LA DANZA EN CUARENTENA (Parte II)

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Pros y contras del “efecto pandemia” para la Danza ¿Podemos encontrarle algo positivo a la situación de cuarentena y aislamiento obligatorio para la disciplina? ¿Han podido adaptarse, modificarse, reinventarse, los mecanismos de enseñanza, difusión, creación de obras, ensayos, implicados en un mundo en donde “el cuerpo” lo es todo? Creadorxs, coreógrafxs, maestrxs, bailarinxs, artistas de la danza de nuestro país: de todas las edades, diferentes estilos, con enfoques muy diversos, y con contextos laborales más o menos inciertos, cada cual con su versión. Desde artistas dependientes de organismos estables, como el Teatro Colón, hasta quienes subsisten (o subsistían) exclusivamente como artistas independientes; bailarinxs que nos representan en el extranjero, como Herman Cornejo, residente en New York, el sitio más golpeado por los efectos del COVID-19, Marianela Nuñez, que pudo tomarse el último vuelo desde Londres, para pasar la cuarentena en su país de origen; Ludmila Pagliero, con quien tuvimos la suerte de compartir su última Giselle antes del cierre  de la Opéra National de Paris, aunque prefirió esta vez no hablar de la situación. La opinión también desde el deporte, Vanina Lorefice, entrenadora de la Selección Nacional de nuestra disciplina hermana, la Gimnasia Rítmica, de cara a los postergados Juegos Olímpicos.  Todas las voces de lxs trabajadorxs de la Danza, en este hito histórico mundial.

Por Carolina Lázzaro y  Luz Lassalle realizada para nuestra revista digital: Música Clásica 3.0 #12

 

IGNACIO GONZALEZ CANO 

Bailarín. Coreógrafo. Director de escena en Ópera y Teatro Musical. Creador y director de la compañía independiente “TempoTango”. Director de la “Compañía de Tango de la UNA”. Es director de Extensión y vinculación Universitaria en la UNA. 

“La danza, al igual que las otras expresiones artísticas vinculadas al lenguaje teatral, y el mundo del espectáculo en general, se vieron afectadas de manera inmediata ante la declaración de la pandemia, y las medidas de cuarentena. En mi caso, tanto lo que tiene que ver con mi compañía, TempoTango, que es independiente, como la Compañía de Tango de la UNA, los proyectos de ópera y el espectáculo que tenía en calle Corrientes, se levantó todo y sin, por el momento, posibilidades de proyectar a futuro, porque no sabemos cómo va a ir avanzando esta situación de la pandemia en el día a día

Obviamente, ni bien se declaró el aislamiento obligatorio, surgió Internet, con las plataformas como Zoom, o Google Meet, y otras, para ofrecer entrenamientos, y clases. También en una primera instancia los profesores, los bailarines, salieron casi de manera intempestiva a ofrecer clases gratuitas inclusive, con los vivos de Instagram, y luego vino un proceso de reflexión: “Bueno, si todo el año a uno le cuesta tanto generar un mercado laboral mediante clases, no tiene sentido ahora regalarlas por Instagram o por Internet” y ahí es donde se empezaron a planear estrategias para que la gente pueda pagar sus clases mediante mercadopago, u otras formas.  O sea que también hay algo positivo, y es el hecho de que, al acostumbrarnos a implementar las clases virtuales, de repente un docente que vive en Buenos Aires puede tener alumnos que sean del interior del país, o del exterior, algo que hasta el momento no estaba desarrollado puntualmente con la danza. Esta situación, que por un lado te quita la posibilidad de trabajo desde lo presencial, abre el abanico y permite que se llegue a públicos de diferentes lugares, a alumnos, estudiantes, o interesados e interesadas, que hoy en día se encuentran igualados en condiciones frente al maestro, frente al profesor, frente a la persona que dicta la clase.  

Soy consciente de que se pierde muchísimo en lo que está vinculado con lo presencial, con la cercanía, con el contacto, y siento que los diferentes lenguajes se van a ver modificados, aun cuando pase la pandemia. Desde lo académico, en el caso de la Universidad Nacional de las Artes,  es todo un desafío ver cómo se sostiene el aspecto práctico de las materias de las carreras vinculadas al danza folklórica y el tango. Todo lo teórico obviamente se puede seguir brindando, pero cuando hablamos de danzas de pareja, que son el ochenta o noventa por ciento del repertorio folklórico,  ¡y ni hablar del tango!,  realmente no sabemos cómo se va a reconfigurar,  ni cómo se va resignificar este tipo de bailes, porque, más allá de que salgamos del aislamiento, el distanciamiento social va a generar cambios sustanciales en la danza.  

También reflexionando, es algo que siempre ha pasado, las expresiones artísticas son hijas de su tiempo, se van adaptando, hablan de un contexto social. El tango, que es una música, una expresión, una danza que tiene más de cien años, a lo largo de su historia ha atravesado diferentes contextos socioculturales. Éste es uno más de ellos, y sólo el tiempo dirá, luego de atravesar esta crisis, de qué manera vuelve a reinventarse, de qué manera lo encontramos, y ver qué potencial tiene esta expresión artística para poder renovarse y continuar, o subsistir.

Por otro lado, todo lo que tiene que ver con la industria del entretenimiento y el mercado que implica al tango danza y también al malambo o a los espectáculos for export, hoy nos encontramos con toda una realidad que incluye a músicos y bailarines, a poetas, a compositores, a vestuaristas, iluminadores, a todas aquellas personas que están vinculadas a esa industria que, al igual que el resto de las industrias del país y del mundo, se ven afectadas.  ¿Cómo pensar en una posible gira? ¿Cómo pensar en la reapertura de los espectáculos de tango en Buenos Aires? Siendo que la temporada alta de las casas de tango es septiembre, octubre, noviembre…, esta temporada está perdida. Recién se va a reactivar el sector a partir de octubre del año que viene, lo cual implica más de un año sin trabajo. Es muy duro, y lo real es que al verse tan afectada la industria, los bailarines, los hacedores, los intérpretes, están buscando salidas alternativas, y muchas de ellas no están vinculadas al arte. O sea que, en esta gran pérdida, también se genera pérdida de artistas, porque hay gente que necesita pagar sus alquileres, necesita seguir viviendo. Y, lamentablemente, no sólo en países como el nuestro, también en Europa, la cultura, y el arte en particular, suelen ser siempre el último eslabón de la cadena, o la pata más flaca de la mesa, y por ende es la primera en quebrarse. Y, seguramente, la última en arreglarse”. 

Canal de Youtube: https://bit.ly/3dVQjNw


VANINA LOREFICE

Técnica Nacional en Gimnasia Rítmica. Entrenadora de la Selección Argentina.

“Estoy a cargo de muchas de las gimnastas de la Selección Argentina, y desde que se inició la cuarentena, nosotros hemos tenido que cortar, por supuesto, con las actividades. Tenemos el año competitivo perdido completamente. Se han suspendido todas las competencias, a nivel internacional, a nivel nacional y a nivel provincial. Así que cada entrenador y cada institución tiene que buscar la forma de mantener activos y motivados a sus deportistas. En nuestro caso, entrenamos de lunes a viernes entre tres y cuatro horas, según el día, por zoom; de esta manera no hemos cortado el contacto ni la continuidad. Y tratamos de sostener el nivel alcanzado con las deportistas (de nivel A, que es nivel más alto de la Gimnasia Rítmica). Tenemos una planificación mensual que llevamos a cabo, y todos los meses hacemos una especie de competencia virtual. De esa manera, evaluamos a las chicas en una situación similar a la de competencia: peinadas, maquilladas, con su malla de competición, y les damos luego una devolución porcentual de su desenvolvimiento. 

También he generado contactos con países de Sudamérica, con entrenadoras que están buscando la forma de estimular y mantener activas a sus deportistas, y una vez al mes, durante una semana trabajamos con la selección de Colombia, la selección de Chile, la de España, la de Brasil…  Esta fue una manera de mantener motivadas y activas a las chicas, y tratando de conservar el trabajo que se ha logrado a lo largo del año. Todo esto es super negativo, porque lógicamente ningún deporte puede llevarse de manera completa encerrados en una casa. Pero bueno, como positivo de la situación extraigo la posibilidad de valorar un montón de cosas que a diario uno no las valora: con las chicas por ahí tenemos hasta más comunicación sobre cuestiones de la vida, que a veces uno las pasa por alto, y, en cuanto a lo técnico y al trabajo, se han afianzado cosas que durante el año no hay tiempo de trabajar con tanta precisión. 

Los Juegos Olímpicos se hacen el próximo año, pero eso no es desfavorecedor ni trae ningún tipo de complicación: en nuestro deporte y tenemos un código de puntuación que cambia cada cuatro años, el ciclo del código equivale al ciclo olímpico. Este código finalizaba este año y en el 2021 iniciábamos un ciclo nuevo. Se nos atrasa el ciclo un año, por lo que se va a sostener ese código de puntuación. Pero yo no lo veo para nada negativo”.


MARIANO LURASCHI

Bailarín. Coreógrafo. Sub director a cargo del Ballet Folklórico Nacional.

“De un día para otro nos encontramos pausando ensayos y funciones. Una situación desconocida para el total de la comunidad, e impensable para las compañías de danzas, casi inabordable por todo lo que generó. Todo fue exponencial. Lo más parecido a este stop fue durante la gripe A, cuando no se ensayó por siete días.

Desde la primera semana del declarado aislamiento social y obligatorio, se propuso la realización de tutoriales y materiales para las redes sociales. De esta manera podríamos seguir en movimiento y cerca del público.

Surgieron muchísimas ideas interesantes, algunas más factibles de llevar adelante que otras, debido a que quedamos varados en nuestros hogares, con los recursos que teníamos. Pusimos manos, cabezas, cuerpos y corazones a la obra. La idea fue mostrar algo artístico que invite a quien lo mira a seguir buscando más de aquello que se planteara en cada propuesta, en cada imagen, en cada movimiento. Esta programación incluye también clases virtuales, que los bailarines/as siguen transitando día a día, para continuar con su entrenamiento. Fue un gran desafío, ya que estábamos acostumbrados/as a realizar las actividades en grupo y hoy nos toca transitarlo en nuestras casas, en forma individual. Esto propuso una resignificación del entrenamiento, del trabajo y de las herramientas fundamentales del bailarín, que son el cuerpo, la mente y el alma.

El aislamiento permitió agudizar el ingenio y la creatividad. Son días de nuevos aprendizajes, de cambios de paradigmas. De interrogantes feroces que irrumpen, algunos se quedan y nos convierten en activos observadores de esta realidad presente”.

Canal de Youtube: https://bit.ly/2X7NG4c


MARIANELA NUÑEZ

Primera bailarina del Royal Ballet de Londres.

“La última función que hice fue Lago de los Cisnes. Ahí las cosas se estaban empezando a poner en alerta, y nos dimos cuenta de que esa iba a ser la última función. Estuvo increíble, soñada; el público se venía abajo, parecía un concierto de pop. Yo creo que un poco también porque se veía venir lo que estamos viviendo ahora, así que fue algo súper emocionante. La cuestión es que, cuando comenzamos la cuarentena, yo me iba a quedar en Londres, pero cuando escuché las noticias, de que empezaban a cerrar las fronteras y me empezaron a decir “Marianela, venite para acá” (porque yo allá iba a estar sola y en Argentina iba a estar Alejandro, iba a estar con mi familia), tomé el último vuelo que había; fue una locura.

Yo estoy con una extrañitis… Extraño mucho el teatro, extraño mucho la gente; trabajo ahí desde hace 22 años y son más que colegas, por eso digo que son mi familia. Los extraño muchísimo, pero al mismo tiempo hay una sensación de estar conectados, luchándola; estamos todos a full haciendo lo que podemos.

Me emociona muchísimo, desde que empezó todo esto, ver a la comunidad de la danza llevándola para adelante: cada vez que veo un bailarín en el living, en la cocina, en donde sea, entrenando a diario, poniendo todo, realmente demuestra la pasión que los bailarines tienen, cómo están llevando esto adelante. Sé que va a ser difícil, porque el impacto económico que esto va a tener va a ser increíble para las compañías de danza, de teatro, todo lo que es el entertainment, la va a tener que remar muchísimo; pero creo que con la gente increíble y apasionada que hay en este mundo, los artistas entre todos de alguna manera vamos a salir a flote, porque realmente lo estoy viendo.  Está todo el mundo haciendo lo que puede para salir adelante de todo esto”.

https://www.youtube.com/watch?v=qy6dlGpC3Ns 


GABRIELA PUCCI

Bailarina. Maestra de danzas, egresada del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Fue Co-Directora y coach del Ballet Mercosur, junto a Maximiliano Guerra.

“Desde mis 15 años empecé a hacer paralelamente mi carrera de maestra junto con la de bailarina, así que, a esta altura, que tengo 60, creo que algo de experiencia tengo como maestra. En estos momentos estoy dando clases por la plataforma zoom, – es algo que obviamente empecé a descubrir ahora- y la verdad que estoy muy sorprendida favorablemente. En general siempre trato de buscar cosas positivas en las problemáticas… Con esta nueva forma descubrí que puedo ver más detalladamente a cada alumno, porque en un salón de clases algunas cosas se me escapan; pero aquí, como los tengo concentrados en la pantalla, veo muchísimo más detalles. También a veces la pantalla se traba y se ralentiza, y me da tiempo para ver mejor. Entonces puedo hacer mis correcciones con mucha más profundidad; el detalle fino, fino. Realmente estoy aprovechando para todo eso, para que la clase que doy por estas plataformas sea algo positivo para todo el alumnado. También creo  que esto de estar en tu casa los obliga a estar más concentrados, más en ellos mismos: no hay espejo que me moleste, no hay compañero que me distraiga, tampoco me puedo copiar del otro compañero -porque pasa que cuando haces la clase y tenés alguna duda o algún pasó no te quedó bien claro,  te copiás del otro-, en cambio acá dependés de vos mismo y sabés que el profesor te está viendo, que el maestro te está viendo y no te queda más que recurrir a vos, adentro tuyo,  a buscar las armas que tenés para defenderte. Obviamente, lo de la música es un poco desalentador, en el sentido que la música le llega a cada uno en diferentes momentos, y uno no puede saber si el alumno está yendo a música o no. Pero bueno, más o menos te las vas ingeniando. También es cierto que el lugar donde están no es el apto para poder trabajar algunas cosas, como saltar, o desplazamientos grandes, pero se pueden trabajar cosas muy puntuales, como el equilibrio, el estar súper en eje, el abrir el en dehors a todo lo que uno pueda. Realmente estoy muy contenta. Uno se va descubriendo y adaptando a cada una de las situaciones que le toca vivir. Estoy logrando otras cosas, y eso me nutre a mí como maestra y hace que cada día yo también evolucione un poquito más.”  


LUCÍA RÍOS 

Bailarina. Recientemente incorporada al Ballet de l’Opéra National de Paris, luego de haber integrado por diez años el Hamburg Ballet, en Alemania.

“La verdad es algo que ningún bailarín se hubiese imaginado antes, que algo así podría pasar, que estaríamos todos tomando clases por una plataforma virtual, en el living de casa, o dónde sea. A mí me hizo sentir una sensación de unión entre todos, ya que cada día nos juntamos en la computadora o en el teléfono y tomamos nuestra clase, muy religiosamente, por internet. Incluso, aunque no haya más cuarentena, el día que todo vuelva a la normalidad, es algo que voy a seguir implementando en mi carrera, porque la verdad que tiene muchos beneficios.  Por ejemplo, cuando tenemos vacaciones de verano los bailarines -que tenemos seis semanas-, está bueno tomar una clase así.  

Estar en el living, no es lo mismo que estar bailando en un estudio grande, o en el escenario. Acá en casa tenés que calcular de no pegarle al armario, no pegarle a esto, a lo otro, calcular qué podés hacer, qué no, las dimensiones de tu cuerpo, hasta dónde podés llegar y esto me está ayudando mucho a tener noción del espacio, alrededor mío.

También, relacionado a la sensación del cuerpo: nosotros cuando hacemos clase en estudios, usamos mucho el espejo para mirar a ver si estamos derechos, si estamos mal, si estamos así o asá, y acá no se puede hacer lo mismo y esto me ayudó a tomar mucha noción de mi cuerpo, de sentirme en eje, más que nada a analizarme mentalmente; me da mucho control de mí misma sobre mi propio cuerpo. Obviamente estamos limitados; no podés hacer saltos, por ejemplo, por el suelo, porque te podés lastimar.

También, abrí otra puerta más en la dirección del entrenamiento para mantener el cuerpo fuerte y no perder la musculatura, porque, aunque sigas haciendo tu clase en el living si no saltás por un buen rato, si no te acelera el corazón y no tenés un poco de cardio al día, no te podés mantener en forma al cien por ciento. Así que bueno, descubrí que me gusta mucho hacer ejercicios y entrenamientos funcionales, HIIT que en inglés significa High Intensity Interval Training (entrenamiento de intervalos, algo así, de alta intensidad).

Un bailarín, igualmente, necesita su espacio, necesita bailar, moverse y en cuarentena se está un poco limitado. Pero tarde o temprano ya todos vamos a salir adelante. 

La cuarentena también me dio tiempo para para mí misma, para poder calmar la mente y concentrarme en mí. Cosa que, aunque suene irónico, nunca tenemos tiempo para enfocarnos en nosotros mismos. Siempre tengo miles de cosas que hacer, corremos de un lugar para el otro y nunca hay tiempo de calmarse, y tomarse un tiempo para vos ¿no? Por ejemplo, para cocinar. En vez de cocinar algo corriendo ahora tengo el tiempo de cocinar con paciencia, con más amor, digamos.  Es una lección para aprender, para más adelante, una vez que nuestras vidas vuelvan a la normalidad: siempre respirar, tomarse un momento, y no correr tanto de un lado a otro”.


KOKY Y PAJARÍN SAAVEDRA

Bailarines, coreógrafos, divulgadores de la danza de raíz folklórica en el mundo. Creadores y directores de la compañía “Nuevo Arte Nativo”, desde hace 25 años. Formaron parte de la película documental “Zonda” de Carlos Saura. 

El coronavirus nos ha confinado a una cuarentena absoluta a nivel mundial, la humanidad está atravesando este momento, esta pandemia y por lo tanto estamos -todo el mundo, me parece- tomándonos un tiempo de mucha reflexión, cambiando todos los hábitos.  Esta situación nos deja en una cotidianidad inquietante, porque creo que a través de este tiempo pasamos por muy diversos momentos. Y la reflexión, para nosotros como bailarines, es muy tremenda, porque no tenemos contacto con el medio social. Esto que nosotros llamamos “tracción a sangre” – a esto que hacemos-, el hecho de ponerle el cuerpo, se ve modificado en su fundamento: que es con el otro, con los demás, el compartir, lo coral. Eso se ha visto modificado en su raíz.  Pero al mismo tiempo, aquello básico y elemental, que es hacer una clase y mantener al cuerpo en actividad, eso por suerte, lo hacemos. Y es fundamental poder hacerlo, porque además nos equilibra un poco también y nos baja algunos decibeles. Ojalá que cuando esto vaya mermando, podamos encontrarnos, podamos obtener alguna de aquellas funciones que teníamos, y que llamábamos “normales”; volver otra vez a un cauce, que sabemos que va a ser distinto, que se va a modificar, pero todavía no tenemos las herramientas de esa nueva realidad.  Pero, evidentemente, hay un paradigma del ser humano de esta civilización de miles de años que está llegando a su fin; y que comienza una nueva historia, en la cual nosotros, los bailarines, somos testigos y además activos participantes de lo que está sucediendo. Con la reflexión de volver a encontrarse y sentir, aunque sea parcialmente aquellas, sensaciones que nos hacían mover y bailar, con y para los demás”.  

Trailer de Zonda:https://bit.ly/2XfP30T

Canal de Youtube: https://bit.ly/3bNAnvj


LILIANA TASSO

Bailarina. Coreógrafa. Investigadora en Danzas y Nuevas Tecnologías. Fundadora y directora del Centro Cultural Ana Pavlova, de San Martín. 

“En estos días tan particulares, la danza como lenguaje cultural comenzó a circular más que nunca por las redes. Clases, seminarios y performance on line permitiendo, en esta coyuntura, la transmisión de verdades que sólo la danza toca.

Como coreógrafa inicié en Argentina la modalidad de obras on line en simultáneo -con la obra IEES Buenos Aires Barcelona en 2012-, y tras ocho años de experiencias similares, esta modalidad de cuarentena no me presenta nuevos desafíos. En esas primeras experiencias me preguntaba si era posible establecer entre grupos creativos mediatizados por la tecnología, las mismas formas de vinculación intersubjetiva que se da en los grupos presenciales. En IEES trabajé paralelamente con profesores de la facultad de Psicología, de la que también formaba parte en ese momento, y la experiencia nos dejó vislumbrar que a pesar de no existir cercanía corporal real se tendían los vínculos transferenciales de afectos. Identificaciones, compatibilidades, tensiones, todo sucedió igual en esa experiencia a través de la pantalla. La energía creativa fluyó también a través de las artistas participantes, así como con el público virtual en el momento de la performance.

No obstante, la danza es cuerpo, y la imagen on line es sólo una de sus partes. Las otras se licuan, se sustraen y dejan una impronta de ausencia. Un sabor a que algo no se completa. Aun así, me resulta interesante vivenciar esa falta. Nos pone en un lugar de soledad corporal que puede ser muy estimulante a los fines creativos.

En lo pedagógico sin embargo esa falta es muy difícil de sustituir. El bailarín en formación necesita también como alimento esos cuerpos presentes, irradiando sudor, pasión y plenitud, no sólo en la imagen”.

Canal de Youtube: https://www.youtube.com/channel/UC4_c8QZFUvALwnwkHoI2-Rw


IÑAKI URLEZAGA 

Bailarín. Coreógrafo. Director. Dirigió la Compañía Nacional de Danzas, hasta su disolución en 2018. 

“Me gusta tener una mirada positiva en las situaciones duras porque realmente creo que es la única manera de poder sobrellevarlas.»

En esta pandemia, que nos ha obligado a autoconfinarnos, rescato haber  compartido gracias a la tecnología  -con la que me voy haciendo cada vez más amigo-, momentos y encuentros profundos con gente maravillosa a la que quiero y admiro mucho como Gabriel Rolón, Verónica de la Canal, Leo Sbaraglia, Laurita Fernández, por nombrarte a algunos, y eso me hace feliz porque en tiempos normales, donde uno corre todo el día, casi nunca hay tiempo para estos hermosos encuentros que tanto reconfortan.

También pienso que esta cuarentena me ha permitido poder seguir creando y pensando mi próximo estreno; de seguir con la vida normal y la rutina de la agenda, hoy debería estar en Rusia y no hubiera podido conectarme tanto conmigo mismo, con la música y con toda esa magia creativa que se necesita en la etapa de creación.

Al no bailar ya, no siento la limitación física que sí hubiera encontrado en mi etapa de bailarín”.

Canal de Youtube: https://bit.ly/2zf71bX

 


VER PARTE I:
https://musicaclasicaba.com.ar/blog/ver/1246/LA_DANZA_EN_CUARENTENA_Parte_I

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