Vespro della Beata Vergine
por Selva Vocal e Instrumental
Dir. Andres Gerszenzon
Sábado 31 de agosto · 20 h
Iglesia de San Ignacio de Loyola (Bolívar 225, CABA)
Entrada general: $6000 · Estudiantes y jubilados: $3000
Descuentos por venta anticipada
Reserva de localidades e informes: vespro2024@gmail.com
Integrantes
Marisú Pavón, María Carranza (sopranos)
Mattea Musso, Griselda Adano (altos)
Matías Tomasetto, Ricardo González Dorrego (tenores)
Sergio Carlevaris, Mariano Fernández Bustinza (barítonos)
Gustavo Gargiulo, Pablo Cerngeux (cornetos)
Mercedes Blanco M, Nubia Bado (flautas dulces)
Jorge Sylveira, Andrés Zervin (sacabuches)
Bárbara Escalada Portillo, Sergio Morales (violines)
José Papotto (viola da gamba)
Nicolás D ́amico (cello)
Hernán Cuadrado (contrabajo)
Sebastián Strauchler (tiorba)
Marcelo Dutto (órgano)
Acerca de la obra
El «Vespro della beata Virgine» es una de las obras cumbre del barroco temprano, escrita para
doble coro, solistas vocales e instrumentales y bajo continuo.
Monteverdi domina en forma virtuosa la polifonía propia del «antiguo estilo», cambiando
abruptamente a la declamación del «estilo moderno», provocando súbitos cambios de velocidad y
de intensidad emotiva, alternando timbres y registros opuestos, enfrentando a los solistas contra
las masas sonoras de los tutti provenientes de múltiples ubicaciones enfrentadas en el espacio, lo
cual provoca ecos, reflejos y la devolución de una imagen sonora en otra dimensión.
“La fiesta fue en el Día de San Rocco. Siendo sábado un 16 de agosto (de 1608) donde escuché la
mejor música que nunca había escuchado en toda mi vida, tanto a la mañana como a la tarde, tan
hermosa que gustoso iría cien millas a pie en cualquier momento para oír algo semejante… Había
un gran altar adornado con muchos ornamentos singulares. La fiesta consistió principalmente en
música vocal e instrumental tan buena, tan deleitable, tan rara, tan admirable, tan excelente, que
hizo que quedáramos a la vez encantados y estupefactos todos los extranjeros que nunca
habíamos escuchado algo así….” Este relato de un viajero inglés sintetiza las sensaciones y
emociones recibidas en un concierto sacro en la Italia del S XVII.
