Con el disco “Piazzolla: obras desconocidas para piano solo”, la pianista argentina resultó ganadora del Premio Gardel 2022 en la categoría música clásica, terna compartida con el Dúo Isas-Kwiek y Elías Guerevich. Con ellos, además, compartió un concierto en la Fundación Beethoven días previos a la premiación.
En esta nota conversamos sobre la idea y gestación de este disco, que nos presenta a un Piazzolla más “académico” y desconocido, pero en cuyas obras se puede apreciar la esencia de lo que luego se establecería como un estilo inconfundible.
Por Maxi Luna
– ¿Cómo surge la idea de grabar este disco?
– El año pasado, con motivo del centenario del aniversario de nacimiento de Piazzolla, me convocaron para el Festival Piazzolla 100 en el CCK con la propuesta de explorar este repertorio en un recital. Yo tenía algunas piezas que había encontrado, y que en su momento me llamaron mucho la atención, por no saber que Astor tuviera música, digamos, “académica” o con formas más clásicas.
Estas piezas me habían quedado en el tintero y esa fue la ocasión para meterme de lleno a buscar y preparar todo este repertorio. Fue tan lindo e interesante, y gustó tanto en vivo, que le propuse a la discográfica Virtuoso Records registrarlo en un disco, idea a la cual accedieron con entusiasmo. Grabamos entonces en Buenos Aires y el lanzamiento fue el 12 de noviembre del año 2021.
– ¿Cómo fue el proceso de investigación y selección de las obras?
– Dos de ellas las había encontrado en Melos, revisando como suelo hacer, en busca de música argentina; el resto lo conseguí online o por medio de colegas.
Todas las piezas están editadas, no son difíciles de conseguir, el tema es que muchos no sabíamos de su existencia.
Asimismo, al no escucharse en conciertos o videos online (sólo encontré un CD con algunas de estas obras interpretadas por una pianista norteamericana muy buena y algunas versiones de los 3 preludios, que eran un poquito más conocidos) era un desafío embarcarse en obras que presentan un nivel importante de complejidad. Pero fue realmente apasionante.
– Me imagino que habrás complementado la investigación con notas biográficas o musicológicas. ¿Qué nos podés contar al respecto? ¿En qué momento de la vida de Astor fueron escritas?
– Estas composiciones fueron escritas en su mayoria entre los años 1940 y 1950, aunque algunas son posteriores, como el Preludio 1953 y los tres preludios para piano de 1989. La Suite Op. 2 es de 1943, la Sonata Op. 7 de 1945 y la Suite No. 2 de 1950.
Fue una grata sorpresa para mi descubrir, en primer lugar, lo bien escritas que están para el piano. En sus años de estudio en Buenos Aires, antes de viajar a París (N.d.E: donde estudió con la gran pianista y compositora Nadia Boulanger), estudió composición con Alberto Ginastera, y piano con Raul Spivak. Es notable el manejo de las posibilidades técnicas del instrumento y el nivel de virtuosismo técnico y sonoro en su música. Escribe con mucho nivel de detalle.
– Las estéticas y lenguajes de estas obras son sumamente variados: desde el neoclasicismo, cierto atonalismo, pasando por el folklore, todo bastante alejado del Piazzolla más conocido. Contanos con qué se va a encontrar la gente que aún no escuchó este disco…
– Si bien encontramos influencias de compositores como Bach, Stravinsky, Ginastera, Bartok, Debussy, y de música como el Jazz y el Tango, siempre hay una esencia, un toque personal característico que distingue su música, y que ya está presente en estas obras.
Es importante entender que no se trata de piezas de estudio sino de obras hechas por un compositor muy experimentado y formado, con un alto nivel de complejidad y creatividad.
La obra más difícil de trabajar fue la Sonata Op. 7. El despliegue técnico que precisa el pianista es enorme, pero realmente vale la pena. Las variaciones sobre el coral en el segundo movimiento son todo un desafío, y están llenas de creatividad. En el Rondó final, hay una “milonga” escondida en el segundo tema, que por estar en tiempo rápido pasa desapercibida, aunque es típicamente piazzolliana.
Mis piezas preferidas son la Suite No. 2, me parece una pieza maravillosa para el repertorio pianístico a la par de obras de otros grandes compositores universales. La siciliana es simplemente una joya, tan simple y especial, y también el Preludio Nro. 3 Sunny’s game; me encanta cómo combina lo académico, el contrapunto, con el Tango y mucho Jazz. ¡Es fantástico!
– Claramente estamos en presencia del Astor que soñaba con ser compositor “académico”. ¿Crees que las obras tienen un valor histórico o musicologico? ¿O realmente merecen estar en el repertorio pianístico de concierto?
– Astor fue un gran compositor, enorme. Con todas las letras. No sólo “de tango”. Tuvo una formación sólida, rica, escribía con oficio, aparte de su obvio talento y creatividad. Creo que todo es Piazzolla, lo único que varían son los niveles de influencias de estilos (más contemporáneo, más jazz, más tango…) pero siempre con su impronta.
Creo que es muy importante compartir la música de nuestro tiempo, me gusta brindar mis manos al trabajo de compositores que trabajan sobre todo fusionando estilos. Siempre caminé la delgada línea entre géneros musicales, desde mi primer trabajo discográfico en 2006 (Modern Piano Tango, reeditado recientemente por Tango Malambo Music en Alemania) que fue pionero en presentar repertorio de tango de cámara, y música académica contemporánea inspirada en tango.
Espero de corazón que este repertorio se difunda, y que los pianistas se inspiren, se animen y puedan incluirlas en sus conciertos. Se van a sorprender gratamente y sinceramente esta música se lo merece.
– Con respecto a los premios Gardel: estuviste ternada con otros grandes músicos. ¿Qué pensás que valoró el jurado a la hora de elegir este trabajo?
– La nominación fue una gran alegría y orgullo, también la terna, con colegas con quienes compartimos mutua admiración. Les cuento que fue la primera vez en la historia de los Premios Gardel que los ternados en una categoría se juntaron para hacer música juntos (N.del. E: se refiere al concierto brindado en conjunto en el auditorio de la Fundación Beethoven días previos a la premiación final).
Quisimos visibilizar no sólo al género, sino también la importancia de la fraternidad, el trabajo en grupo, el compartir, que siempre suma y que es, en parte, la esencia del quehacer musical.
Encargamos entonces, un arreglo de un tango de Gardel (Por una cabeza) al premiado compositor argentino Pablo Aguirre, no sólo lo tocamos en concierto y lo grabamos, sino que tuvimos una madrina de lujo: ¡Martha Argerich! Nos escuchó desde el primer ensayo y hasta nos filmó en su casa. Fue hermosísimo. Pueden encontrarlo en YouTube por “Los gardelianos”, donde toco junto a Alan Kwiek en piano, y Cecilia Isas y Elías Gurevich en violines.
Y la realidad, volviendo a tu pregunta, como puso Aguirre en su dedicatoria: ya nos sentimos todos ganadores.
– ¿Qué significa este premio para vos?
– Es un mimo, se siente como una palmada de apoyo en la espalda después de tanto trabajo y recorrido. Ésta fue mi tercera nominación a los Premios Gardel. Pero vuelvo a decir: que se difunda mi trabajo y toda esta experiencia con mis colegas ternados en estos últimos premios fueron lo mejor.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
– Estamos terminando el primer CD del Dúo Urdimbre, que integro junto a la flautista Tanja von Arx, también para Virtuoso Records, y que podrán escuchar pronto. Tengo también otros proyectos de grabación en piano solo, giras para tocar con orquesta, música de cámara, masterclasses y conferencias.
¡Se viene con todo el 2023! Toda la información estará disponible en mi web y redes sociales. ¡Así que los invito a seguirme en Instagram, Spotify y Youtube!
La entrevista a Natalia González Figueroa forma parte de la Revista Música Clásica 3.0 #38 – Septiembre 2022
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