El Museo Morgan identifica un manuscrito que podría pertenecer al célebre compositor polaco, abriendo un nuevo capítulo en el estudio de su obra
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Un hallazgo inesperado en el Museo Morgan
En el Museo Morgan de Nueva York, un sorprendente hallazgo ha sacudido a la comunidad de la música clásica: el descubrimiento de un manuscrito titulado “Valse” y firmado con el nombre “Chopin” en caligrafía cursiva. Robinson McClellan, curador de la institución, encontró este intrigante documento mientras catalogaba la colección de objetos culturales almacenados en la bóveda de seguridad del museo. Intrigado, McClellan decidió probar la pieza en su piano digital y, al notar la singularidad de su estilo, envió una fotografía del manuscrito a Jeffrey Kallberg, experto en la obra de Chopin en la Universidad de Pensilvania, quien se mostró sorprendido y emocionado al recibirla.
Un análisis meticuloso: papel, tinta y estilo musical
La autenticidad de la obra fue examinada minuciosamente por el equipo de la Biblioteca y Museo Morgan, realizando un análisis exhaustivo del papel, la tinta, la caligrafía y el estilo musical. Tras esta evaluación, los investigadores concluyeron que el manuscrito probablemente corresponde al compositor polaco Frédéric Chopin, un descubrimiento significativo para la musicología. La partitura ha sido datada entre 1830 y 1835, cuando Chopin se encontraba en sus veintes, poco después de dejar su tierra natal.
El manuscrito presenta algunas peculiaridades: es considerablemente breve en comparación con otros valses de Chopin, con solo 48 compases y una duración aproximada de 80 segundos. A pesar de ello, su estructura, los detalles de la escritura musical y la intensidad expresiva, que incluye acordes disonantes y un triple forte, resultan consistentes con la obra del célebre compositor.
El misterio del manuscrito y las dudas de los expertos
El hallazgo también ha generado algunas interrogantes. Aunque la pieza está firmada con el nombre de Chopin, los especialistas del Morgan sospechan que dicha firma podría haber sido añadida posteriormente, ya que presenta errores de notación y ritmo que el compositor habría corregido. Este enigmático vals fue encontrado entre los archivos del coleccionista A. Sherrill Whiton Jr., un apasionado de la música clásica que lo habría adquirido en una tienda de autógrafos en Nueva York, agregando un matiz misterioso a su origen.
Una obra inédita que refleja el espíritu melancólico de Chopin
Este vals en la menor evoca el profundo sentimiento de “zal” polaco —un término que implica una mezcla de nostalgia y dolor—, rasgo distintivo en las piezas de Chopin de los primeros años de la década de 1830, cuando el compositor sufría la distancia de su país natal. Alan Walker, biógrafo de Chopin, ha sugerido que esta obra encarna esa carga emotiva característica del periodo.
Reacciones de la comunidad musical y presentación al público
El descubrimiento ha despertado entusiasmo y escepticismo en la comunidad musical, donde el hallazgo de piezas inéditas es un hecho inusual. McClellan ha anunciado que el museo exhibirá la partitura, invitando a expertos y aficionados a analizar esta pieza singular y a compartir sus perspectivas. Pianistas de renombre como Lang Lang y Stephen Hough han ofrecido sus opiniones: mientras Lang Lang destaca la autenticidad del estilo chopiniano en el vals, Hough ha elogiado su encanto a pesar de considerarla una obra menor en el repertorio de Chopin.
Fuentes: NewYork Times, NBC, Smithsonian Museum