“La Casa de la Llave”: una magistral obra atravesada por el compromiso artístico y social.

En el marco del Festival Nueva Ópera de Buenos Aires (FNOBA) se estrenó esta propuesta que, en una mezcla de crudeza y belleza, denuncia la violencia de género.

Por Leila M. Recchi.

Entre 2002 y 2009, la española Mada Alderete Vincent escribe el poemario “La casa de la llave”, que retrata lo que vivió cuando trabajaba en dos refugios para mujeres víctimas de violencia de género. 

En mi primer día
del trabajo nuevo
me han colgado un puñado de llaves del cuello
y me han dejado sola
tengo encerradas a seis mujeres
a sus hijas y a sus hijos
no es una cárcel
solo cuido de que sus amantes
no las quieran demasiado”.

Así comienza el libro con el que se toparía tiempo después la actriz y directora Teresa Floriach Devant. Conmovida y comprometida con la temática, decide transportarla al escenario.

Antes que nada, es importante destacar que el marco del Festival Nueva Ópera Buenos Aires (FNOBA) es ideal para esta experiencia. Con una duración de casi un mes entre el 5 y 29 de Octubre, la nueva edición del evento (la cuarta) invita a repensar la ópera como un medio de expresión actual. La transversalidad y la multidisciplinariedad están a la orden del día, y aquí es donde surgen propuestas como “La casa de la llave”.

Estamos ante una situación estética difícil de catalogar. Es música, pero también danza. Es teatro y a la vez poesía. Es documento. A lo largo de los 75 minutos de función, nos encontraremos con todas estas representaciones de una manera tan amplia y naturalizada que quizás podamos esbozar el término de “post ópera” para resumirla, y seguramente no alcanzaría.

La obra comienza con la voz de Sofía Drever en primer plano, entre lamento y desgarro pero también belleza sonora, entrando junto a sus compañeras de escena casi desde el público, con llaves colgando en sus cuellos. Relatarán qué y cómo viven, alternarán sus posiciones, y, de a poco, irrumpirán los testimonios reales. Las verdaderas protagonistas son aquellas mujeres con las que Teresa Floriach trabajó en una casa de acogida en Florencio Varela dando un taller de teatro (al que se sumaría luego uno de Canto por Drever) y muchas charlas, a partir de las que se grabaron audios de las mujeres. “Bienvenidas, bienvenidos. Esta noche los nombres propios son la única mentira” dice la voz en off de la directora apenas inicia el espectáculo, y no podría ser más cierto. Quienes estamos en la audiencia no conocemos la verdadera identidad de aquellas que serán el hilo conductor de la obra, pero no podemos más que conmovernos y compenetrarnos con sus palabras. Las proyecciones visuales también estarán presentes para seguir jugando la idea de ópera-documental, y ahí las veremos, interpretando y jugando en sus clases de teatro, con vestuario, maquillaje, peinados… Ninguna de las mini escenas es casual, ni siquiera cuando rozan lo humorístico: todas plasman la dolorosa realidad.

La escenografía es casi despojada, minimalista pero justa. La elección del vestuario, la caracterización, las imágenes, la iluminación y sus colores son un acierto, ya que logran efectivamente acompañar la acción. Las intérpretes son la ya mencionada cantante Sofía Drever, las actrices Poppy Murray y Karina Scheps, y la bailarina Georgina Mazzotta, todas de un nivel y grado de compenetración excelentes. Las acompañará la música original de Pablo Mainetti, con fragmentos que estarán pre grabados y otros que serán interpretados con su acordeón en vivo. Y aquí hay otro punto a favor de la obra: los fragmentos sonoros son cuidados, inteligentes, jugarán con matices, le darán protagonismo a la voz solista cuando lo requiera y será en simultáneo un efecto sonoro. A la par de esto, tenemos la coreografía de Maja Patyño, que igual que la música, sigue los lineamientos contemporáneos y dramáticos a la perfección, con amplitud de niveles corporales. Momentos percutivos y estáticos, silencios y ruidos, sutilezas y brusquedades, todo gracias a una muy buena dirección general de Floriach.

En esta obra nada es ingenuo ni librado al azar, pero sorprendentemente logra cuidar el hecho artístico a la par que proyecta a viva voz una problemática que duele, lastima y mata. Porque, como ya se ha dicho, es una denuncia en sí misma. La elección de una casa de acogida, de testimonios y de un libro específico podrían ser más bien una excusa o, mejor dicho, una posibilidad para gritar, para romper el anestesiamiento de los medios que anotician sobre violencia de género, y los pactos de silencio y complicidad que mantenemos en la sociedad. “¿Por qué encierran a las mujeres? Porque es más fácil revictimizar a las víctimas” se le escucha decir a una de las chicas de Florencio Varela, y esa sensación de angustia y enojo nos durará hasta el final, al igual que cuando (por medio de las actrices) nos enteramos qué pasa con los niños y niñas que, junto a sus mamás maltratadas, sufren y temen. Pero es fundamental repetir lo que ya se ha dicho: el hecho artístico, la experiencia, a pesar de retratar toda esta oscuridad, logra brillar y asombrar estéticamente al público. Y esa postura, además de valiente, es realmente aplaudible.

Ficha técnica

“La casa de la llave”, obra de teatro/nueva ópera documental en un acto. Dirección: Teresa Floriach Devant. Poemas: Mada Alderete Vincent. Adaptación: Teresa Floriach Devant. Música: Pablo Mainetti. Coreografía: Maja Patyño. Escenografía: Andrea Desojo McCoubrey. Vestuario-caracterización: Elisa D’Agustini. Estilista: Victoria Hernandez. Asistente caracterización: Giuliana Natalicchio. Diseño de iluminación: Divagario. Edición y registro audiovisual: Hernan Arrese Igor. Asistente cámara: Santiago Perotti. Técnica de sonido y visuales: Divagario. Producción: Teresa Floriach Devant. Asistencia dirección-producción: Itatí Madariaga. Comunicación y redes: Itatí Madariaga. Intérpretes: Sofía Drever, Georgina Mazzotta, Poppy Murray, Karina Scheps con música en vivo de Pablo Mainetti. Casa de acogida: Coordinadora Paulina Esther Oviedo, partícipes María, Ángela, Leila, Lidia y Daniela. Alianza Francesa, Lunes 17, Martes 18 y Miércoles 19 de Octubre 20hs.

 

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