ARGENTINA AL PIANO, DE CECILIA FOJ
“Argentina al piano”, es el primer disco de estudio de la pianista Cecilia Foj. Es una propuesta tan interesante como necesaria, que busca promover y difundir la creación musical de mujeres Argentinas.
Charlamos con ella para conocer más acerca de esta producción y sobre su carrera, intereses y futuro.
Por Maxi Luna.
Contanos acerca de tu formación…¿cómo fueron tus primeros contactos con la música?
Mis primeros contactos con la música se remontan a mi infancia más temprana, cuando empecé a estudiar danzas clásicas. Mi mamá era una persona que amaba el arte, pintaba y le gustaba muchísimo todo lo que tuviera que ver con la música y la danza; en realidad con todo el arte en general, y me inculcó desde muy chica el amor por estas disciplinas. Por ejemplo, yo conocí a Chopin, sin saber quién era aún, a través de su música en la danza.
Cuando tenía 8 años hice el ingreso a la Escuela Nacional de Danzas y había que rendir no solo danzas clásicas y modernas, sino también dibujo, pintura y música. Por supuesto, yo no tenía casi conocimientos de música, entonces no me iba muy bien en esta materia y fue ahí que mi mamá me preguntó si quería aprender piano para reforzar.
Mi primera profesora se llamaba Ana Velasco y me enseñó a tocar el piano desde el primer día. A partir de entonces se generó una simbiosis entre el instrumento y yo. Me encantó y aprendí muy rápido. Se abrió un camino que nunca se detuvo. Luego fui avanzando en la carrera y cambiando de maestros.
Leí que de muy chiquita ya ganaste un concurso, ¿qué recuerdos tenés de esa experiencia?
En realidad no fue un concurso. Cuando estudiaba con Ana Velasco al finalizar la cursada del año se daba un examen en el Conservatorio Williams. Éramos muchísimos alumnos y el que daba el mejor examen, de cada uno de los niveles, se ganaba el Premio Williams. Se trataba de un diploma que decía que habías dado el mejor examen y la posibilidad de tocar un concierto junto con los demás ganadores de los distintos niveles. Lo gané, yo tenía solo 9 años y tenía que tocar ese concierto en una sala muy, muy grande y con gente de todos los niveles, así que estaba aterrorizada. Además yo no tenía piano aún. Tenía que practicar todos los días en la casa de mi profesora. Pero el día del concierto, que era además mi primera presentación pública, toqué sin errores. Creo que fue la única vez en mi vida que toqué sin errores, después ya tuve siempre mis traspiés que son lógicos, ¿no? (risas).
Fue una experiencia hermosa. Supe que tenía que estar en el escenario. Los aplausos de ese primer concierto no se me borraron jamás.
Antes comentaste que fuiste cambiando de maestros, ¿quienés fueron y qué enseñanzas te dejaron?
Luego de Ana Velasco, que fue la que me dio las primeras herramientas para la ejecución y la técnica pianística, pasé por el Conservatorio Beethoven. Ahí tuve de maestra a Aparicio; y Pía Sebastiani, fundadora del Beethoven, que en ese momento vivía en Estados Unidos y venía a dar clases magistrales. Eran una delicia.
Luego, a partir de un concierto en el que participé, me contactan con el maestro Francisco Boti, que era el pianista de la Filarmónica de Buenos Aires. Yo tendría 16 años y a partir de ese momento se transformó en mi maestro de cabecera, al cual respeto quiero y recuerdo con muchísimo cariño. No eran clases, eran tertulias prácticamente. Yo llegaba al mediodía y hasta las 6 de la tarde estaba ahí con él y su familia. Aprendí mucho, no solamente sobre música y la interpretación en un piano de gran cola, si no también sobre arte e historia.
Más adelante pasé por la enseñanza de María Fernanda Bruno, también una gran pianista. Con ella aprendí a ser más audaz, más arriesgada en el momento de tocar.
Ya de grande quise hacer la carrera formal y la hice en el Conservatorio Julián Aguirre de Banfield. Allí conocí a Ana Stampalia, que es una maestra en todos los sentidos, con una formación muy importante. Se había formado con Scaramuzza, una escuela bastante estricta en lo que se refiere a la técnica pianística pero que lograba sacar lo mejor de mí. Y luego termine haciendo el Postítulo ahí mismo, tanto con ella como con Monica Zubczuk, quien también me aportó muchísimo, especialmente en todo lo que tiene que ver con el aplomo en el escenario, con la fuerza interior para presentarse y no sentirme abrumada, que -si bien yo ya había tocado muchísimas veces en conciertos- no quita que una siempre tenga ganas de dar lo mejor de sí mismo, ¿no?
Ahora sí, yendo al presente, ¿cómo surge la idea de realizar el disco que estás presentando Argentina al piano?
La idea de grabar el disco con obras de compositoras argentinas la venía pensando desde hace bastante tiempo, por lo menos desde el año 2018. Hasta ese momento yo venía tocando obras de compositores y compositoras, siempre toque algunas obras de compositoras. Pero fue durante la pandemia que decidí mandar un mail al Foro Argentino de Compositoras para pedirles que, por intermedio del Foro, las compositoras me mandaran obras. Me parecía que era importante comenzar a trabajar y visibilizar las obras de las compositoras, ese fue el motivo de que el disco fuese solamente con obras de mujeres. Me imagino que no soy la única que lo ha hecho, pero de obras para piano no tengo conocimiento.
A partir de ese nexo con el Foro Argentino de Compositoras, me empezaron a enviar muchísimas obras, muchísimas. Así que empecé a seleccionarlas y trabajar firmemente para lograr su interpretación.
¿Cómo fue el proceso de selección de las compositoras y las obras?
El repertorio para el disco Argentina al piano fue difícil porque cada compositora que me envió sus obras es muy distinta. Cada una tiene su impronta personal, su manera de componer. Algunas con rasgos más cercanos a las musicalidades de Argentina, como les digo yo; y otras con rasgos más abstractos y más áridos también. Fue realmente un desafío poder llevar a la práctica cada una de esas obras, porque tenía que involucrarme no solamente desde el aspecto técnico, sino también desde el aspecto emocional; ya que cada obra que seleccione deja ver la personalidad de cada una de las compositoras.
Por ejemplo: Tango 70 de Lía Cimaglia Espinosa es una obra fantástica. Yo me siento muy identificada tanto con su música llena de los colores y armonías del tango clásico, como del año en que fue compuesta, ya que es el de mi nacimiento (1970).
Y por otro lado tenemos una obra como Moebius de Amanda Guerreño que es una obra del siglo XXI que trata sobre un tema mucho más intelectual, si se quiere, que tiene que ver con la cinta de Moebius, que no tiene principio ni fin. Con el infinito, con el espacio. Y representar eso a través de la música no es fácil. Al tocar esa música hay que lograr que conmueva al público y me conmueva a mí misma también, porque si no logro conmoverme yo, ¿cómo lo harán las demás personas, no?
Me gusta porque no son repertorios tan tocados, es más dentro del disco hay un estreno mundial Magdalena, a orillas del Río de la Plata de la compositora Bárbara López.
Cada obra representa momentos, sensaciones y experiencias de cada compositora. Yo me quise hacer eco de esas experiencias y emociones, y ser un medio para transmitirlas.
¿Cómo es el trabajo con compositoras vivas?¿Hay un ida y vuelta?
El trabajo con las compositoras fue un trabajo de equipo. Hice equipo con cada una de ellas. Salvo, por supuesto, con Lía Cimaglia Espinosa que ha fallecido en 1998; luego todas las obras del disco son de compositoras vivas. Así que tuve un trato directo y de mucha confianza. De apertura tanto de parte de ellas para recibir mi interpretación y mío para saber por qué habían compuesto la obra, cuándo la habían compuesto, qué las motivó. Pero la verdad es que tengo que decir que todas me dejaron ser. Todas tuvieron la suficiente humildad como para entregarme la obra y dejarme realizar una interpretación.
Fue un ida y vuelta muy rico en todos los sentidos, tanto desde lo personal como de lo profesional. Fue genial, una experiencia maravillosa y todas quedaron muy conformes con la interpretación, así que yo me siento tranquila de que hice un buen trabajo (risas). Porque siempre existe el temor, o por lo menos yo lo sentía, de pensar si les gustaría la interpretación. Tenía miedo cada vez que mandaba los audios, pero estuvieron muy felices todas, así que súper contenta.
También hay una obra tuya, ¿cuál es tu relación con la composición?¿Qué lugar ocupa en tu vida profesional?
Sí, hay una obra mía que se llama Pequeña Traviesa y está dedicada a mi hija más chica. La realicé en el año 2004, cuando ella tenía 3 años.
Mi relación con la composición surgió por los años 1999/2000, cuando yo estaba realizando la carrera en el Conservatorio. Tenía materias de composición y me surgían las melodías naturalmente. Es decir, me ponía a pensar en un hilo conductor entre alguna situación de mi vida y la música y enseguida tenía la idea musical.
De paso, aclaro que también realicé una obra para mi primera hija, de hecho fue la primera obra que presenté en un concurso (en el año 2000) se llama Alma Morena (para piano, flauta traversa, voz, guitarra y palmas). A la gente le gustó y a mí también me gustó entrar en el tema de la composición. Pensé: “¿Por qué no voy a poder componer si yo conozco un montón sobre música? Desde los 8 años que toco, ¿cómo no voy a poder tener libertad de escribir mi propia música?”
¿Cuáles son tus expectativas con este disco? ¿Pensás hacer alguna presentación en breve?
Con el disco tengo las mejores expectativas, sobre todo la alegría de que se estrene el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Lo pude realizar gracias al apoyo del Inamu -Instituto Nacional de la Música- que me dio un subsidio “Argentina Florece” que me permitió terminar de desarrollar este proyecto tan hermoso para mí, bajo el sello Virtuoso Records.
Mi anhelo es que la gente lo escuche, que músicos e intérpretes se interesen cada vez más por nuestras compositoras -y de otras latitudes también- y poder presentarlo en la mayor cantidad de lugares posibles.
Ya realicé un concierto el 6 de marzo, previo al lanzamiento, en el Rotary Club de Lomas de
Zamora. El 23 de marzo me voy a estar presentando en el Consulado Argentino de Nueva York, con la intención de promover el arte y la cultura argentina. El 20 de mayo lo voy a presentar en el Conservatorio de Música Gilardo Gilardi en el marco de la Semana de la ESI, la ley de educación sexual integral, para visibilizar y difundir la música de las mujeres. Seguramente después de mitad de año también esté presentando el disco en la casa Argentina en París y seguramente vayan surgiendo más fechas. Así que tendrán varias oportunidades para ir.
Te invitamos a escuchar el disco «ARGENTINA AL PIANO» de Cecilia Foj
https://musicaclasica.com.ar/argentina-al-piano-de-cecilia-foj/