El melodrama de Mascagni cuenta con la participación del gran coro de la compañía independiente Música en escena, y de jóvenes instrumentistas de la Fundación Musizap.
Cavalleria Rusticana. Música: Pietro Mascagni. Libreto: Giovanni Targioni-Tozzeti y Guido Menasci, basado en el relato homónimo de Giovanni Verga. Dirección musical: Silvana D’Onofrio. Regie: Antonio Leiva. Orquesta: fundación Musizap. Coro: compañía Música en escena. Elenco: Elisa Calvo (Santuzza), Germán Polón (Turiddu), Jorge Balagna (Alfio), María Laura Weiss (Lola), Cristina Wasyiyk (Mamma Lucia). Producción: Música en escena y Teatro Empire. Sala: Teatro Empire, 13 de mayo 21 hs. Repite: viernes 20 de mayo 21 hs.
Por Julián Guzzo.
Cavalleria Rusticana desde su génesis estuvo rodeada por el triunfo y la contienda: un concurso de óperas en un acto la implantó en el repertorio desde 1889 por ser la ganadora frente a competidores como el compositor Umberto Giordano -recordado por su Andrea Chénier (1896).
En esta oportunidad, Música en escena y Teatro Empire desatienden la costumbre de programar Cavalleria junto a su eterna compañera (I Pagliacci (1893) de Ruggero Leoncavallo) y, de esta manera, presentan funciones que se extienden por un poco más de una hora en las cuales la tensión dramática no ofrece respiro.
El viernes 13 el coro fue un gran protagonista conformado por enérgicas voces encargadas de sugerir la exaltación de un pueblo campesino en el día de Pascua. Durante el ingreso a la sala, los integrantes se ubicaron alrededor de la platea y, a medida que transcurría la primera escena coral, fueron poblando el escenario. Todos los elementos visuales convergieron a través de esta dinámica apropiación del espacio que, sin embargo, se perdió en algunas escenas en las cuales las actuaciones del elenco principal permanecieron desligadas del contexto escénico.
Sobre el trasfondo costumbrista que establece el coro, se desata la tragedia que envuelve a los personajes y que los responsables de esta puesta consideran una consecuencia de la opresión social que arrebata el poder de decisión a las mujeres. Santuzza (Elisa Calvo) es excomulgada al haber sido amante de Turiddu (Germán Polón), quien mantiene su derecho de participar en la iglesia mientras que seduce a Lola (María Laura Weiss), su antiguo amor que se ha casado.
En esta intriga repleta de celos y mandatos, Silvana D’Onofrio condujo con ímpetu a la orquesta de la Fundación Musizap encargada de mantener la tensión dramática. La dirección priorizó las indicaciones referidas a las variaciones de tempo y pasajes delicados, que permitieron a los instrumentistas internarse progresivamente en una partitura compleja de ensamblar con la interpretación de los solistas, quienes cumplieron con las exigencias vocales de cada rol.
El intermezzo sinfónico con reminiscencias corales que sigue a la declaración de venganza de Alfio (Jorge Balagna) fue el momento más consistente de la performance orquestal y preparó un terreno firme para el Finale, en el cual se lució la potencia de Germán Polón con el Brindis y en la desgarradora despedida de Mamma Lucia (Cristina Wasyiyk). De esta manera, el impacto trágico estalló con fuerza en el momento de la parálisis final, diseñada con un cuidado tratamiento del campo visual, que literalmente constituye el retrato social de una época.