Un misterioso vihuelista de Granada, de quien sólo nos queda el nombre y los libros con música que pudo imprimir alrededor de 1538, homenajeando a un mítico tañedor de lira de la Grecia antigua. Un intérprete argentino que en 2014 recrea con el laúd esa música. Música sin tiempo.
Luys de Narváez nació cerca de 1500 y murió en algún momento después de 1560. Poco más se sabe de él, apenas aparece mencionado en las memorias de un noble y poeta español, años después. Si no fuera porque publicó lo que él llamó Libro del delfín, no sabríamos nada de su obra ni de la importancia que tuvo en la música para instrumentos de cuerda pulsada en la España del siglo XVI. Instrumentos de cuerda pulsada: en esa época, en España, reinaba la vihuela, instrumento que convivía con el laúd, antes de la llegada triunfal de la guitarra barroca. Todos estos instrumentos tienen característica parecidas, y así como la vihuela dominaba la Península, en el resto de Europa el laúd era el preferido.
José Akel toca el laúd y fue desde ese instrumento que decidió recrear música de los seis libros (no es uno solo, sino varios tomos) que Narváez dio a la imprenta. Su toque es preciso y sutil, más preocupado por comunicar que por deslumbrar. La grabación pasa revista a distintos tipos de piezas que dejó escritas el vihuelista andaluz: algunas son transcripciones, o mejor dicho “arreglos” para su instrumento de canciones muy exitosas en la época (algunas de maestros franco-flamencos, tan en boga en ese siglo), otras distintas variaciones (se llamaban Diferencias) sobre temas españoles muy difundidos; y otras piezas escritas originalmente por él mismo.
La forma en que se transmitían por escrito las obras para vihuela o laúd no era mediante la escritura musical tradicional con pentagramas, sino lo que ahora se llama tablatura (para guitarra o bajo). Se dibujaba el diapasón del instrumento con las cinco, seis o siete cuerdas, poniendo en qué traste había que tocar y en qué momento. Así es como tocan, aún hoy, los intérpretes de laúd o vihuela, la música del Renacimiento. Es un método muy práctico y que muchas veces saca de dudas a los cantantes sobre cómo cantar melodías de esa época, ya que las transcripciones para instrumentos de cuerdas pulsadas son mucho más precisos: indican sin lugar a dudas las alturas de las notas, tenga alteraciones (sostenidos o bemoles) o no.
La grabación es muy cercana y cálida, se escucha la respiración de Akel y eso da un soplo muy humano y necesario. El librito que acompaña la edición (bilingüe) trae un texto ameno y magistral del especialista argentino en Renacimiento español Claudio Morla, donde explica más detalles interesantísimos de este disco.
Fuente: http://www.clubdeldisco.com/