Entrevista a Lilia Salsano: «Si viéramos lo que tenemos de bueno, creceríamos de otra manera»

Lilia Salsano con el piano del CCK

Presencias es el nuevo trabajo discográfico de la gran pianista Lilia Salsano. Segundo de una trilogía, agrupa la obra completa del compositor santafesino Carlos Guastavino, por primera vez grabada por una intérprete argentina. Sobre esto y mucho más conversamos en una cálida entrevista.

Por Leila M. Recchi

– ¿Cómo surge tu amor por la música?

– Vengo de una familia de músicos. Mi papá oboísta de la Sinfónica de Santa Fe y mi mamá pianista. Mi bisabuelo, italiano, tocaba el piano en una compañía de cine mudo. Y mi abuela, Elda Ricci de Vieri, fue quien me enseñó desde los seis años, nos tenía a mi hermana y a mí tocando en serio. Era una gran pianista, me dio herramientas para abordar lo que se me ocurra.

Tuve un lazo muy fuerte con el instrumento. Era un placer evadirme de todo por horas frente al piano. Descubrir, estudiar, ver qué se podía hacer… Cada desafío para mí era una motivación.

– ¿Cómo seguiste tu formación?

– Fuí a la Escuela de Música del Liceo Municipal de Santa Fe, y con la secundaria llegó el momento de: “¿Qué voy a hacer con mi vida?”.

No es simple de decidir, menos para un pianista clásico, porque no hay un camino trazado. En general es: “Tenés que irte afuera”, y no necesariamente encontrás caminos interesantes o genuinos con vos mismo. Y acá son muy pocos los circuitos para nuevos pianistas.

No veía claro, pero no quería dejar de tocar, para mí era como respirar. Entonces comencé a estudiar con Graciela Reca, que es una enorme intérprete, ha tocado a la par de Martha Argerich, y ha formado a un montón de pianistas. Tiene una generosidad, una vocación docente inmensas… Me guió y motivó a ir a concursos y así me fui dando a conocer, hice giras, toqué con orquestas.

– ¿Y te sentías a gusto participando en esos concursos?

-Realmente no es algo grato, ¿cómo se puede pensar que en el arte algo está bien o está mal, si es arte? Obvio que tiene que haber un estándar, cosas regladas. Pero lo interesante del arte es transmitir y conectarse.

La tenía de un lado a Graciela diciéndome: “Estaría bueno que te presentes a este concurso” y del otro a mi abuela con: “No, los concursos no están buenos” (risas). Pero sirvió porque si uno se queda en su casa esperando a que lo llamen no va a suceder. Tenés que salir y mostrar.

– ¿Cómo vivías el hecho de viajar a concursar, tocar y estudiar?

– Era como hacer tres carreras. Estudié en la Universidad Nacional del Litoral, que por supuesto me aportó mucho, pero yo lo que quería era tocar el piano. Y la carrera no estaba pensada para ser pianista, sino que priorizaba la didáctica y lo teórico exhaustivamente. Para el que quiere ser músico no es que no lo necesitás pero te quita muchas horas del instrumento.

Esa época era cursar, viajar, llegar leyendo apuntes en el micro para rendir al otro día los parciales. Por supuesto me recibí y al poco tiempo comencé a dar clases en el Liceo Municipal, pero mi foco siempre estuvo en tocar.

Lilia Salsano junto al piano del CCK
– ¿Cómo te interesaste en la música argentina, en especial de Guastavino?

– Cuando terminé de cursar fui a hacer seminarios de postgrado de la Maestría de Música Latinoamericana del Siglo XX y XXI en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza). Estaba a cargo de la pianista Dora de Marinis, un pulmón importantísimo en este tema. Venía gente de todo el país y de Latinoamérica, mostrando material de distintos compositores. En medio de eso escucho la sonata de Guastavino y me enamoré, me pareció alucinante.

Durante la formación académica, las obras argentinas y latinoamericanas por lo general se ponen para “rellenar” el programa, pero acá se las trabajaba en profundidad, viendo cada detalle. Me dije: “Esto tiene que estar en los escenarios”. En el camino a casa fui pensando en buscar más material de Guastavino. Justo se cumplía el centenario de su nacimiento así que fue un incentivo.

– ¿Cómo surge la posibilidad de grabar la obra integral en la Sala Sinfónica (“La Ballena”) del CCK?

– En 2015 sale la primera convocatoria de fomento del INAMU y me presenté casi sin ningún tipo de esperanza. Tenía material entonces para un disco, cuando al final fueron tres. Quedé seleccionada y me puse a estudiar con cabeza, cuerpo y alma. 

Primero tuve que recolectar las partituras, muchas las compré, otras me las facilitaron colegas, porque también tenemos esa problemática: no se reeditan, o no siempre hay lindas ediciones.

Antes de Guastavino grabé la Obra Completa para Piano para Virtú Maragno, donde trabajé con la ingeniera en sonido Fabiola Russo. A ella la conocí gracias a mi Mtro. Aldo Antognazzi quién me convocó a ser parte de su extraordinaria grabación de la Obra Integral de Muzio Clementi. Así que quería contar con ella para este proyecto, porque conoce a fondo la estética de la música clásica. Pero también, tiene un cariño importantísimo para escuchar, acompañar y entender lo que le quiero decir.

Por medio del “Negro” Aguirre (un gran pianista de Entre Ríos que tiene a su cargo el sello donde editamos los discos, Shagrada Medra) aparece Gustavo Mozzi, el director de ese momento del CCK, y me invita a grabar allí porque le encantó la idea.

Comenzamos en 2017, ¡fue alucinante estar ahí, te seguís inspirando con esos pianos! La sala y la técnica son de primera, aunque por supuesto hubo algunas complicaciones ya que no está pensado como un estudio de grabación, y tiene disponibilidad de tiempo en base a la programación.

Había días que grababa diez horas de corrido. No fue una grabación tradicional, las últimas tomas fueron en 2019 y hubo que dedicarle un tiempo importante a la edición.

– Te convertiste en la primera pianista argentina en grabar la obra completa de Guastavino…

– Sí. Hay dos antecedentes de grabación integral, que son un grupo de pianistas dirigidos por Dora de Marinis y Martin Jones (pianista inglés). Pero esta es la primera vez que lo hace una pianista argentina, además santafesina como él.

En 2020, justo antes de la pandemia, con Pablo Tibalt (dramaturgo con el que empezamos a armar un proyecto que fusionara esta música con lo teatral) investigábamos sobre las poesías que elegía Guastavino.

Fue entonces cuando Fernando Morello (director de la Escuela de Música del Liceo Municipal) acercó obras y en esos anillados, que eran de la pianista Perla de Curto, aparece una obra que nunca habíamos visto. Hablé con Silvina Luz Mansilla (musicóloga), que es quien trabajó en conjunto con Guastavino sobre su catálogo, y descubrió que estaba dentro de las obras que Guastavino aprobaba. Hablamos con su sobrino (el heredero y quien tiene a cargo los derechos) y la inscribimos en SADAIC. Entonces, esta grabación integral sumó una obra más.

– ¿Cuál fue el criterio para agrupar el repertorio en tres discos?

– Se trata de tres universos de inspiración de Guastavino: “Poesía”, “Presencias” y “Paisajes”.

El nombre “Poesía” (primer disco, editado en 2020) es por la fuerte conexión de Guastavino con ese arte. Posiblemente muchas de estas composiciones nacieran de poesías que él leyó. 

Aparecen también diez preludios sobre temas musicales infantiles, entre ellos “Un Domingo de Mañana”, una fuga a tres voces que pareciera hacer alusión a su infancia. Cuando él era chico, el profesor de órgano de la Iglesia lo dejaba a cargo mientras él se iba a la otra. Ese preludio termina con una parte que parece muy de órgano, muy Bach. 

En “Presencias” (Mayo de 2022) hay obras que retratan a seres, a personas. En general, Guastavino aclara que son ficticios, pero investigando puede suponerse a quiénes referencia. Me parece interesante que cada uno se imagine quién es la persona, dónde vive, qué edad tiene, qué le está pasando… Es increíble cómo desde algo tan abstracto pueden hacerse esas historias.

Estos seres aparecen mucho en el ciclo “Mis amigos”, que tiene un tinte didáctico. El subtítulo incluso dice “Para jóvenes pianistas”, hay un montón de detalles para jugar con la subjetividad de quien interpreta.

Luego está el ciclo “Las Presencias”, donde las primeras cinco son para piano, después para otras agrupaciones camarísticas, y también se encuentran las “Diez Cantilenas Argentinas”, donde aparecen algunos seres, como Abelarda Olmos, Juanita, Herbert… 

Y luego llegará “Paisajes” que, si todo sale bien, editaremos el año que viene. Y hablaremos al respecto entonces (risas).

– ¿Qué te gustaría lograr con esta revalorización de la música de Guastavino?

– Quisiera llevarla a nuevos públicos, abrir el espectro. Es una música que gusta mucho, tiene fuerza expresiva, melodías hermosas, referencias e intertextualidades. Contiene rasgos muy argentinos, eso hace que las personas conecten enseguida.

Lo he llevado a lugares pequeños, donde la gente no había ido nunca a un concierto de piano, y la conexión fue fantástica. También al “Echoes Festival of Classical Latin Music” (festival dedicado a la música clásica ibero-latinoamericana en Reino Unido y celebrado anualmente en la catedral de St. Martin in the Fields, en Londres), estaba lleno de gente y ovacionaron de pie. Es importante que circule, es un repertorio muy vasto y por demás interesante. Hace crecer nuestro patrimonio cultural.

– ¿Cómo ves la situación de los pianistas en Argentina, en especial de las mujeres?

– He visto mujeres de generaciones anteriores a la mía que no pudieron seguir con su carrera. El piano es un instrumento que te demanda muchísimo y si una mujer tenía hijos se suponía que debía quedarse en la casa. Mi abuela nació en 1925, y si bien estudió y dio conciertos, cuando se casó ya no era tan fácil. El tema de mi mamá también fue la dictadura, porque había cosas tremendas pasando. 

Creo que hoy las mujeres vivimos de otra manera. Lo que veo es que hay grandes pianistas que casi no tienen la posibilidad de tocar, más las mujeres. No es fácil, tenés que ser mánager, estudiar, organizar todo, y generalmente no se vive de dar conciertos. Yo me puedo considerar una privilegiada en este momento por mi cargo en la Sinfónica. Pero sino tenés que dar clases, y si bien a mí me gusta mucho hacerlo y me lo tomo en serio, prefiero salir a la cancha a jugar.

Lo que sucede con los compositores locales de no mirarlos con cariño y respeto es igual con los intérpretes. Se prefiere a veces lo de afuera, cuando aquí hay pianistas increíbles, como Hugo Schuller, Natalia González Figueroa o Daniela Salinas y tantos más. Es importante tener un semillero.

Lo que me propuse de mirar a nuestros compositores y darles una nueva vida (porque a medida que se tocan tienen vida), fue jugármela, dar todo, aspirar a que nuevos pianistas se entusiasmen y quieran tocar nuestra música. Si viéramos lo que tenemos de bueno, creceríamos de otra manera.

– ¿Cómo sentís las formalidades en la música?

– Creo que algunas formalidades son contraproducentes. La música clásica no tiene que estar cerrada, acartonada, como guardada en un museo. Tiene que estar viva, comunicar, lo interesante es que la persona conecte desde su sensibilidad. Eso es lo verdadero, lo demás es una pose que pareciera responder a dogmas, y esto tiene que ser arte. Es una expresión humana, reglada, sí, pero que no por eso anula la propia expresión.

– ¿Qué proyectos tenés a futuro?

– Me encuentro realizando una gira argentina, mi intención es que pase por un lugar de cada provincia. La idea es que se realice entre la segunda mitad del año y comienzos del próximo.

En Junio – Julio voy a estar en unos festivales en Italia y posiblemente se amplíe esa gira. También quiero ir por algunos países de Latinoamérica. Tengo también una fecha en el Camping de Bariloche el 22 de Octubre, va a ser un concierto que permita ir comentando las obras, las inspiraciones del autor…

Me gusta también ir conociendo qué pianos hay en mi país, retratar lugares que a veces se desconocen y son una maravilla, que tienen hermosos pianos y gente trabajando para esos semilleros, esos lugares de arte.

Me interesa mostrar el “pianorama” en Argentina. Quiero ir aportando una semillita en estos lugares y seguir difundiendo la obra de Guastavino. Tengo fe en que va a ser amplio y movilizante.

Agenda de la Gira Argentina de Lilia Salsano

 

Septiembre

Sábado 3: SAN JUAN
Recital en el ciclo «Brindis con el arte» – Club Social.

Domingo 11: CÓRDOBA
Recital en Museo Manuel de Falla – Alta Gracia.

Lunes 12: CÓRDOBA
Masterclass y concierto en la Facultad de Artes de la UNC.

Viernes 16: SALTA
Recital en Sala ProCultura en la ciudad capital.

Fechas a confirmar
TUCUMÁN. Recital en Septiembre Musical.
CATAMARCA. Recital y masterclasses en el Conservatorio Provincial de Música «Mtro. M. Zambonini».
JUJUY. Recital y masterclasses en el Escuela Superior de Música dependiente del Instituto Superior de Arte de la provincia de de Jujuy.

Octubre

Miércoles 5: CORRIENTES
Recital en la Sala Mayor del Teatro Oficial Juan de Vera.

Jueves 6: CHACO
Recital en la Casa de las Culturas en Resistencia.

Sábado 8: FORMOSA
Recital en el Teatro de la Ciudad – en el marco del desarrollo cultural «Formosus» organizado por el prof. Héctor Giménez.

Del domingo 16 al martes 18: SANTA CRUZ
Recital y masterclasses en el Conservatorio Provincial de Música del Instituto Provincial Superior de Artes de Santa Cruz.

Sábado 22: RIO NEGRO
Recital en Camping Musical Bariloche.

Lunes 24: CHUBUT
Recital en el Auditorio de la ciudad de Esquel.

Domingo 30: MISIONES
Recital Teatro de la Prosa – Parque del Conocimiento.

Noviembre

Martes 22: BUENOS AIRES
Recital y masterclasses en el «Conservatorio de Música A.A. Quadraccia» (Lincoln). Coordina Prof Damián Balarino.

Esta entrevista fue publicada en la Revista Musica Clasica 3.0 # 35 – Junio 2022

 

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