
El multifacético compositor y guitarrista Guillo Espel estará presentando una nueva obra sinfónica bajo el sugerente título de “Una Confiable Irreverencia”. El evento será llevado a cabo el próximo 29 de septiembre por la Orquesta Sinfónica Nacional en el CCK. El estreno de esta pieza será en el marco del Concierto LA SINFÓNICA CONTEMPORÁNEA, dirigido por el Maestro Mariano Chiacchiarini, concierto en el que se ejecutarán además, obras de Matalón, Sprintz y Wilensky. Desde MusicaClasicaBA pudimos conversar con el músico acerca de este y otro importante proyecto como es la producción de “Elecciones primarias”, su primera ópera de cámara con régie de Marcelo Lombardero.
Contanos acerca de “Una Confiable Irreverencia" ¿A que se debe el título?¿Es una obra programática?
El título, como la obra misma, sugiere caminos expansivos, lo que traduce misterios y ambigüedades. De allí que el resultado final en su discurso, se construye en la escucha del otro, y no en las mutaciones o presencias que el material sonoro expone. Casi a modo de juego, puede pensarse que una irreverencia es confiable si es certera y efectiva (sobre todo para el que la produce), del mismo modo que al ser confiable es “amigable” pese a su incorrección (más vinculado con el que la recibe). Pero lo inverso también es posible! Algo de esta dialéctica significante se traduce en música. No obstante, como secreto develado, debo confesar que como compositor de la obra me sentí mucho más inclinado a la primera de las opciones.
¿Cuáles son sus características técnico-musicales?
Escribí “Una Confiable Irreverencia” con un incentivo superlativo. Sucede que hace ya varios años que escribo por encargo en base a la dinámica en la que se me comisionan obras. Si bien eso es gratificante y halagador, conlleva a que ciertas ideas, planteos estéticos o instrumentales que uno desea trabajar, se vean relegados a la espera de un tiempo futuro. Hace muchos años que quería escribir una nueva obra sinfónica sin solista ya que, por lo antedicho, escribí mucho para solistas y orquesta, o bien música de cámara. Mi primera obra sinfónica, escrita en 1992, que se ha interpretado muchas veces era la única que figuraba con ese orgánico en mi catálogo. Finalmente el momento llegó y pude escribir muy artesanalmente, enfocado en resultados tímbricos, formales, y de diseño instrumental que me llevaron por caminos imprevistos que no paré de disfrutar en cada instante de trabajo. “Un Confiable Irreverencia” será en mí, entonces, un espacio de profunda libertad, que atesoro como parte de este océano de posibilidades que implica ser compositor y transitar ese decurso.
¿Cómo está estructurada la obra?
Dos motivos territoriales: Un primero, con una nota comandante (la) con un comportamiento móvil, expandido y atomizado en múltiples planos hacia el cierre en una deconstrucción imprevista por la fortaleza de la nota inicial. Un segundo motivo (desde compás 16), con un distinto eje sonoro (sib), repetitivo hasta su refracción en la mitad de su curvatura (mi), que también como en el primer motivo mutará en diferentes anclas sobre cada exposición. Se persigue el movimiento del sonido en su temporalidad, con mayor preocupación que su definición “formal” o motívica. Una mirada espectral, expansiva, en el tratamiento del sonido, en su curvatura, que intenta desanudar los tejidos satelitales entre ambos incisos.
Un planteo morfológico en apariencia clásico y simétrico, sobre exposiciones de esos mismos motivos cada cuatro compases, con bloques sonoros yuxtapuestos y expandidos, definiendo entonces encuentros de estos incisos cada dos, seis u ocho. Dos motivos, en permanente mutación, conviven, se separan y yuxtaponen, amparados en procedimientos donde bloques sonoros nunca estables, sino siempre desmembrados, se entretejen en el campo sonoro resultante.
El planteo discursivo, el nudo y desenlace dramático, se articula entonces como consecuencia de las fricciones que ocurren entre los dos vectores en pugna, que se disponen en variaciones dinámicas, en distintas alturas y resultantes tímbricas de las combinatorias ofrecidas por la instrumentación y su tratamiento en cada sección. El tácito comportamiento hacia el final, donde prevalecen las ausencias; asimetrías morfológicas que se desdibujan por las mutaciones que sufren los temas expuestos y conlleva a desalinear las equivalencias. Todo cuanto se expone, se pierde. Los dos motivos mutan hacia en un vacío presente, un lugar tácito, y cada reexposición queda abierta y nunca abarca el inciso referente inicial.
En este sentido, la obra está siempre en proceso, en movimiento y “alterada” antes de exponerse con rasgos que identifican un punto de partida auténtico o un eje con un desarrollo expansivo.
Terminaste de escribir una ópera de cámara (tu primera ópera), “Elecciones Primarias”, sobre texto de Silvia Hopenhayn. ¿Qué nos podés contar de la obra?
La ópera será presentada en forma parcial, como “work in progress” y en versión de canto y piano el 7 de octubre en la Casa Victoria Ocampo, del Fondo Nacional de Las Artes. El motivo de esta “presentación avance” es que fui uno de los ganadores de la Beca del Bicentenario que otorgó el organismo el año pasado y mi proyecto consistía en componer la música sobre la novela de Silvia, con quien ya veníamos trabajando conjuntamente a modo de libreto.
El FNA pidió a los becarios que hagamos un concierto – muestra de cada trabajo y de allí que pensamos con Silvia en hacer una presentación hablada de la ópera, como y porqué la escribimos y mostrar algunos fragmentos sin puesta pero con todos los cantantes que requieren las escenas. De allí que contaremos con el piano de mi querida amiga Fernanda Morello y la participación de Virginia Correa Dupuy en canto, junto a José Vidal quien también es el director y preparador del resto de los cantantes que llegan a unos diez.
¿Cuándo se podrá ver la versión final?
Estoy muy feliz con semejante elenco solo para la muestra informal de la obra, y además muy ansioso por escuchar mi trabajo. Aún no tenemos fecha de estreno porque, como es sabido, una ópera, aún siendo de cámara, requiere un presupuesto muy alto y estamos en pleno período de producción y tratativas con organismos y teatros. Quien luego se sumó muy entusiasmado al proyecto fue el Puestista Marcelo Lombardero, y claro que para mí es un orgullo que él quiera trabajar conmigo y que le haya interesado el resultado estético y formal de la obra. De todos modos vale aclarar que, sin fecha de estreno en firme ni presupuesto acordado, tanto Marcelo como los cantantes se suman potencialmente pero no implica compromiso de ninguno de ellos al momento que, ojalá, anunciamos el estreno y equipo definitivo de trabajo. Dependerá de muchos factores.
Contanos un poco acerca del texto de la ópera…
En cuanto al contenido te paso directamente palabras de Silvia, a modo de CV entrecruzado con el argumento, que creo que son las más autorizadas para presentar la obra: “Silvia Hopenhayn (1966), es escritora y periodista cultural. Escribió varios libros de crítica y ficción, hace programas literarios en canal Encuentro, dicta talleres de lectura en el MALBA, en Bellas Artes; y donde puede, trata de contagiar la lectura vital de Macedonio Fernández, de El Quijote, Alicia o Clarice Lispector. Fue niña en la dictadura, y durante mucho tiempo rechazó ser grande, hasta que pudo escribir Elecciones Primarias, su primera novela, protagonizada por niñas durante la dictadura militar argentina.
Elecciones primarias. La novela sucede en tiempos donde no hay elecciones: un colegio primario del Estado durante la dictadura militar. Sin embargo, unas niñas eligen…También es tiempo de sus elecciones primarias, las más personales: el sabor de una injuria en la boca, la paciencia de un árbol, el dolor de la pérdida, el sexo opuesto que puede ser el propio. Es un coro de niñas que alternan sus voces, para decir y ocultarse, sabiendo que la lengua las protege de los golpes sin sentido…
La novela se mete en el agujero de nuestra historia por donde las niñas espían el devenir, desarticulando el presente con sus goces y sus miedos.”
¿Cómo pensaste la música?
Respecto de la música fue una tarea fascinante para mí! Vengo muy interesado en la escena dentro del ámbito musical y quienes siguen mi trabajo recordarán que presenté “Tango” en 2013 y 2014 dentro del espectáculo “Odio a mi familia”, con dirección de Andrés Gerszenzon y que se encuentra en youtube con una filmación profesional.
Luego en 2015 hice “Zona Canción” una obra de teatro musical o música con escena según se mire, que compartí con Martín Liut y que también es muy querida por mí. En definitiva, vengo “coqueteando” con el género hace algunos años. Creo que “Elecciones Primarias” es confirmar esa tendencia…
Con relación a la estética musical me resulta muy difícil definirla, más allá de comentarles que escribí con absoluta libertad interna, de manera muy desestructurada y ese “desparpajo” se nota en la obra. Vengan a verla!
Tenés un grupo propio, el Guillo Espel Cuarteto, cercano a la música popular, escribís obras de cámara y sinfónica de vanguardia musical (y ahora incluso una ópera), y también arreglos sobre rock y otras músicas ¿Cómo se logra esa versatilidad y cómo salís bien parado de todas esas experiencias?
La obra de un compositor es su vida misma. Creo que las músicas que uno escribe se contestan a sí mismas. Dialogan y se friccionan, las que anteceden con las actuales. Generan vectores de contrafuerzas para acercarse a ese equilibrio que uno, ingenuamente, cree buscar en cada obra en particular. Se trata, más bien, de cómo te llevás con tus propios fantasmas. Entonces sucede que este vínculo siempre dinámico y nada cómodo con mis propias estéticas me permite, sin embargo, no preocuparme mayormente de cómo se ubica o cataloga mi música en el ámbito en el que se desarrolla. Lo veo como una consecuencia y no como un precepto, y eso me agrada.
Mi composición se ha ligado a veces a la música académica universal y otras a la música popular, pero yo siempre pensé que eso se debe exclusivamente a la funcionalidad que esas músicas tienen, a los ámbitos y las formas en que se presentan. Mi música no se trata de una yuxtaposición de lenguajes distintos superpuestos sino de un único discurso con intención expansiva en el uso de las herramientas y la organización.
Componer es plantearse un problema e intentar resolverlo. Considerar que algunos elementos, modalidades o sonoridades son propios de un género y ajenos a otro resulta por lo menos limitante. Yo trato de trabajar sin estos preconceptos. Los materiales sonoros son como arcilla para moldear y las formas o tratamientos que resulten son por entero maleables. La verdad, lo siento como algo muy visceral, muy poco pensado. Nunca escribí música de cámara pensando en que debiera sonar argentina, del mismo modo que nunca escribo una chacarera con la intención de que suene ‘académica’. Me siento en la antítesis de esta postura. Simplemente uso timbres, formas y duraciones que tratan de resolver la idea musical que ronda. En todo caso, el discurso estético que surge es la consecuencia, pero la causa es explorar un poco, como los chicos, frente a un desafío desconocido.
Luego, si bien tengo una evaluación interna y muy privada de lo que hago, ¿No soy yo quien debe evaluar si salgo “bien parado” de toda la música que escribo o intervengo!, pero en todo caso, puedo decir que lo hice siempre con absoluta autenticidad y convicción. De allí mi agradecimiento a quien escucha, que me permite seguir visitando esos fantasmas propios…
Por Maxi Luna
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