Celebrando la Diversidad en la Música Clásica

Sus composiciones son conocidas, pero ¿has escuchado sus historias? Desde Tchaikovsky hasta Smyth, rendimos homenaje a algunos de los más destacados compositores LGBTQ+ en la historia de la música clásica.

Estos artistas han dejado huellas imborrables en la historia de la música clásica, ya sea que pudieran vivir su identidad abiertamente durante su vida o no. Recordemos y honremos la diversidad en la música a través de sus obras.

Benjamin Britten (1913-1976)

Edward Benjamin Britten, considerado uno de los más destacados compositores de óperas, obras corales y canciones en inglés, dejó un legado musical maravilloso. Muchas de sus composiciones fueron dedicadas a su compañero de vida, el tenor Sir Peter Pears.

Desde temprana edad, Britten mostró su talento compositivo al crear un oratorio a la edad de nueve años. Estudió con reconocidos maestros como Frank Bridge, John Ireland y Arthur Benjamin, y también demostró su destreza como pianista.

Sus innovadoras óperas, como «Peter Grimes» (1945) y «The Turn of the Screw» (1954), así como su famoso «War Requiem», abordan temas contemporáneos relacionados con la psicología y el trauma de la posguerra, así como su propia homosexualidad, que era ilegal durante la vida de Britten.

 

Britten fundó el Festival de Aldeburgh en Suffolk junto a Pears y el libretista Eric Crozier, dejando un legado duradero en la escena musical.

Dame Ethel Smyth (1858-1944)

Ethel Smyth, una prolífica compositora y ferviente defensora del sufragio femenino, también dejó su huella en la historia de la música clásica. No ocultó sus relaciones amorosas con mujeres, lo cual fue un acto valiente para la época en la que vivió.

Nacida en el sureste de Londres, Smyth estudió en el Conservatorio de Leipzig, donde tuvo la oportunidad de conocer a reconocidos compositores como Grieg, Tchaikovsky, Clara Schumann y Brahms. Entre sus obras más conocidas se encuentran la ópera «The Wreckers» y su Misa en Re mayor.

Su canción de 1911, «The March of the Women», con letras de Cicely Hamilton, fue dedicada a Emmeline Pankhurst, líder del movimiento sufragista y, según se documenta, amante de Smyth. Esta canción se convirtió en el himno oficial de la Unión Social y Política de las Mujeres, dejando una huella perdurable en el activismo por los derechos de las mujeres.

A los 71 años, Smyth, según se cuenta, conoció y se enamoró de Virginia Woolf. Woolf describió este encuentro como una experiencia cautivadora, marcando un capítulo inolvidable en la vida de ambas mujeres.

 

Pyotr Ilyich Tchaikovsky (1840-1893)

Tchaikovsky, reconocido compositor ruso, nació en Votkinsk, una pequeña ciudad del Imperio Ruso. Inició sus lecciones de composición con Anton Rubinstein en 1861 y creó obras maestras como los ballets «El lago de los cisnes», «La bella durmiente» y «El Cascanueces», así como su Obertura 1812.

Contrajo matrimonio desastroso con Antonina Miliukova en 1877, tanto que llegó a intentar suicidarse. Tchaikovsky vivió su homosexualidad en una época en la que era ilegal en Rusia, y su matrimonio se convirtió en una fuente de miseria y tormento tanto para él como para Miliukova.

Según sus cartas, Tchaikovsky se enamoró de su propio sobrino, Vladimir Davydov, una relación complicada que se vio truncada por la trágica muerte del joven a causa del cólera, o al menos eso sugieren algunas teorías, en 1893.

 

Aaron Copland (1900-1990)

Este compositor nacido en Nueva York fue uno de los alumnos más destacados de Nadia Boulanger en el Conservatorio de París. Boulanger enseñó a una amplia gama de estudiantes que llegarían a lo más alto de la música del siglo XX, desde Astor Piazzolla, Philip Glass y Quincy Jones, hasta Daniel Barenboim y John Eliot Gardiner.

Copland, conocido por obras como «Appalachian Spring» y «Fanfare for the Common Man», era un hombre famoso por su privacidad. Sin embargo, se descubrieron cartas entre él y el artista Prentiss Taylor que revelan una relación íntima. Copland tampoco ocultaba el hecho de que vivía y viajaba con otros hombres, incluyendo al fotógrafo Victor Kraft y al artista Alvin Ross.

 

Samuel Barber (1910-1981)

A diferencia de Copland, el compositor estadounidense Samuel Barber no ocultó su homosexualidad y mantuvo una relación duradera con el compositor Gian Carlo Menotti, con quien estudió en el Instituto Curtis.

Barber ganó el Premio Pulitzer de Música en dos ocasiones: en 1958 por su ópera «Vanessa» y nuevamente en 1963 por su Concierto para piano.

Su Adagio para cuerdas fue una de las primeras obras de un compositor estadounidense en ser aclamada por el inolvidable Arturo Toscanini y alcanzó gran reconocimiento al ser incluida en la película «Platoon» de Oliver Stone, estrenada en 1987.

 

John Cage (1912-1992)

John Cage, famoso por su obra «4 minutos y 33 segundos de silencio», que explora la ambición de la música y la acústica de las salas de conciertos, contrajo matrimonio con la artista Xenia Andreyevna Kashevaroff, hija de un sacerdote ruso, en 1935.

Sin embargo, antes de ese matrimonio, Cage mantuvo una relación continua con Don Sample, así como un romance con Pauline Gibling, esposa del arquitecto Rudolf Schindler. Esto demuestra que la sexualidad de Cage era fluida y diversa.

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