El Corsario – Ballet en el Teatro Colón

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Una obra que se destaca por desplegar la maravillosa técnica que requiere el ballet. Entre danzas virtuosísimas, solos, el hermoso Pas de Trois, una historia compleja en donde la mujer vuelve a aparecer como un objeto de venta, raptos violencia y manipulación. 

 

 

Por: Luz Lassalle. 
Función Extraordinaria 10 de abril de 2018 – Teatro Colón

 

Nos encontramos entre un público entusiasmado, un poco ansioso y hasta podría decirse con algo de nerviosismo; es claro que están esperando verlo a él, Herman Cornejo, el Gran Bailarín Argentino en su segunda presentación oficial con el Ballet Estable del Teatro Colón. (La primera fue hace dos años bajo la dirección de Maximiliano Guerra en La Bayadera). Y no viene solo, está con su compañero del American Ballet Theatre, Daniil Simkin y María Kochetkova, bailarina principal de San Francisco Ballet en los roles principales de Conrad, Alí y Medora respectivamente.

Las luces bajan, el público se aquieta, comienzan los aplausos de bienvenida a la norteamericana Tara Simoncic quien será encargada de mantener esa relación mágica, a través de la dirección de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, entre la obra musical de cuatro grandes compositores: Adam, Delibes, Pugni y Drigo y el sublime bailarín y coreógrafo Marius Petipa, para darle vida el poema de Lord Byron, El Corsario en su actual versión de Anne-Marie Holmes y con la reposición Coreográfica de Julio Bocca, y la dirección de la Gran Paloma Herrera.

Se abre el telón y ya se puede disfrutar de una maravillosa puesta en escena (Christian Prego) en la que se ve la proa de un gigantesco barco con su tripulación. No hay detalle que se escape, el movimiento de flotación de la nave, el viento que impacta sobre las velas, la ondulación del mar, todo está pensado para que el/la espectador/a se involucre de tal manera que quede atrapado/a para el resto de la historia, contada en tres actos. Un grupo de Piratas, entre ellos Conrad, Alí y Birbanto (Emanuel Abruzzo) llegan a una playa, justamente al bazar de Lankendem  (Maximiliano Iglesias) quien se prepara para realizar una subasta de esclavas. Entre ellas se encuentran la bella Medora y su amiga Gulnara.(Emilia Peredo Aguirre) quienes por su extrema belleza son compradas por el Pashá (Julián Galván). Pero Alí el esclavo de Conrad por indicación de su amo rescata a Medora. Mientras que Birbanto y su séquito de piratas invaden el bazar llevándose muchas de las esclavas y robando riquezas. Gulnara no corre la misma “suerte” que su amiga de ser “rescatada” (raptada).

Para el segundo acto la apertura del telón nos coloca en una caverna muy bien representada por la escenografía y las proyecciones, en donde se puede ver a los lejos la embarcación en un suave y continuo movimiento. Este es el lugar en que los corsarios llevarán a las mujeres secuestradas con la intención de ser vendidas, y sus recientes pertenecías adquiridas, además de traerse consigo a Lankendem. También se encuentra Medora en condición de amante de Conrad quien va a persuadir a su amado para lograr la liberación de las esclavas. Llega el momento de mayor deleite que da lugar al Gran Pas de Deux, o mejor dicho de Trois, ya que se lucen los tres personajes principales de excelentísima técnica y virtuosismo. La decisión de Conrad de liberar a las esclavas provoca una pelea entre los dos piratas, y una cadena de traiciones y venganza que culminan con Conrad abatido por un somnífero mientras que Lankendem aprovecha dicha situación para tomar a Medora y llevarla nuevamente con el Pashá.

El tercer acto nos encuentra en el palacio con una escenografía excepcional como nos tiene acostumbrados el Teatro Colón; podemos disfrutar nuevamente a Gulnara, esta vez en una danza para deleitar las exigencias de su amo.

Irrumpe en la sala Lankendem que trae consigo a Medora quien se encuentra triste pensando en la supuesta muerte de su amado. Pero a la vez complacida de rencontrarse con su amiga. El Pashá feliz por haber recuperada tan bella mujer y luego de mostrarle sus intenciones, decide tomar un descanso. Es aquí donde se disfruta lo que se domina “el jardín animado”. Conquista la escena la Escuela del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón dejando ver la gran cantidad de artistas en formación con la que cuenta el Teatro. El escenario se llena de tutús rosas y dorados, aros con flores, niñas que acaparan la atención de cualquier espectador/a. Y las bellas Medora y Gulnara soñadas por el Pashá, que despierta para recibir a unos peregrinos que no son otros que Conrad, Birbanto y los piratas disfrazados que vienen al rescate de Medora y su amiga. Engañado el Seid Paschá les muestra todas sus mujeres y las hace bailar para él. Al darse cuenta que entre los peregrinos se encuentra Conrad, Medora, que lo creía muerto, se pone feliz por reencontrarse con su amor y ponen en marcha un plan de escape. En el medio del caos Birbanto muestra nuevamente su lado malvado queriéndose aprovechar de Gulnara, y es Medora que la defiende y lo acusa por su traición con Conrad, quien lo mata ayudado por Alí.

Conrad, Alí, Medora y Gulnara, entre otros tripulantes logran escapar y embarcarse en la fabulosa nave en la que llegaron, pero de repente se desata una tormenta que provoca un naufragio.

Es en el Epílogo que, como desenlace, nos muestra que el amor verdadero puede sobreponerse a toda dificultad, mostrando a los dos personajes principales felizmente como sobrevivientes de la tempestad.

El Corario es una obra que se destaca por desplegar la maravillosa técnica que requiere el ballet. Entre danzas virtuosísimas, solos, el hermoso Pas de Trois (Stephanie Kessel, Natalia Pelayo y Ludmila Galaverna), con la gracias natural y la perfecta técnica de nuestro Cornejo, un Simking que parece volar con sus acrobáticos saltos y una Kochetkova, que enamora con la belleza de sus movimientos. No podemos dejar de mencionar el cuerpo de baile, las danzas con espadas, detalles de la escenografía, la utilería y el fantástico vestuario; hay tiros, escapes, emoción y aventura, e incluso momentos graciosos, con pantomimas muy bien interpretadas y ajustadas a la musicalidad que ofrece una obra de tal magnitud, una historia compleja en donde la mujer vuelve a aparecer como un objeto de venta, raptos violencia y manipulación.

 


 

El Corsario – Ballet en tres actos (1856)

Inspirado en el poema homónimo de Lord Byron

Música: Adolphe Adam, Cesare Pugni, Leo Delibes, Ricardo Drigo

Dirección del Ballet Estable del Teatro Colón: Paloma Herrera

Dirección musical: Tara Simocic

Coreografía: Anne-Marie Holmes

Reposición coreográfica: Julio Bocca y Lorena Fernández

Diseño de Escenografía: Christian Prego

Diseño de Vestuario: Aníbal Lápiz

Diseño de Iluminación: Rubén Conde

Fotografías: Máximo Parpagnoli


 

Leé también la entrevista a Herman Cornejo: "El Colón fue mi escuela y va a ser mi teatro toda la vida". 

https://goo.gl/ygPvUM

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