El Mtro. Silberstein cuenta cómo será el próximo concierto de la Sinfónica y Coro Nacional

Silberstein

Conversamos con el Director Ezequiel Silberstein sobre el próximo concierto de la Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico nacional, que promete ser una experiencia musical excepcional. El concierto contará con la participación del destacado pianista Alberto Bohbouth como solista en un programa que incluye obras de Serguéi Prokófiev, Juan José Castro e Ígor Stravinsky. La cita es el viernes 22 de septiembre a las 20:00 en la Sala Auditorio Nacional del CCK.

Virginia Chacon Dorr
Fotos: Luciana D’Attoma- DNEE

-¿Qué nos podés adelantar de este programa tan interesante?

-Este concierto es uno de los que más esperaba en mi temporada. Implica un desafío especial, no solo por las obras, sino también por la participación de la Sinfónica Nacional y el Coro Polifónico Nacional. Abrir con los “Corales Criollos” de Juan José Castro es toda una declaración de intenciones. Luego interpretaremos el “Concierto para Piano No. 3” de Prokofiev, recordando la actuación de Martha del año pasado en su Festival donde puso la vara bien alta. Alberto Bobouth será el solista y dará realmente un concierto de excelencia. Finalizamos con la “Sinfonía de los Salmos” de Stravinsky, una obra espectacular. Este año, hace poco, se hizo en el Colón «La carrera libertino», esta obra que pertenece al mismo período neoclásico. Día a día, recorriendo la partitura, sigo encontrando cosas geniales que me sorprenden. Es un programa muy interesante. ¿Sabías que la Sinfonía es una obra sin violines ni violas? Tenemos dos pianos que pusimos estratégicamente en la sala. Espero que la gente recuerde este concierto, un programa así no es tan común.

-Siempre tuvo una relación estrecha Juan José Castro con el neoclasicismo. Sobre ese estilo en las obras del programa, ¿nos podrías contar más?

-Castro recibió un importante premio en ’54 por los Corales  Criollos, que reflejan fuertes influencias europeas y sus estudios en París, pero también incorpora raíces argentinas como la utilización de danzas folclóricas, de alguna manera similares a Ginastera. También podemos pensar la relación del Concierto de Prokofiev con este estilo, por ejemplo presenta elementos neoclásicos en su segundo movimiento, un tema con variaciones poco común en conciertos para piano. En Stravinsky encontramos la esencia, aporta su estilo ruso muy propio al neoclasicismo. La concepción neoclásica está presente en estos compositores del siglo XX, que incorporan elementos de diferentes momentos y lugares.

-La gente que no es tan cercana a la música del siglo XX suele encontrar en el neoclasicismo una especie de «refugio».

-Absolutamente. A veces parece como una mala palabra decir siglo 20, lamentablemente. Muchos piensan que el público se asusta de las músicas de aquellas vanguardias, pero creo que es más un tema de los programadores que del público. La música de este concierto es hermosa. Quiero que vengan y la disfruten, objetivamente está muy bien escrita.

La música de este concierto es hermosa. Quiero que vengan y la disfruten, objetivamente está muy bien escrita.

Toda una declaración de principios.

-¿Qué importancia tiene traer al presente la obra de Castro? O también para el caso la inclusión de un compositor argentino.

-El proyecto de incluir a Castro es un deseo que tenía desde hace tiempo, y la Sinfónica me propuso la obra. Es esencial para los organismos nacionales difundir la música de compositores locales además del repertorio universal. En octubre presentaré un concierto íntegramente con obras de compositores argentinos, con estrenos y revisiones.

-Uno también empieza a escuchar melodías y músicas relacionadas a la propia cultura y a reconocerse ahí, ponele, pienso en el Arroz con leche de Castro 

-En ese sentido, me acuerdo mucho cuando en mi época de estudiante joven, cuando iba a escuchar la Sinfónica en el Auditorio Belgrano, el maestro Calderón era una gran influencia en ese sentido. Siempre había una obra argentina. Es importante revivir obras olvidadas o con pocas referencias. Deberíamos dar lugar a compositores locales, como Castro, Gianneo, Lambertini, Irma Urteaga, además de Ginastera.

Como te comentaba, en octubre hago un concierto con la Orquesta Académica del Teatro Colón dedicada a compositores argentinos. Hacemos un estreno de Eva Lopszyc, un estreno de Alex Nante y el concierto para viola de Gandini. Y me encanta, ahí hay puramente música argentina en un ámbito académico, con estrenos, con obras revisitadas.

La familia y la música

Silberstein dio sus primeros pasos de la mano de su familia. Su abuela era la Pichona Sujatovich, quien dio clases a músicos de la talla de Pedro Aznar, Celeste Carballo y Charly García. Su tío es el famoso compositor y pianista Leo Sujatovich, y en la actualidad su primo Mateo está descollando con Conociendo Rusia. La relación de Silberstein con la música popular es conocida y creció desde la cuna con él.

-Es muy conocida tu relación con la música popular e incluso con otras artes, como series y películas. Contame cómo funcionó respecto a eso la formación musical con tu familia.

-A diferencia de muchos otros directores, que encontrarás en sus álbumes familiares fotos de ellos de chicos jugando a ser directores y demás, en mi caso no lo vas a encontrar. Tengo una familia de pianistas. Lo que sonaba en casa cuando éramos chicos era el piano. Mi mamá, Graciela, fue profesora de piano desde cuando yo era chico, hasta el día de hoy sigue siéndolo, y sonaban sus clases todo el día. Mi abuela era profesora, mi tío compositor y tecladista súper reconocido. Ahora, mi primo Mateo con su proyecto Conociendo Rusia está teniendo un gran éxito. 

¿Qué te puedo decir? Yo amo la música popular, es la música con la que me crié. Soy de 1986, entonces viví los años 90 y gasté el cassette y el CD «El amor después del amor» de Fito Páez y el “Greatest Hits 2” de Queen. Después me hice súper fan de Génesis, para ir un poco más hacia el rock sinfónico. Para mí el lenguaje de la música popular es totalmente natural y familiar. Cuando estudié piano con mi abuela, ella me formó a partir de piezas clásicas. Pero yo le llevaba las cosas que escuchaba en mis CDs y ella me las enseñaba con la misma atención que el otro repertorio. Lamentablemente, falleció muy joven por una enfermedad. Después, yo seguí un camino de pianista clásico, hasta ingresar al Conservatorio. Cuando empecé a estudiar Dirección me di cuenta de que iba a dedicarle mi vida. Hoy, el piano es mi instrumento y mi herramienta, pero no me considero pianista, porque realmente una pianista es alguien que se dedica.

-Y ese amor por la música popular te llevó también a trabajar con Fito Páez.

-Sí, hubo momentos en los que no podía creer estar ahí dirigiendo y él tocando. Yo trabajé con Fito, con Ricky Martin… Vengo, tal vez, a representar un nexo entre el mundo académico y el popular. Me lo han dicho los artistas que me convocan, porque ven que soy como un crisol de  entre ambos mundos y  conozco tanto los lenguajes musicales como los usos y costumbres.

-No se trata de elegir una u otra música.

-Exacto, no se trata de elegir entre música clásica o popular. Para volver siempre al ejemplo de Juan José Castro, que se viene en el concierto de la Sinfónica. Cuando Castro hacía el “Arroz con leche”  o los “Corales criollos”, no pensaba en ‘voy a elegir esto de tal cosa’ o ‘voy a elegir esto de tal otra’. Había una continuidad en su pensamiento y eso es lo que articula de una manera completamente natural su música.

Sobre el concierto:

https://www.cck.gob.ar/events/prokofiev-castro-y-stravinsky-por-la-orquesta-sinfonica-nacional-y-el-coro-polifonico-nacional/

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