“Diva on detour”, Patricia Racette, del Metropolitan, en concierto en el Teatro Real.

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Vestida de negro, pantalones y una chaqueta anudada tipo pijama en crêpe y con bordados paillettes, el cabello corto con mechas, Patricia Racette pasó de ser una mujer maltratada y asesinada por su esposo, su rol en Street Scene, a un diva con un pianista maravilloso, Craig Terry, que disimula las partituras con discreción y la sigue con elegancia y disposición poco frecuente en los repertoristas. Incluso en los famosos y habituales de los cantantes, que a menudo organizan su propio concierto. Craig en cambio, está absolutamente a sus pies y a su garganta e indicaciones.

Racette, una mujer bastante alternativa, nada sumisa, acostumbrada a ser aclamada en el Met por sus interpretaciones de Madama Butterfly, Tosca o Peter Grimes, hace su presentación en el Teatro Real desde una vertiente menos lírica, pero igual de apasionada, con la que mostrar la ductilidad de su voz, su cadencia y sus dotes para la interpretación. Está claro que la depurada técnica de cantante de ópera le proporciona un entramado vocal todoterreno, desde el que puede abordar lo que se proponga. Y lo hace bien.

Sin embargo, el formato de su recital no es propiamente el de un cabaret, bastante más desenfadado aún, anárquico, erótico y desafiante, rociado con alcoholes y la pierna al aire. ¿Cómo no pensar en Liza Minnelli y su película del mismo nombre o, de forma más fundacional en la musa de todos los deseos, la alemana disidente Marlene Dietrich, en el Ángel Azul, cuando dejaba al entregado profesor apabullado con su “Lola Lola” o Estoy enamorada de la cabeza a los pies”

Bajo el título de Diva on Detour, Racette ha preparado una sesión íntima, cercana, en la que interpretará obras de Stephen Sondheim, Cole Porter, George Gershwin o Édith Piaf, entre otros, llevando al espectador desde la sonrisa a una cómplice melancolía.

Este encuentro, más que descarado, a la Marlene, aunque Racette no es de las que lleva fajas o corsés, sobre todo mentales, es más bien evocador, nostálgico. Con un punto analizable por las veces que la soprano evoca a su madre, diciéndole, (Canta) “Más bajo” o, “El Ave María, el Ave María, aunque fuera en bodas, funerales o bautizos”, como ella misma recuerda.

La cantante norteamericana recuerda también sus orígenes de Quebec, por llevar un apellido francés, que la vincula personalmente a la elección en su repertorio de los “tubes” de Edith Piaff, Padam, Milord o “La vie en rose”, cantada en español, idioma que utilizó, aquí y allí, para salpimentar su performance. Su espectáculo fue, así, con canciones en inglés, francés y castellano.

Aunque el aforo no estaba completo, hubo presencias destacables como la del director artístico del Real, Joan Matabosch, bien acompañado en primera fila, algún periodista

entregado y contento a pesar de ser domingo por la noche y el lunes se trabaja, pero da igual, con dos propinas y el final a una hora razonable, la vida se ha hecho para disfrutarla .¡Un gusto! Y eso, “on detour”

Alicia Perris

 


 

3 de junio de 2018. Teatro Real de Madrid. Salón de Baile, 21.30 horas

Actividad paralela a Dead Man Walking y Street Scene

Obras de Cole Porter, Stephen Sondheim, George Gershwin y Edith Piaf.

Patricia Racette, soprano

Craig Terry, piano

 

Programa

1. Got Rhythm – Get Happy

2. Carnival in Flanders: Here's that Rainy Day

3. Not a care in the world

4. Angel Eyes

5. I'm Calm

6. A Star Is Born: The Man That Got Away

7. To Keep My Love Alive

8. Milord/Padam-Padam

9. La Vie en rose

10. Come Rain or Come Shine

11. Where or When

12. You've Changed

13. Guess Who I Saw Today

14. Where Do You Start?

15. So In Love

16. Mon Dieu (My God)

17. Not a day goes by

 

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