El artista austriaco Gustav Klimt (1862-1918) realizó una extensa obra pictórica definida como una de las más originales de finales del siglo XIX. Combina el naturalismo expresivo de los sentimientos con el decorativismo. La realidad y, al mismo tiempo, la alegoría a lo mitológico; la sencillez de las figuras, junto con la gran ornamentación de las mismas.
La mayor parte de su obra original está expuesta en el Museo Belvedere de Viena, donde convive además con obras maestras de Schiele, Kokoschka, Waldmüller, Amerling, Fendi y Hausner, entre otros pintores.
La historia del cuadro “El antiguo Burgtheater”, 1889, Gustav Klimt
El auditorio del viejo Burg Teather iba a ser demolido por lo que en 1887 se encargó a Klimt y Franz Matsch la realización de uno lienzos en los que representase el interior del viejo coliseo teatral.
Los artistas solicitaron demorar este encargo hasta finalizar la decoración de las escaleras -véase el Teatro de Taormina-, solicitud que les fue concedida.
Al ponerse manos a la obra tuvieron un arduo trabajo ya que en el contrato se especificaba que tenían que integrar en la composición a unos 250 personajes entre ellos los importantes de la Viena del momento.
Recibieron dos abonos de butaca para la temporada y pudieron contemplar al público que acudía a las representaciones.
Klimt fue el encargado de pintar la sala y para ello realizó un buen número de bocetos y dibujos preparatorios, teniendo que acudir a su familia y amigos como modelos, aunque también recibió la visita de muchas mujeres de la ciudad que deseaban ser inmortalizadas en el cuadro.
En el primer palco de la derecha se reconoce a la pareja imperial -Francisco José está de pie junto a Isabel-, y la mujer vestida de blanco sentada en la tercera fila de butacas junto al pasillo, es la célebre actriz Katharina Schratt, amante del emperador.
Klimt cometió sin embargo una clamorosa omisión, olvidándose de incluir el retrato del político Karl Lueger, que en 1897 se convertiría en burgomaestre de Viena. Su ausencia no pasó inadvertida y el cuadro fue devuelto al pintor, que procedió a subsanar el error.
El resultado es una obra de gran calidad, en la que se nos muestra el patio de butacas del teatro, rodeado de cuatro pisos de palcos en los que se situaba la alta nobleza imperial, ocupando el emperador y la corte uno de estos palcos.
Una lámpara en el centro del techo y diversos focos distribuidos en la segunda fila de palcos arrojan una tenue iluminación a la escena, creando de manera perfecta la sensación atmosférica de un interior.
Las figuras son extraordinarias, adecuadas a su nivel social, vestidas con sus mejores galas, presentadas en elegantes actitudes. La perspectiva conseguida por el maestro resulta destacable pero lo más original es el tratamiento de la escena ya que Klimt sitúa a los espectadores en el papel de actores, confundiendo la realidad con la apariencia.
La obra, fiel testimonio de la alta sociedad vienesa del momento, fue premiada por el emperador en 1890 con 400 florines en la exposición anual de la principal asociación artística austríaca, la Künstlerhaus.
Autor KLIMT GUSTAV
Fecha 1888
Material Aguada
Escuela Simbolismo
Dimensiones 82 x 92 cm.
Museo Kunsthistorisches Museum
Link: https://www.artehistoria.com/es/obra/auditorio-del-viejo-burgtheater-de-viena