“En un momento de tanto odio, donde no se puede reflexionar con una mínima objetividad, me parece muy importante este mensaje de paz y amor incondicional”, sostiene el compositor y director Martín Queraltó sobre La pasión según San Mateo, obra que produjo de forma integral y que se realizará por primera vez en nuestro país.
Por Eugenia Mastropablo.
Formado en la Universidad Nacional del Arte, en donde se graduó en Piano (2006) y Composición y dirección orquestal (2008), el compositor también estudió en los cursos de verano del IRCAM (París), a los que asistió durante seis años. En 2010, fue becado por el gobierno español para realizar un curso de música electroacústica en el CDMC, ubicado en el museo Reina Sofía (Madrid).
Por su parte, desde el 2009, dirige y programa el Ciclo de Música Contemporánea del Teatro Nacional Cervantes. Además de este prestigioso ciclo, también tiene a cargo dos más: el de Lieder y el de Música popular, abarcando de esta manera todas las estéticas y tipos de música de autores argentinos e internacionales.
La Pasión según San Mateo se presentará el próximo jueves 28 de marzo a las 19 en un pre- estreno que se realizará en la Congregación Evangélica Alemana (Esmeralda 162) y el viernes 29 a las 20 en Humberto Primo 350.
El espectáculo será protagonizado por la actriz Ana Yovino y el tenor Maico I Hsiao. También participan Alejandro Spies (barítono), Mariana Rewerski (mezzosoprano), Antonio Franconetti (tenor), Guillermo Rodríguez (bajo), Matías Lapunzina (barítono) y Sebastián Maly (barítono). En total, el coro estará formado por doce cantantes, tres sopranos, tres contraltos y tres bajos.
-Es la primera vez que se interpretará La pasión según San Mateo por un autor argentino, ¿hace mucho que tenías este proyecto en mente?
– Ante todo, no fue por el hecho de querer hacer algo por primera vez, de ser el primero sino que, ya en 2002, cuando canté la obra de Antonio Russo, le había comentado que quería hacer La Pasión según San Mateo. En ese momento, él me dijo que esperara a estar más maduro porque yo recién comenzaba a componer, tenía sólo una obra. Y así lo hice.
-¿Qué fue lo que te inspiró de este Evangelio?
-Al principio, no sabía por qué me llamaba tanto la atención este Evangelio pero ahora la explicación es fácil: porque representa a Acuario, que es la era a la cual estamos entrando. Además, el Evangelio de San Mateo es el más humano de los cuatro. Aquí se presenta a Cristo/Jesús como un hombre más cercano a nosotros. Además, funciona un poco como el comentario de los otros tres: ya que aquí se ve en escala reducida lo que en los otros es demasiado grande. Nos coloca al lado de Cristo y no debajo de él.
-¿Por qué te parece que este es el momento más propicio para realizar la obra?
-Por un lado, tenemos lo simbólico del comienzo de la era Acuario, que nos da una idea del momento que estamos atravesando, una transición muy grande hacia otro tipo de estructuras sociales, económicas y políticas. Por otra parte, también tenemos la figura de Cristo, que nos hace reflexionar sobre el momento de alienación que estamos viviendo donde ya cualquier cosa puede ser cierta sin importar si es verdad o no. Creo que, desde hace algunos años, estamos inmersos en una “psicosis masiva”.
-En este sentido, ¿qué busca transmitir el concierto a través de la figura de Cristo?
– Me parece muy importante su mensaje de paz y amor incondicional por la humanidad en un momento de tanto odio, donde no se puede reflexionar con un mínimo nivel de objetividad. La figura de Cristo demuestra una gran fe y esperanza. Independientemente de que se crea o no en su existencia. Los aspectos esotéricos que están ligados a su figura son muy relevantes en la obra.
-¿Con qué nos vamos a encontrar a nivel musical?
-Creo que no tiene mucho sentido que explique las cuestiones técnicas (en la entrevista) porque me interesa que el público escuche lo que finalmente suena. Muchas veces, sobre todo en Francia, se teoriza mucho sobre cómo se compuso la pieza y uno queda fascinado con eso pero puede que el resultado no sea bueno. No hay una relación entre lo teórico y el resultado final. Como decía Gustav Mahler: “En la partitura está todo menos la música”.
-¿Algo que nos puedas adelantar?
-Simplemente, diré que el corazón de la pieza toma mucho, como no podía ser de otra manera, de Bach pero también pueden encontrarse algunas cosas de Brahms, del Via Cruzis de Franz Liszt, quizás su mejor y más desconocida obra; y de otras fuentes más cercanas a nuestro tiempo.
-¿Y en cuanto a la interpretación?
-Una parte importante de la estructura es la idea de dos Evangelistas (una actriz y otro tenor) y está dada por la división del tiempo en que yo creo debía tratarse la tragedia. Por un lado, un tiempo más vertical y ligado al Oriente que se relaciona con La última cena, Getsemaní, la muerte de Jesús, etc. Por otra parte, existe un tiempo más horizontal, el de su arresto y juicio, por ejemplo.
El primer tiempo, más ligado a la atemporal, es tomado por el cantante y el otro por la actriz. A la escucha es un lenguaje actual, con el que vengo trabajando desde hace ya muchos años en óperas y otras piezas. El mismo se nutre de algunas técnicas de las últimas décadas en música académica. También trabajo mucho lo coral, que es el lugar donde empecé a desarrollarme como músico.
-Además de ser el compositor y director, hiciste la producción integral del espectáculo, ¿cómo fue este trabajo previo?
-La idea fue hacer una obra de forma independiente. Al principio fue sin presupuesto y, si bien esto por suerte cambió, el proceso fue desgastante. El ensamble lo fui conformando con aquellas personas que se jugaban por el proyecto. De a poco, se fue sumando gente y más gente y así pude ir armando el ensamble vocal e instrumental. A pesar del contexto, la verdad es que cuento con músicos extraordinarios que se brindaron de forma muy generosa.
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