
La compañía bi-nacional austríaco-argentina InTango Tanz se reúne en Buenos Aires para estrenar su nueva producción In The Bodies, luego de dos obras realizadas en escena simultánea a través de conexión virtual desde ambos países. Concluye así esta trilogía que comenzó en 2019, y que continúa reuniendo a los artistas de la música y la danza de ambos países para abrir puertas a esta obra, en la que confluye el aroma del tango, la performance contemporánea, la tecnología y el exquisito sonido de la música en vivo.
Música Clásica BA conversó con dos de sus directoras e intérpretes para adentrarse en sus experiencias como creadoras de este universo de tango, danza, música y tecnología.
Por Luz Lassalle / Carolina Lázzaro
Verónica Litvak, una de las artistas creadoras e intérpretes, nos cuenta cómo surgió el proyecto desde sus comienzos:
Este proyecto originalmente lo compartimos entre tres coreógrafas: Liliana Tasso, Claudia Grava y yo. Somos amigas, nos conocemos desde hace mucho tiempo en el ámbito de la danza, y teníamos ganas de llevar adelante un proyecto compartido previo a la pandemia de 2019. Como Claudia reside en Austria y Liliana y yo en Argentina, empezamos un proyecto de preproducción de una obra de danza de tango escénico a distancia. En ese momento, ni sabíamos de todas las herramientas virtuales que emergieron durante la pandemia; teníamos pensado usar, además del celular, el Skype para las reuniones de preproducción.
Proyectamos una obra de tango que pusiera el foco en el perfil femenino en el tango. Compartimos edades similares y recorridos dentro de la danza con puntos en común entre las tres, aunque también con caminos y búsquedas estéticas muy diferentes. Nos gustaba la idea de cruzar esos caminos y esas búsquedas. Con las primeras reuniones surge la pandemia, y ahí fue cuando el proyecto se resignificó; decidimos seguir adelante. Así nació la primera obra, In the Room, porque la hicimos en plena pandemia, en aislamiento.
Buscamos indagar en la intimidad del dormitorio, en el cuarto de cada una de estas mujeres, en aspectos de su propia casa, en esas cosas que quizás hacemos cuando nadie nos ve, y también muy ligadas al amor por el baile y por el tango. Sumamos a ese proyecto a un músico en Argentina, Daniel Vacs en piano y bandoneón, y a una música en Austria, Yanisey Rodríguez en chelo, que conformaron el mundo sonoro. Creamos una obra virtual por streaming a través de la plataforma Zoom, donde el público y los artistas compartimos ese mismo espacio virtual, que se producía en vivo, además del material audiovisual que fuimos elaborando.
¿Cómo llegaron a la instancia de conexión virtual en la segunda obra y en la nueva producción?
A partir de esta primera obra, que tuvo muy buena repercusión tanto en el público de Europa como en el de América Latina, decidimos seguir desarrollando el proyecto. Se fue solucionando la cuestión de la pandemia y se reflotó la inquietud por el encuentro en cuerpo presente. En principio, lo que hicimos fue, a partir de toda la experimentación, la búsqueda y la producción que generamos con In The Room, decidir hacer un segundo espectáculo en modalidad mixta.
Creamos un espacio escénico presencial en Austria con público en vivo en un teatro, con una pantalla en el escenario que proyectaba imágenes que estaban sucediendo en simultáneo en un espacio escénico con los artistas de Argentina en vivo en otro teatro, donde también teníamos la pantalla que proyectaba lo que sucedía en Austria. Así se conformó esta segunda obra, In Shared Spaces (En Espacios Compartidos), que era una modalidad de estar en vivo y en contacto con el público local, pero también en contacto con los artistas de Austria, creando una única obra que conectaba dos continentes.
Con esta obra tuvimos la posibilidad de hacer varias presentaciones, temporadas y giras. Fuimos indagando un poco más en un lenguaje propio y decidimos recuperar todo ese material audiovisual que se había producido. Empezamos a ver que nos interesaba una idea de trilogía, donde estuviera la primera obra, In The Room, de formato totalmente virtual; la segunda obra, In Shared Spaces, de formato mixto; y una tercera obra, In The Bodies, que es la que estamos estrenando ahora.
Esta última es totalmente presencial, realizando el encuentro de los dos elencos en el mismo espacio físico, es decir, toda la compañía reunida en este caso en el Cultural San Martín para realizar esta obra, que está compuesta de materiales nuevos pero también nutrida de las primeras dos obras, con los músicos en vivo formando parte de todo ese entramado y con el agregado de todos los cuerpos presentes en un mismo espacio físico. En enero del año que viene llevaremos esta misma propuesta a Austria de gira.
¿Cómo fue el proceso creativo con el desafío de la tecnología y las distancias?
Nos interesaba el cruce de nuestras diferentes miradas y ponerlo en escena. Todo fluyó de manera orgánica y placentera, a pesar de que casi en su totalidad fue un proceso virtual. Fue un desafío usar las plataformas para ir construyendo las distintas obras.
Nos planteamos cómo nos vemos ahora, a nuestra edad, rondando los 50 años, cómo percibimos nuestros cuerpos, nuestra forma de bailar, de seducir, de desear y ser deseada. También reflexionamos sobre la complicidad entre mujeres, el sentido del humor, el gusto por bailar para una misma en la intimidad, cuando nadie nos ve, estar despeinadas o descalzas o sin maquillaje, en contraposición con subirse al taco aguja del tango y ponerse un vestido de encaje.
¿Cómo interaccionan el lenguaje del tango y la danza contemporánea en intervención con la tecnología?
Las tres coreógrafas que somos intérpretes en la obra tenemos experiencia tanto en la danza contemporánea como en el tango. La idea fue tomar elementos icónicos del tango, sobre todo los más ligados al rol de la mujer en el baile: el zapato de taco, el vestido, la transparencia, el encaje, la forma de bailar, el armado del abrazo, la mirada, el uso de los pies para adornar el baile, y gestos como arreglarse el cabello o ponerse un aro, arreglarse las uñas, todos esos rituales que tienen que ver con prepararse para ir a bailar y al encuentro con otro.
Pusimos el foco en la mujer, preguntándonos qué pasa en sus pies, su espalda, su forma de abrazar, de mirar, de trasladarse en el espacio. Hicimos un recorte de todo eso y lo pusimos en crisis, atravesándolo con una mirada contemporánea que a veces rompe, modifica o altera. Utilizamos dispositivos como la repetición, la acumulación, el desdoblamiento, el movimiento en espejo, para proyectar un zapato que toma otras dimensiones. Los gestos y objetos cotidianos de una bailarina de tango se enrarecen a través de la mirada contemporánea.
¿Cuál es el lugar del espectador en esta obra de características híbridas?
A diferencia de las otras dos obras en que había algo más interactivo en términos tecnológicos, acá la propuesta es de teatro tradicional con pantalla de fondo. Sigue habiendo atravesamiento tecnológico porque tenemos una cámara que va produciendo material audiovisual en vivo que dialoga y convive con lo que va pasando con los cuerpos allí y con otros materiales que vienen de las obras anteriores entonces se generan capas de sentido que se van acumulando. Algo que va tomando cuerpo en escena; el público puede elegir donde poner el foco: si mirar al músico, a la pantalla, si mirar lo que está en vivo.
¿Cómo recibió el público Austriaco está obra que fusiona la danza contemporánea con el tango?
(Claudia Grava, una de las directoras e intérpretes de la compañía que reside en Austria): El público Austriaco recibió muy bien la obra porque para ellos el tango es un elemento un poco exótico que al combinarse con la danza contemporánea, la danza teatro, que es el arte escénico que ellos conocen más, le da como un color muy especial que les resulta muy atractivo. Los elementos tan características del tango, como los zapatos, la música, el sonido del bandoneón, aportaron muchísimo a la obra.
Cómo fue el encuentro entre las dos partes de la compañía después de crear dos obras en conexión virtual para unirse todos en un mismo escenario.
Fue muy emocionante el encuentro del team austriaco con el team argentino, ya el primer ensayo, escuchar a los músicos juntos tocando, se abrió un universo emocionante. Fue algo muy esperado desde que empezó este proceso, el deseo de compartir el espacio, el estar juntos, tocarnos, escucharnos. Seguíamos trabajando, tratando de aprovechar y sacar el jugo a lo que teníamos, que era esta comunicación a través de internet, pero siempre fue nuestro deseo estar juntos. Por eso fue muy fuerte el momento en el que todos estuvimos en el mismo espacio, sumamente gratificante y muy satisfactorio.
¿Cuáles son las diferencias que podés encontrar en cuanto al punto de sensibilidad o de mayor interés entre el público de Austria con el de Argentina?
Esta obra que tiene como tema este mundo femenino, un tema muy presente en la sociedad europea en este momento, la emancipación de la mujer y defender los derechos. Muchos comentarios fueron de que sentían esta fuerza femenina tan profunda, tanto en el escenario como a través de la pantalla, eso fue algo que se valoró mucho en Austria. Y la diferencia cultural en esta mujer emancipada, la forma en que estas mujeres argentinas están súper claras en su posición y de todas formas son femeninas y son sensibles, y no pierden eso por empoderarse. Creo que es otra forma de ver esa mujer fuerte para los europeos, tal vez eso es una diferencia y una inspiración también.
¿Cómo sentís que se fusionan o interactúan el lenguaje propio del tango con el de la escena contemporánea?
(Carla Marano es bailarina profesional e internacional de tango, intérprete en la obra In de Bodies):
Tanto dentro del lenguaje del tango y como en el contemporáneo nos podemos permitir profundizar en ese encuentro con uno mismo. En la escena contemporánea uno intenta ser uno, relajarse, despojarse de los estereotipos en general y el tango en su punto más esencial, que es el lado que busca mostrar esta obra, también apunta a lo mismo; nos lleva a sensibilizarnos para que ese encuentro con el otro sea genuino y sublime. En esta obra aparecen rasgos sutiles del tango representando el lado femenino y un sin fin de sentimientos en diversas situaciones sin llegar a bailar el tango como se conoce tradicionalmente.
¿Cómo crees que se leen estos detalles particulares de lo femenino en el tango en el público tanguero?
Eso depende de cada persona. La verdad que el público tanguero es muy amplio y hay gente sensible que puede identificarse con los detalles que muestra esta obra y otros que tal vez no lo vean.
¿Qué te sucede a vos cómo intérprete bailarina de tango con esta invitación a entrar en la escena en una obra que mantiene una dinámica de fusión entre la tecnología la música en vivo el lenguaje del tango y la danza contemporánea?
Es un desafío muy grande para mí, estar en escena fusionando todos estos aspectos, me da un poco de vértigo, subirme a los tacos atreverme a bailar en grupo o sola, tomando movimientos o rasgos del tango pero sin abrazarme a otra persona. Saboreando el atreverme. La música en vivo es impagable, un lujo vibrar con el sonido que producen los músicos en escena.
¿Qué expectativas tienen para el estreno y si la idea es continuar “la saga’?
Expectativas un montón, que salga bien y se lea lo que queremos mostrar más que nada. Agradecida por esta invitación y la posibilidad de volver a compartir un proyecto con antiguas compañeras de danza que admiro mucho. Un placer y honor para mí. ¡Ganas de darlo todo en la función y disfrutarla! ¡Obviamente que la saga continué sería maravilloso!
Ficha artístico técnica:
Coreografía y dirección: Claudia Grava, Verónica Litvak y Liliana Tasso.
Interpretación: Claudia Grava, Liliana Tasso, Carla Marano
Interpretación musical en vivo: Yenisey Rodríguez, cello y Daniel Vacs, bandoneón y piano.
Composición Musical: Daniel Vacs
Asistencia de dirección: Luz Lassalle.
Multimedia: Federico Videla (Argentina) y Sarah Mistura (Austria) / Iluminación: Federico Videla / Fotografías: Sarah Mistura (Austria) y Rodrigo Hornus (Argentina)
Funciones en Buenos Aires: viernes 9, sábado 10 y domingo 11 de agosto a las 19 h
Dónde: Centro Cultural San Martín / Sala A
Dirección: Sarmiento 1551 CABA Argentina
Entradas: $6500
Duración: 60 minutos