«El Coro Polifónico tiene que agrandar el radio de público». Entrevista a José Sciutto

Entrevista a José Sciutto

Desde MCBA conversamos con el nuevo Director del Coro Polifónico Nacional, José Sciutto, quien además tendrá a su cargo la coordinación de todos los coros nacionales.

¿Cómo fueron sus inicios en la música?

Empecé a estudiar desde muy chico, no iba a la escuela, tenía cinco años. Mi mamá me enseñó con la teoría de Williams. Empecé a estudiar piano y tenía un tío en Junín (yo soy de Junín), que era guitarrero y me enseñó los acordes con la guitarra. Me di cuenta que esos tonos los podía pasar al piano. Entonces improvisaba entre folklore y tango.  Ahí empezó mi experiencia musical. Cantaba en el coro de Junín. Pero en ese momento, cuando yo termine la escuela secundaria, la música no se concebía como una profesión, la música era para ir de juerga, divertirse.

¿Cuándo supo que quería dedicar su vida a la dirección?

Lo único que me gustaba era la música. Como la música no podía, tenía que elegir algo más. Entonces elegí abogacía. A los 17 años me vine a estudiar abogacía. Pero cuando llegué a La Plata a estudiar abogacía, descubrí que existía la carrera de dirección orquestal. Pasó el año, me anoté y desde ahí me dediqué 100% a la música. Estudié con el maestro Mariano Drago y con Juan Carlos Zorsi, fueron los dos maestros que a mí más me enseñaron y a partir de ahí trabajé muchos años, di clases, dirigí orquestas, coros, me casé y tuve tres hijos.

Hubo un momento que tuve la necesidad de tomar otros aires musicales. Entonces me fui a Italia, ya que tengo la ciudadanía italiana, y me encanta Italia. Ahí empezó otra historia.

¿Cómo llega a ser director titular del Coro Polifónico Nacional y Coordinador General de los cuatro coros nacionales?

Desde hace muchos años que, trabajando en Roma en la Academia Nacional de Santa Cecilia, como en el Teatro de la Ópera de Roma, ya viajaba constantemente como invitado, a dirigir a la Orquesta Sinfónica Nacional y al Coro Polifónico Nacional en programas conjuntos y siempre he establecido una muy buena relación musical y también personal con ambos organismos.

Respecto a mi coordinación general, como una de mis especialidades es el trabajo con jóvenes, la Sra. Mariela Bollati, quién dirige la Dirección Nacional de Organismos Estables, pensó que yo podría  coordinar todos los coros, ya sea el Coro Nacional de Niños, el Coro Nacional de Jóvenes y también del Coro Polifónico Nacional de Ciegos, aunque todos estos organismos funcionan muy bien desde el punto de vista musical. Simplemente en ese caso mi función va a ser la de organizar un poco y pensar para el futuro una acción en común, para que las actividades tengan una coherencia en el tiempo.

¿En qué consiste su trabajo como Coordinador General y cómo se compagina con su labor como director?

En realidad serán dos direcciones, direcciones en cuanto a caminos, una es la del  trabajo como Director del Coro Polifónico Nacional, donde tengo la responsabilidad de prepararlo musicalmente, en toda su actividad. Y la otra es, como dije anteriormente, coordinar con los cuatro coros,  programaciones que tengan un hilo conductor, un criterio, que no sea un rejunte de ideas, sino que sea una idea general en la cual todos los elencos podrían desarrollarse.

¿Cómo se elige el repertorio que se va a trabajar durante el año?¿Cómo se articula con las obligaciones junto a la OSN?

En realidad el Coro trabaja con dos programas, una es el repertorio propio del coro como elemento individual. Este primer año ya estaba programado por el director anterior y yo hice algunos cambios, pero respetando la mayoría de las cosas. Mi idea para el futuro es trabajar programas con una unidad, temática o musical.

Por otro lado, trabaja  junto con la Orquesta Sinfónica Nacional, allí tengo la fortuna de contar con el programador de la OSN, el Mtro. Ciro Ciliberto, esta es una gran persona con mucha cultura general y musical. Con lo cual siempre hemos tenido un buen dialogo y hemos concordado santísimas cosas. Con lo cual ya hemos acordado seguir con la misma linea de coherencia del repertorio individual del coro, como así también buscar otros tipos de repertorio que tengan que ver con la unidad de ambos organismos.

Yo creo que el Coro Polifónico tiene que agrandar el radio de público. Hay dos cosas que a mi me preocupan bastante, una es la inserción del coro en la cultura nacional y la otra es justamente la de incorporar nuevos públicos, sin entrar en algún tipo de demagogia musical, es decir, hacer otros estilos. Para este año, por ejemplo, vamos a hacer un poco de jazz, de Gospel, en conjunto con algún trío de jazz, con la colaboración de gente especializada y de ese modo abrir un poco a otros tipos de estilo de lo que habitualmente el coro canta, por su puesto conservando también el repertorio clásico coral, con los monumentos musicales de los distintos estilos.

¿Qué cosas le gustaría tomar de su experiencia con organismos del exterior en esta nueva etapa del Coro Polifónico Nacional?

Desde el punto de vista musical ninguna, debo decir que los coros en argentina y principalmente los coros del Ministerio de Cultura, tienen un nivel musical optimo que no envidia a ningún coro europeo. Quizás acentuaría y perfeccionaría un poco mas el aspecto de organización de la actividad, o de estructura. De tener lineamientos un poco mas claros y que los mismo coreutas tengan claro el camino, cuales son los derechos y los deberes. Eso es algo importante a mejorar en los organismos de nuestro país.

¿Qué rol cumple la enseñanza en su vida?¿Qué nos puede contar de su método de pedagogía coral infantil?

Me completa la vitalidad de la música. Es muy lindo enseñar a jóvenes y a chicos sobre todo.  Para mí, una luz en el camino a la metodología de enseñar música, me la dio Violeta de Gainza. Yo empecé a enseñar piano con el método de ella y ahí empecé a relacionar que eso se podía transferir a todo. Por supuesto que en la vocalidad entran otras cuestiones.

Empecé a inventar una cosa, repito, no es una creación totalmente mía, sería un mentiroso, pero si lo organicé y le agregué muchas cosas también. Entonces escribí el libro Scuola Cantore con este método, me lo publicaron, tuvo mucho éxito y hemos creado un movimiento un movimiento coral de niños y de jóvenes con esta metodología en Argentina. Los chicos van aprendiendo repertorio junto con lectura. No cantan nada de oído.  El primer libro son todos cánones. Ahora, en el segundo libro, ya va a haber cosas de dos o tres voces. Pero el primer canon que cantan es en el primer ensayo que vienen. Lo leen rítmicamente, melódicamente y lo cantan. La verdad que funciona. Estoy muy contento. Está teniendo mucho éxito trabajado con el Ministerio de Cultura. Ahora, también, con el Ministerio de Cultura de la Provincia. Son cosas que funcionan muy bien.

¿En qué consiste el programa «Musica per la Pace» de la O.N.U y su trabajo en el mismo?

Este es un programa que comenzó en el año 1985, yo en ese momento  trabajaba en Costa Rica, dirigía la Orquesta Sinfónica Nacional y fui realmente a ese país a partir de un programa de las Naciones Unidad que se desarrollaba dentro de la Universidad para la Paz, que depende de la ONU y tiene como sede San José de Costa Rica. Allí desarrollamos junto con todas las universidades del país este programa que incluía coros de niños, coros de jóvenes y los coros profesionales, orquesta sinfónica y orquesta juvenil. Después de pasar dos años en Costa Rica y crear este movimiento pasé fugazmente por un año por la Florida State University, donde participé de una  fulbright scholar, que es una especie de estadía donde se invita a maestros y profesores para que estén un año en la universidad. Luego volví a Italia con la idea de crear el  movimiento “Música per la Pace” con  la misma impronta que habíamos desarrollado en Costa Rica. Esta idea, es una concepción de la música , no como un lujo o como un articulo de consumo, sino con todo un criterio de formación, a parte de musical, también afectiva y sobre todo de comunicación entre los niños y los jóvenes. Un coro o una orquesta juvenil es una escuela de democracia. Donde ninguno puede pasar por arriba a otro, sino que se debe adecuar al grupo y se debe trabajar juntos para lograr un objetivo en común. Y además en ese trabajo en conjunto hay una particularidad, es que uno debe escucharse, porque sino no se puede realizar. Y eso es una escuela de vida, aprender a escuchar al otro, compartir con el otro y programar con el otro para evolucionar e ir adelante. De allí salió esta idea y de ahí salió un libro que escribí sobre esta metodología de alfabetización musical, que después se desarrolló mucho en Italia.

El año pasado vino una Maestra Argentina, María Paz de Cicco a visitar el trabajo que yo hacia en el Teatro de la Opera de Roma, con  la Escola de Canto Corale de Niños y Jóvenes y ella se quedó impactada por la metodología y me propuso organizar un movimiento musical que se llama Schola Cantorum, que es el nombre del libro, en la Argentina y en Latinoamérica. Esto comenzó hace poquito tiempo y podemos decir que vamos muy bien. Debo decir, que en el país empezamos con cursos y se ha trabajado con niños en diversas Municipalidades, como la de General Belgrano y Pila, Provincia de Buenos Aires, dirigidos por María Paz. Luego también hemos iniciado otro en Misiones, en el parque del conocimiento, donde trabaja una Maestra llamada Anita Beltrán, Directora de coros y orquestas y está funcionando muy bien. Y hemos logrado llevar este proyecto a partir de dictado de cursos a  Chile, organizado por el Municipio de Valparaiso y de Iber Orquesta. Yo he dado un curso y ahí mismo se ha iniciado el trabajo con coros.

Por otro lado, estoy muy contento porque el próximo verano se inaugura una Diplomatura del Método Global en la Universidad Católica de Chile. Esto será en enero del 2019. Y en la  Argentina se ha creado en Junín, mi ciudad, como así también en Paraguay, en Honduras, Costa Rica, donde sigo trabajando. Nos han pedido iniciar el proyecto también  en Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes y muchas otras solicitudes que estamos evaluando, pero nuestro primer objetivo es crear los maestros capacitados para desarrollar este método. Estamos muy esperanzados con el futuro de este movimiento coral.

¿Cuál es su experiencia dentro y fuera del país?

En Argentina trabajé muchísimo, me fui cuando tenía 37 años. Tenía un grupo que se llamaba Juglerías. Teníamos una posición frente a la música que era, la historia de la música, historia de la ejecución musical.  Primero empezó como un grupo para investigar música del Renacimiento. Compramos instrumentos, flautas dulces. Después también hicimos música Medieval, folklore argentino, tango. Grabamos un disco que está ahora en YouTube. Hicimos de todo, música barroca, tango y canciones nuestras, con texto de poetas contemporáneos.

En Italia me fue muy bien cuando apenas llegué.  Estuve un año trabajando un poco en lo que podía.  Gané un concurso de las Naciones Unidas. Fui a trabajar a Costa Rica dos años y dirigí la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Juvenil y el Coro de Ópera. Ahí tuve una experiencia muy linda. Después me invitaron de la Florida State University en Estados Unidos,  en un departamento que se llama Música por Américas.  Estuve allí un año como residente en el Departamento de Música Antigua.

Después volví a Italia y trabajé en la Academia Nacional de Santa Cecilia, en el Coro de Ópera de Roma y con el Ministerio de Educación.

En este momento estoy tanto en Italia como en Argentina. Antes residía en Italia y viajaba a la Argentina, ahora resido en Argentina y me voy a Italia.

¿Cuáles son sus expectativas para el futuro?

Me gustaría que el Coro Polifónico Nacional se transformara en un elemento de identidad del pueblo argentino. Esta sensación  ya la he vivido en Costa Rica justamente. El pueblo costarricense se siente identificado con la Orquesta Sinfónica Juvenil, pero no solo el que va a los conciertos, hasta el último de los campesinos del país, si uno le pregunta sobre la orquesta, la persona se siente orgullosa de tener a su organismo. A mi me gustaría que con los coros del Ministerio pasara exactamente la misma cosa, que fueran un poco los representantes de la música y que tuvieran un reconocimiento social. A parte me gustaría también que hasta el último habitante del norte hasta el último del sur, y del este y el oeste, sientan al coro como un elemento del país, no simplemente como un organismo sin identidad, sino que tenga una identidad nacional. Mi otro deseo para el futuro es, que se pueda desarrollar en nuestro país, un movimiento fuerte con los coros, crear redes, una actividad para niños y jóvenes, pero siempre con una alfabetización musical, es decir, un desarrollo ademas de estético, afectivo y de evolución intelectual. Para eso tiene que servir la música, sino el arte no sirve para nada.

Por Maxi Luna.

 

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