Los músicos argentinos Daniel Barenboim y Martha Argerich fueron honrados en una ceremonia en el Palacio del Elíseo, sede presidencial en París, donde recibieron la Legión de Honor de manos del presidente Emmanuel Macron.
Los distinguidos músicos argentinos Daniel Barenboim y Martha Argerich fueron condecorados este martes en París con la prestigiosa Legión de Honor de la República Francesa.
El presidente francés, Emmanuel Macron, presidió la ceremonia de entrega de la condecoración en el emblemático Palacio del Elíseo, destacando la contribución musical y humanitaria de ambos artistas.
Con 81 años, Barenboim, reconocido pianista y director orquestal argentino-israelí, ha demostrado un compromiso notable con la conciliación y la promoción de la paz en el conflicto de Medio Oriente. Nacido argentino en una familia judía de raíces rusas, el músico ha adoptado la ciudadanía israelí, española y palestina, utilizando la música como un lenguaje universal para establecer puentes entre culturas y superar diferencias.
Además de su encomiable labor musical, Barenboim es el director de la Orquesta del Diván Este-Oeste, un proyecto que reúne a talentosos músicos de Israel, países árabes y España, fomentando la colaboración intercultural y el entendimiento.
Por su parte, Martha Argerich, de 82 años, reconocida por su excelencia como intérprete de compositores del siglo XIX como Chopin, Beethoven, Liszt, Tchaikovsky y Brahms, ha dejado una huella indeleble en el mundo de la música clásica.
La carrera de Argerich se ha caracterizado por su destacada presencia en la temporada del Teatro Colón, donde este año formó parte del ciclo que lleva su nombre, consolidando así su legado en el ámbito musical argentino e internacional.
Ambos artistas, símbolos de excelencia y compromiso con la música, fueron honrados con la Legión de Honor en reconocimiento a sus sobresalientes contribuciones tanto en el mundo artístico como en la promoción de la armonía y el entendimiento entre distintas culturas y naciones.
La ceremonia de entrega de esta distinción, celebrada en París, destaca el impacto global de la música como un lenguaje universal capaz de trascender barreras, uniendo a personas y creando puentes que fomentan la paz y la comprensión entre diversas comunidades.