«Desde hace 30 años, esperamos la revalidación de nuestra ley especial»

Desde la página de Facebook “Bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón” se publicó un texto explicando la situación de las y los bailarines del organismo.

Desde hace unas semanas el Ballet Estable del Teatro Colón está en el foco de las noticias del sector cultural, en principio debido a la renuncia de Paloma Herrera a su dirección. Esta situación puso sobre la mesa algunos -importantísimos- temas de discusión sobre el funcionamiento del Teatro, y la centralidad de las políticas públicas en relación a la profesión y vida de los artistas y el arte.

A continuación el mensaje de “Bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón”

Los bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón sentimos la necesidad de aclarar afirmaciones parciales y/o tergiversadas que han sido difundidas en diversos medios de comunicación, las cuales no informan realmente la situación de este organismo. El Ballet Estable es una compañía de tradición, reflejo de los grandes teatros líricos de Europa, y comparable con los ballets de la Scala de Milán, la Ópera de Paris, el Bolshoi, por citar sólo algunos. Pronta a cumplir 100 años desde su fundación en 1925, por su condición histórica vanguardista con el estreno de las grandes obras clásicas del repertorio, ha sido ejemplo en toda América. Pertenece a una institución pública, orgullo nacional, de prestigio y renombre internacional, como lo es el Teatro Colón. Somos los Cuerpos Estables artísticos y escenotécnicos quienes conformamos la columna vertebral de tan majestuosa obra edilicia, y quienes damos vida a las creaciones artísticas. Es el modo de cumplir con nuestra naturaleza y misión en la sociedad. Cada bailarín que llega a ocupar un puesto en el Ballet Estable, ha iniciado a muy temprana edad una carrera de compromiso y devoción. Una pulsión profunda e inexplicable de pasión nos enseña desde niños la disciplina, responsabilidad y trabajo constante y para siempre. Sacrificios y resignaciones, vocación y amor incondicional por esta profesión. La entrega es total. Hemos pasado muchísimas pruebas en el largo periodo de formación en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, y recibimos las mismas herramientas tanto quienes elegimos continuar la carrera en la Argentina, apostando a contribuir con la cultura de nuestro país, como los eximios colegas que ocupan lugares de cuerpo de baile, solistas y primeros bailarines en compañías de primera línea en todo el mundo. Hasta llegar a ganar un Concurso Internacional Público, examinados y calificados por una mesa de jurados de renombre y trayectoria internacional. El mérito que nos eleva y honra con el anhelado lugar de bailarín de fila del Ballet Estable del Teatro Colón, redunda en el honor de ser un “empleado público” al que pocos accedemos. Nuestro instrumento y medio de expresión es el cuerpo; el mismo que la propia temporalidad nos indica cuándo ya no es posible continuar ejerciendo el arte de bailar, en un escenario de altísimo nivel profesional como lo es el de nuestro primer coliseo. Aún así, nuestros bailarines de mayor edad son una pieza fundamental en el abordaje de roles de carácter con mayor compromiso actoral, donde la experiencia y el peso escénico marcan la diferencia, un eslabón clave en el legado de la mística y la tradición teatral. Por esta razón, es que los bailarines necesitamos que las autoridades gubernamentales y directivos del Teatro Colón, y de quienes dependa el caso, nos pongan en agenda y hablemos sobre la ley de jubilación especial para bailarines y su funcionalidad, manteniendo el espíritu de dignidad y respeto hacia nuestro metier, con el que fue concebida. Ley creada e impulsada en su origen por los bailarines que nos antecedieron, y que a través de la contratación de un equipo médico traído desde Estados Unidos especialmente para la investigación de esta urgencia, desarrollaron el proyecto, y mediante una resolución del entonces Concejo Deliberante, nació la merecida ley 20/40.

El mérito que nos eleva y honra con el anhelado lugar de bailarín de fila del Ballet Estable del Teatro Colón, redunda en el honor de ser un “empleado público” al que pocos accedemos

Destacamos que la mencionada ley rige con normal funcionamiento en compañías oficiales del interior del país. Sin embargo, desde el año 1994, con la llegada de las AFJP, y posterior conformación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la caja de jubilación municipal desaparece pasando a pertenecer a Anses, y nosotros a regirnos por el régimen general previsional. Desde hace 30 años, esperamos la revalidación de nuestra ley especial, que contempla las especificidades de una labor tan particular como singular. Es la única manera de dar solución a esta problemática de estancamiento del engranaje, del cual dependen las nuevas generaciones de bailarines.

Desde hace 30 años, esperamos la revalidación de nuestra ley especial, que contempla las especificidades de una labor tan particular como singular

La planta permanente actual es de 93 bailarines, de los cuales 4 están con licencia sin goce de sueldo, y 25 son los bailarines que están en condiciones de jubilarse si comenzara a funcionar la ley con todas sus aristas correctamente aplicadas. Al día de hoy, estos bailarines son convocados en los grandes ballets clásicos para los personajes y danzas de carácter antes mencionados.

No respondemos a ningún gremio. No tenemos delegado, desde hace cinco años. El porcentaje de afiliados al Sutecba es menor al 10% de la planta. Nos autoconvocamos de manera espontánea a reuniones de cuerpo para tratar tesituras que surgen y nos competen y contamos con una comisión representativa que transmite nuestra voz. “Los bailarines del BETC somos artistas que entregamos nuestra vida a la profesión y tenemos el derecho a jubilarnos dignamente”. Aguardamos con esperanza que esta visibilización del problema nos permita abordarlo con una nueva mirada altruista, sabiendo que en el medio quedamos prisioneros los artistas que pasamos de las luces y el reconocimiento social, al abandono y la vergüenza. Aprovechamos este comunicado para darle una cordial bienvenida a nuestro nuevo Director, el Mtro. Mario Galizzi, artista de la casa, y destacado por su amplia trayectoria internacional como maestro, coreógrafo y director. Al querido público de siempre, a nuevos públicos y al público del futuro, los invitamos a seguir nuestro trabajo cotidiano a través de redes sociales, y a acompañarnos en el estreno del clásico “Giselle” desde el 5 de abril, para inaugurar una nueva y renovada temporada.

Aguardamos con esperanza que esta visibilización del problema nos permita abordarlo con una nueva mirada altruista, sabiendo que en el medio quedamos prisioneros los artistas que pasamos de las luces y el reconocimiento social, al abandono y la vergüenza

*Mensaje original en https://www.facebook.com/BailarinesBETC

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