Horas previas a su presentación en el Teatro Colón para interpretar Carmina Burana junto a la Orquesta Filarmónica y el Coro de Niños, pudimos conversar con el destacado contratenor argentino, quien además fue integrante de ambos organismos, ya que también es violista y como si fuera poco, psicólogo. Es por eso dice que en la diversidad está el gusto y que las profesiones se pueden combinar y aportar entre sí.
Integraste la Filarmónica como violista y cantaste en el Coro de Niños del Teatro Colón, en el concierto que brindarás en el Teatro Colón vas a cantar con los dos organismos, ¿qué sensaciones te produce? ¿Qué recuerdos tenés de tu paso por estos organismos?
Hermosísimos recuerdos. Lograr ser parte coro de niños fue algo que me marcó para toda lavida, ya que en el día del concurso el Maestro Valdo Sciammarella dijo que había ingresado un nuevo genio, lo cual no entendí a mis 8 años, pero nunca olvidé e influyó mucho para que el canto pase de ser un puro hobby a mi profesión principal.
Reencontrarme con la OFBA es siempre maravilloso, toda una fiesta con mis antiguos colegas, como Marcela Magin, la solista de viola que fue jurado en mi concurso y me dio el primer puesto entre todos los concursantes (era aún adolescente), la concertino Haydée Francia, tantos amigos queridos, recuerdos de bromas, conciertos memorables, charlas de cantina, diálogos sindicales, compartir la inquietud sobre irse o no a estudiar a Europa (primero Rusia, luego Suiza), y recordar a los que ya no están, que son muchos, con mucho amor.
¿Qué nos podés contar de tu experiencia, a nivel humano y musical, de tu estadía en Moscú mientras te perfeccionabas en viola con el célebre violista Yuri Bashmet?
Fue una gran sorpresa llegar a Moscú. Yo ya tenía una beca para estudiar con Michael Tree y mi pasaje para NY, en el país donde mi papá, el Dr. Julio Barrera Oro, era residente y ciudadano y logró descubrir la vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina. Pero la antigua Unión Soviética me ofrecía una beca completa y una de las mejores técnicas del mundo para instrumentos de cuerda. No lo dudé demasiado…pero nunca imaginé que iba a ser tan duro, a nivel país. Fue maravilloso estudiar en el Conservatorio Tachaikowsky y disfrutar de la riquísima vida cultural de esa ciudad, y la calidad humana de su gente, apasionados y de buen corazón como nosotros; pero al mismo tiempo, quizás para que lo comprendas, no había ni siquiera papel higiénico…Creo que este contraste define suficientemente semejante experiencia.
¿Cómo fue la transición hasta que dejaste la viola y te dedicaste por completo al canto?¿Qué te aporta tu paso por este instrumento a la hora de cantar?
Estudiar un instrumento musical y llevarlo a un alto nivel, aporta una gran consciencia de sobre la disciplina que requiere y lo que uno es capaz de lograr con horas de dedicación, aunque al comienzo parezca imposible. Algunos cantantes, incluso en carrera, creen por ejemplo que no son capaces de hacer las coloraturas virtusísimas del barroco, porque nunca han experimentado el resultado progresivo de la práctica constante. Luego, ambos instrumentos, se nutren uno del otro, en la expresividad por ejemplo. La transición fue más bien una decisión “casi política”, por una cuestión de etiqueta. Yo había logrado ser parte del primer atril de la Orquestre de Nation de Jordi Savall, era profesor en el Conservatoire de Fribourg, tocaba en la Orquestre de chambre de Neuchâtle, Orquestre de Chambre de Genève, etc, etc, y como cantante no hacía gran cosa más que estudiar horas y horas. Richard Levitt, que en paz descanse, profesor de Andreas Scholl y mío también, me obligó a renunciar a todo empleo como violista, asegurándome que era la clave para comenzar a ser un cantante. Y tenía razón. Ése fue el click. De todos modos, hoy creo que es diferente. Ya no creo en esas etiquetas, y en “quien mucho abarca poco aprieta”, sino en que en la variedad está el gusto y la vida es corta, y el que puede, puede. Con lo cual, me considero violista, psicólogo y cantante.
Además de músico te recibiste de psicólogo, ¿cómo compaginas estas dos profesiones? ¿Qué te brinda la psicología a la hora de entender e interpretar una obra musical y qué te brinda la música a la hora de comprender el comportamiento humano?
Ser violista y cantante ya me ayudó a aceptar esta cuestión de tener varias profesiones. La psicología siempre fue una pasión que no pude ignorar y en mi propio análisis siempre surgía como algo realmente importante. Es muchísimo lo que aporta a la música. Podría escribir mucho al respecto. Resumiendo, por ejemplo, mis clases de canto son muchas veces sesiones de terapia, metafóricamente, y hace que los alumnos avancen mucho, en el canto y en su vida. El Orfeo de Gluck que hicimos con Juventus fue una obra maestra psicológica a mi gusto, una plasmación de la “Interpretación de los sueños”, “Duelo y melancolía”, de Freud, y una lección de sublimación. Lo bueno es que las profesiones se pueden combinar y a mis colegas y supervisores les cae muy bien, algo que por propio prejuicio yo pensaba que quizás no iba a ser posible. La psicología nos ayuda a encontrar algo que yo encontré ya de niño, con lo cual tengo un gran recorrido hecho. Creo que un músico tiene un plus de humano que nutre la empatía, también la cuestión del esfuerzo y la disciplina para salir adelante, y un psicólogo quizás aportar un matiz de profundidad, pero sobre todo, lograr aligerar los dramones existenciales.
¿Cómo continúas tu carrera internacional desde Bs As? ¿Qué proyectos tenés en el país y en el extranjero?
Entre otras cosas, haremos varias óperas en Buenos Aires con el Maestro Lombardero. L'incoronazione di Poppea de Monteverdi y Apolo y Jacinto de Mozart.
Carmina Burana
¿Cuáles son las dificultades de esta obra a nivel vocal?
A muchos la parte nos exige un grado de expresividad casi expresionista y grotesco, que no tiene que llegar al ridículo, pero el borde es muy sutil. Yo me incliné por una interpretación entre sobria y lamentosa para mi cisne chamuscado al spiedo, que el maestro Diemecke recibió con alegría.
¿Cuáles son tus expectativas para el concierto?
Ver al público del Colón emocionado, con el Teatro como uno de los marcos más hermosos del mundo.
El concierto va estar cargado de emotividad por su carácter de homenaje a Damián Ramírez, ¿cómo vivís esta situación? ¿Lo conociste personalmente?
Supe ayer durante el ensayo que Damián había hecho esta obra con este equipo alrededor de 2011. Es una gran pena que la gente se vaya tan joven. Sí, lo conocía. Participó en algunas Masterclass que di en la U.C.A y otros lugares, y fue mi cover en Orfeo de Gluck, con lo cual hace poquito lo había visto seguido. Se lo veía tan en forma… Yo he perdido tres hermanos queridísimos, muy jóvenes, 52, 56, y 63 años, además de mi padre. Es uno de los motivos para estar tanto en Argentina, ya que mi madre, espléndida, de 89 años, me necesita. La pérdida del primer hermano casi me devastó. Luego, uno va acostumbrándose a que realmente estamos aquí de paso. Claro que uno hubiese siempre querido que las cosas sean diferentes y duren un poquito más… mais, c’est la vie. A vivir que son dos días, dicen en España.
Por Maxi Luna.
Jueves 2 de marzo, 20 hs. Teatro Colón (Cerrito 628)
OFBA
Director: Enrique Arturo Diemecke
Pachamama – Esteban Benzecry
Carmina Burana – Carl Orff
Entradas: https://goo.gl/ht2TBK