Die schöne Müllerin de Schubert es una de las obras más emblemáticas del repertorio del lied alemán; así como tambien uno de los primeros ciclos y (sin duda) uno de los más exitosos. Fue compuesto entre mayo y septiembre de 1823, y está basado en los poemas homónimos de Wilhelm Müller. En este artículo, exploraremos esta magnífica obra.
Escritura
Schubert compuso Die schöne Müllerin a los 26 años de edad, en 1823, durante un período de su vida en el que se encontraba en una situación emocional y financiera precaria. A pesar de estas dificultades, Schubert encontró inspiración en los poemas de Müller y creó una de sus obras más hermosas y conmovedoras. Además, la composición de Die schöne Müllerin fue un punto de inflexión en la carrera de Schubert como compositor de lieder. Con esta obra, Schubert se consolidó como uno de los principales compositores de lieder de su tiempo y sentó las bases para futuras obras del género. Schubert compuso Die schöne Müllerin en un momento en el que la literatura y la poesía alemana estaban experimentando un renacimiento. El poeta Wilhelm Müller era uno de los escritores más destacados de este renacer literario.
Estructura
La belleza de Die schöne Müllerin es evidente en la habilidad de Schubert para capturar la esencia de los poemas de Müller en la música. Cada canción es una pequeña joya lírica que retrata la pasión, la melancolía y la desesperación del joven molinero. En «Das Wandern», por ejemplo, la música alegre y vivaz representa la emoción del molinero al comenzar su viaje. La suave y melancólica «Wohin?» expresa la nostalgia del molinero por su hogar y la hermosa música de «Der Müller und der Bach» crea una imagen de la relación del molinero con el agua y la naturaleza.
La música
Sin embargo, es la música de las últimas canciones de Die schöne Müllerin que más se destaca por su habilidad para transmitir emociones complejas. «Der Jäger» y «Eifersucht und Stolz» son canciones que expresan celos, tristeza y desesperación, respectivamente. La música de «Der Jäger» es oscura y tensa, mientras que la música de «Eifersucht und Stolz» es agitada y frenética. La voz del molinero en estas canciones es desgarradora, ya que expresa su sufrimiento emocional con una gran intensidad.
La música de Schubert también destaca en su capacidad para crear una sensación de fluidez y continuidad. Las canciones están conectadas por una serie de motivos y temas que se repiten y evolucionan a lo largo del ciclo. Por ejemplo, el tema del agua es recurrente, y la música de «Der Müller und der Bach» se repite en la última canción, «Des Baches Wiegenlied». Esta continuidad musical une el ciclo en una sola obra cohesiva y refuerza la narrativa emocional del molinero.
El drama
Otro aspecto destacable de la música de Schubert es su capacidad para combinar lo lírico y lo dramático. En la canción «Pause», la música suave y serena contrasta con la letra que expresa la ansiedad del molinero por el rechazo de la hija del molinero. Esta tensión entre la música y la letra crea una profundidad emocional que aumenta la empatía del oyente con el personaje principal.