Entrevista a Julio Bocca: “Soy un referente en todos lados y es muy lindo. No me importa decirlo”

Julio Bocca sobre una pared

Ph. Santiago Chivero – AFV

En esta entrevista exclusiva, el legendario (y actual) bailarín argentino comparte su experiencia en el mundo de la danza. Durante la conversación aborda sus logros y desafíos, así como su perspectiva sobre el trabajo de la danza en su carrera y la actualidad. También nos cuenta sobre sus planes futuros en este -su- maravilloso arte.

Por Carolina Lázzaro/Luz Lassalle

Les invitamos a sumergirse en esta fascinante conversación sobre la danza y la trayectoria de uno de los bailarines más destacados de la historia.

-Estuviste en Alemania recientemente, ¿es un trabajo regular que estás haciendo?

-Sí, desde que me retiré como director del Ballet Nacional de Uruguay me estoy dedicando a ir a compañías y escuelas como coach. En la Ópera de París, la Scala de Milán, el ABT, el Royal Swedish Ballet, Australia, Corea, China. Eso es lo mío habitual; estoy casi todo el año afuera.

-¿Y cómo es esto de trabajar en tantas compañías, con tantos maestros, bailarines, todos diferentes?


-Al ir por tan poco tiempo todos te quieren (risas). Todos te respetan, todo está bien. Doy clases o tomo ensayos; voy a la compañía o a la escuela. Combino, y esa diferencia de energías me gusta. También es aprender la forma en esta época, muy diferente a la nuestra. Estar atento a todos los requisitos, que en cada compañía y en cada país son diferentes.

-¿Qué cambios notás que hay en esta época?


-Por ejemplo en la forma de conectarse, ahora no podés tocar a nadie. Y en la forma de hablar. Hay lugares donde no podés decir: “grupo de mujeres, grupo de varones” sino grupo uno y dos. O decir: “Esto no estuvo bien”. Ahora es “Todo bien”. Pero bueno, se entiende y uno trata. La parte artística trato de trabajarla mucho, para que sean ellos mismos; que el personaje sea de ellos, dentro de la historia que tienen que contar. Nosotros antes veíamos películas, leíamos libros, teníamos que buscar siempre, porque no teníamos la información. Esperar un VHS… ¡si es que llegaba a la Argentina! Ahora hacés así y lo tenés todo. Entonces no vas a lo profundo. Ir a lo profundo cuesta más.

Julio Bocca en un ensayo en el Teatro Colón
Ph Máximo Parpagnoli - Teatro Colón - 2014
-¿Actualmente considerás que trabajan en mejores condiciones los bailarines?

-Ahora lo tienen todo. Al principio me costaba entender: tienen todo y quieren más. Está bien, nosotros también queríamos más. Antes no teníamos piso de goma ni piso flotante, teníamos un solo kinesiólogo para ochenta bailarines. Ahora tienen camarines por separado, sauna, sector de kinesiología, de pilates. Para ellos eso es normal, entonces claro, quieren más..

-¿Qué lugar se le da a la clase?

-Ahora la clase la toman como un calentamiento. Yo nunca lo hice así. Para mí la clase era donde te limpiabas de la energía, de la locura de la función anterior y donde volvías a la estructura, a lo simple, y a probar. El ensayo es el momento de buscar el personaje, y no perder el tiempo en cómo se hace una pirueta, un double tour, o un arabesque. Nosotros a veces tomábamos hasta tres clases al día. Y éramos profesionales. No sé si me explico…

-Nos preguntábamos: ¿si estuvieras haciendo esta carrera hoy tal vez no habrían sucedido las lesiones que tuviste?


-Calculo que hubiera sido lo mismo, porque todas las lesiones que tengo son parte del esfuerzo que le hice hacer a mi cuerpo. He bailado con esguinces, con el pie hinchado. He bailado Giselle completo con un desgarro de pantorrilla.
Tengo once operaciones, y hacía más de doscientas funciones al año. Lo hice porque era loco, y quería hacerlo (risas). Pero no se lo recomiendo a nadie.

Quizás ahora tenés esos que: “Ay me duele acá” y bueno, tres días libres. Está bien, no digo que esté mal, pero creo que hay que empezar a buscar un equilibrio.

Julio Bocca en un ensayo en La Scala
Ensayo en La Scala con Nicola Del Freo - Giselle 2022. Ph Brescia y Amisano © Teatro alla Scala.
-¿Tenés alguna propuesta para dirigir el ballet del Teatro Colón?

-No. Tuve una sola, antes de venir a dirigir a Uruguay. Había pedido lo mismo que pedí acá. En Argentina me dijeron que no y en Uruguay me dijeron que sí. Esa es otra de las cosas: soy de Sudamérica y no trabajo aquí. Voy a grandes compañías de todo el mundo. No entiendo por qué. Donde a mí me gustaría aportar y ayudar, es imposible. Además uno tiene contactos; para hacer giras o traer obras, y siento que no me usan. Me gustaría poder pasar más tiempo en casa.

-¿De Argentina no te convocan?

-Estuve hablando con Mario (Galizzi) para ir el año que viene a dar clases al Colón. Ahora me llamaron del Teatro del Bicentenario de San Juan, donde hacen funciones de ballet interesantes, y bueno, yo me ofrecí para ayudar.

-Julio Bocca es referente de la danza clásica argentina, que llevó la danza al público masivo, pero a su vez tu carrera la hiciste en el exterior, ¿cómo hiciste?

-Como te dije, era loco, y me gustaba. Hice mi carrera en el exterior, pero nunca abandoné la Argentina. Por eso iba todos los años, hacía giras nacionales, o bailaba en el Colón. Íbamos a teatros, pero también a estadios. Digo, pucha, una cancha de fútbol se llena con fútbol, pero también puede llenarse con ballet. En el ´90 armé una compañía de ballet con gente argentina y latinoamericana, viajamos por el mundo. Siempre estuve preocupado por dar a conocer el ballet.

-Abriste camino a las nuevas generaciones.


-Yo tuve la posibilidad de ganar un concurso en Moscú y eso sirvió para que la gente joven viera que si uno lo logró otros lo pueden lograr. Y con la contratación de Baryshnikov en Estados Unidos, fue como ver que alguien de Sudamérica también puede llegar a las grandes ligas.

-¿Fuiste el primer sudamericano en el American Ballet Theatre?

-Sí. Cuando Paloma (Herrera) fue me preguntaron si la conocía, qué tal era, y me pidieron que fuera su traductor. Y de todos los de habla hispana que llegaron después, me preguntaban si los conocía, y yo decía: “¡No! No porque hable español conozco a todo el mundo de la danza” (risas). Pero se abrió otra visión de parte de ellos: “Ah, hay ballet en el sur”.

-No sólo sos un referente en la Argentina, también en el mundo. 

-Yo voy afuera y siempre vienen bailarines que me dicen: “Para mí es un honor estar acá tomando clases con vos. A nosotros nos mostraban los videos tuyos, de Baryshnikov, de Nureyev; sos parte de esa época. Sos una leyenda”. Y yo digo: “Pucha, ya una leyenda…okey, sigo vivo” (risas) Soy un referente en todos lados y es muy lindo, y no me importa decirlo. Es un privilegio. Estoy agradecido; es lo que es.

-Con vos la danza llegó a la gente que no sabía de ballet, esa fue otra puerta que se abrió. Se popularizó realmente.

-Lo que hice fue mostrarme como un ser humano, que ama la danza y hace. No como un bicho raro. Hacer la tapa de Playboy, hacer obras diferentes, yo qué sé, fue como romper un poco el estereotipo del bailarín.

-También incluías danzas con reminiscencias populares.

-Siempre me importó llevar parte de la idiosincrasia de mi país cuando íbamos de gira. Por ejemplo Bocca Tango, con coreografías que Ana María Stekelman había montado para mí, la gente quedaba fascinada. Me hubiera gustado hacer más con Oscar Araiz, eso me quedó pendiente. Pero él necesitaba más tiempo. Sus procesos llevan tiempo, y eso es lo que yo no tenía.

Julio Bocca en un ensayo en el Colón
Ph. Máximo Parpagnoli - Teatro Colón - 2014
-¿Qué pasaba cuando había contratiempos, bailando a la intemperie, o en un piso que no era apropiado?

-Me acuerdo cuando fuimos con Raquel Rossetti a Paraguay, con la compañía, y porque el escenario era chico, no quisieron bailar. Terminamos con Raquel bailando solos, y la gente tenía que esperar a que nos cambiáramos (risas). Pero estábamos felices, para nosotros también era divertido.

-Una vez bailaron en Mar del Plata bajo la lluvia ¿no?

-Eran esas funciones que se hacían al aire libre, sobre la Rambla. Había cincuenta mil personas y empezó a llover, y teníamos solo una parte del tapete donde no llovía. Y la gente estaba ahí. Entonces ¿por qué nos vamos a ir, si la gente está ahí? Y bailamos. Nos pasó en Italia también, en un festival al aire libre, con la orquesta de tango. Empezó a llover, los músicos seguían tocando. Y nosotros bailando bajo la lluvia, tratando de controlar no resbalarnos, y fue emocionante. Son esas cosas que creo, son lindas también para el arte.

-¿Qué otra anécdota tenés?

-Hicimos una gira por el interior con una obra que era con láser. Y en el Chaco, ¡un calor! No había agua fría que se necesitaba para enfriar el aparato. Tuvimos que contratar a los bomberos con su cisterna y la manguera, y ponían bolsas de hielo arriba de la manguera para que mantuviera el agua fría (se ríe). Que fuéramos con esta clase de espectáculos al interior, que siempre lleváramos algo nuevo, la gente lo agradecía muchísimo. Por supuesto Quijote tenía que estar sí o sí.

-¡Te debías a tu público!

-¡Claro! Empezábamos con eso, y ya todos felices. Entonces podíamos llevar al público a una zona diferente, con coreógrafos como Tudor, Balanchine, Graham o José Limón. Y no solo era por el público, era por nosotros también, por tener esa posibilidad de trabajar con estilos diferentes.

Ensayo en La Scala con Nicola Del Freo - Giselle 2022. Ph Brescia y Amisano © Teatro alla Scala.
-¿Cómo te llevabas con lo contemporáneo? 

-A mí me costó mucho. Yo era puramente clásico y en aquella época la mentalidad era: o clásico o contemporáneo. Ahora si el bailarín no es 100% bueno en contemporáneo y 100% bueno en clásico, no entra a ninguna compañía. Y te hablo de la Ópera de París, del Bolshói. Mismo en las compañías contemporáneas, lo clásico es muy importante.

-¿Próximos proyectos?

-Me estoy yendo al Royal Swedish Ballet por seis semanas para trabajar Manon, de ahí a la Scala de Milán para Romeo y Julieta, de ahí a Barcelona que son los cursos de verano, después Corea, Chile y Amsterdam. Ya tengo cerrado el 2024 y ya estoy armando el 2025 y 2026.

Conocé más acerca de la Fundación Julio Bocca aquí: http://www.fundacionjuliobocca.org.ar/

La entrevista a Julio Bocca forma parte de la revista Música Clásica 2.0 #45 – Mayo 2023

Leé la publicación completa en: https://musicaclasica.com.ar/revista/revista-musica-clasica-buenos-aires-3-0-45-mayo-2023/

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