Martín Negro acaba de radicarse nuevamente en su Buenos Aires natal y se vino de la Madre Patria (donde vivió y trabajó con la música varios años) con un gran disco bajo el brazo, que aquí editamos en forma conjunta. 

La interesante obra, llamada Fiebre mallorquina, ofrece una visión personal de cruces de géneros, en armonía, ritmos y carácter popular. A la vez con ideas y tratamiento de música académica. Se trata de temas instrumentales y con impronta orquestal, de cuidado sonido acústico, pero sin olvidar la impronta tradicional o folklóricas de los lugares que alimentan su arte.

Este primer disco lo presenta aquí con su música de proyección o fusión lograda con estilo personal, y sale en exclusiva como adelanto por el Club. En nueve piezas de música original, siete son autoría de Negro y él mismo hizo arreglos para 2 versiones que demuestran su apertura (los tracks 3 y 4), Bagatella 6 de Béla Bartók y Danza de la moza donosa de Alberto Ginastera. Ambos emblmàticos académicos pero dedicados entre otra cosas, a investigar seriamente en el folklore de sus países (Bartók el de Hungría, y Ginastera, el nuestro).

Lo que podemos escuchar en esta obra y que la hace única, es su búsqueda sutil de melodías; a su vez maneja un lenguaje de jazz clásico sin ser pretencioso pero sí accesible y preciosista. El ensamble armado especialmente para esta grabación ya nos abre el abanico de posibilidades de la propuesta, pues incluye violín, clarinete, contrabajo, bandoneón, percusión, fagot y las guitarras del compositor argentino, en algunos casos eléctrica y en la mayoría en su versión criolla/acústica.

Un álbum de magnífico acabado y altísimo nivel compositivo que nos brinda la posibilidad de descubrir un autor fino de la camada inagotable de talentos que nos da el jazz contemporáneo argentino.

Fuente: Club del Disco