
De todas las cosas que coleccionaba cuando era chico (latitas de gaseosa, marquillas, etc, etc) la única que continúa hasta el día de hoy es la de música.
Los formatos fueron cambiando pero la esencia es la misma: atesorar esa música que me apasiona.
Creo que mi primer cassette fue uno de Pink Floyd, regalo de mi madre cuando estaba en cuarto grado de la primaria. Mi colección de cassettes fue creciendo lentamente pero comenzó a incrementarse cuando descubrí que podía grabar en ellos lo que quería.
Al poco tiempo apareció en casa un equipo de música con lectora de discos compactos, fue un gran acontecimiento.
A los 12 años ya era un especialista grabando recopilaciones para la familia y amigos, estas grabaciones las hacía desde cds y desde la radio.
Los primeros cds que compré, en ese mágico ritual de ir a la disquería, mirar y descubrir, fueron de Green Day (Banda punk/pop/rock de los '90).
En esos años hubo un furor con mis compañeros de la secundaria por el rock de los 60’ y 70’, ahí descubrí los discos de vinilo ,que varios amigos comenzaban a sacar de los roperos y a comprar en el parque Rivadavia.
Para ese entonces mi colección contaba con cassettes, cds y algunos vinilos.
El primer cd de música clásica que compré fue la novena de Beethoven en una versión económica que vendían en Musimundo. En ese momento estaba comenzando a estudiar música con mayor seriedad y la música clásica captó mi atención. Todavía no sabía distinguir buenas versiones, ni conocia orquestas o intérpretes, eso llegaría con los años.
En esta época, año 1999-2000, visitar disquerías por horas era todo un acontecimiento, recuerdo en pleno auge del CD estar toda una tarde recorriendo el Tower Records de Cabildo y Juramento, donde el último piso estaba dedicado solo a música clásica.
Al poco tiempo, en la casa de un amigo, descubrí Napster, y con esto comenzaba la era del mp3. Recuerdo que lo primero que le pedí que buscara fue algo de Heitor Villa-Lobos.
Cuando cumplí 18 años otro amigo me regaló un CD de la Deutsche Grammaphon, que traía el Bolero, Rapsodia Española y Cuadros de una exposición de M. Ravel y M. Mossorgsky por la Filarmónica de Berlín bajo la dirección de H.Karajan. Con este disco, que atesoro hasta el día de hoy, comenzó una etapa de mayor refinamiento en las búsquedas de cds de música clásica, al mirar los discos en las disquerías revisaba el sello discográfico, los intérpretes y por supuesto los autores.
En varias oportunidades, disfrutaba pasando el tiempo en la gran pecera de música clásica que tenía Musimundo (actualmente devenido a casa de electrodomésticos donde venden algunos discos y dvd). Allí he descubierto “perlitas” de guitarra clásica y discos importados marcados al precio de nacionales por error. Los admiradores de DG sabrán de qué hablo, la tapa de las versiones nacionales no brillan tanto como las importadas.
En los años siguientes comencé a incorporar algunas colecciones completas Box Set y a pedir cada tanto algunas de ellas por Amazon, donde se conseguían ridículamente más económicas.
Un cambio sustancial en forma de comprar música fue cuando a fines del 2011 Itunes expandió su negocio a Latinoamérica, a partir de ahí podía descargar facil y legalmente música que en nuestro país no se podía conseguir en formato CD. Por lo que he comprado varios discos, mayormente de música clásica, que no se conseguían en Bs As.
El paso siguiente en esta historia fue el gran desarrollo y aceptación (controversial) de los sellos y artistas por Spotify. En lo va del año he pasado muchas horas frente a la PC descubriendo discos fuera de catálogo o inéditos en la Argentina y artistas que desconocía gracias a las sugerencias que va haciendo el sistema.
Claro que esto no sumaría nada a la colección, guardar una playlist o un álbum no es lo mismo que sumar un disco, no cambio el formato disco (cd o vinilo) por nada.
Escuchar música en stream en cualquiera de todas las plataformas que hay es práctico para conocer y descubrir nueva música o rarezas. Uso Spotify sabiendo que "en teoría" se le paga a los músicos o dueños de los derechos por los plays que realizan los usuarios. El sistema sería similar al de las radios, ellas supuestamente pagan a los músicos por pasar su música.
Por Nicolás Gagliani
5 de febrero del 2014