnica instrumental en las cadencias, como la del segundo movimiento, Andante, donde es muy alto el nivel de complejidad que se manifiesta en la llegada a un pianissimo delicado que haga desaparecer el sonido con mucha sutileza en la última nota.

Como encore de esta parte del concierto, el maestro Stefan Vladar deleitó con la Consolación N° 3 de Franz Liszt, demostrando un nivel de profesionalismo y delicadeza de ejecución pianística excepcionales a pesar de las constantes interrupciones a causa de un teléfono celular que sonó repetidas veces.

Luego del intervaloy continuando con Mozart como figura central de la noche, el Divertimento en Fa mayor, KV. 138, con sus tres cortos movimientos, fue la reafirmación de la calidad sonora que maneja esta orquesta y del profundo estudio que los músicos han realizado sobre el repertorio de este compositor para brindarle la frescura y jovialidad a esta obra, característica de un Mozart adolescente.

Con el final de este Divertimento y como último número del programa, la Serenata para cuerdas en Mi mayor, Op. 22 de AntonínDvo?ák (1841 – 1904), demostró la versatilidad de la orquesta en su totalidad y de Vladar en su dirección, interpretando un lenguaje musical que, si bien tiene influencias muy evidentes del estilo clásico de composición, posee además características regionales particulares en su organización del ritmo, que tiene muchos aspectos retomados de las danzas populares nacionales de la actual República Checa.

De esta forma se cierra el año en el Mozarteum Argentino, con la generosidad de dos encores al final de la noche, entre los cuales y como número de despedida, la Orquesta de Cámara interpretó el Presto del Divertimento en Re mayor K. 136 de Mozart, con Vladar retomando al máximo el aspecto lúdico en su dirección, un poco a modo de una excelente “clase magistral” sobre cómo interpretar el repertorio orquestal de este compositor trascendental en la historia de la música.

 

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