La séptima edición del Festival que organiza la Fundación Konex tuvo la presencia de un público variado e intérpretes de primer nivel.

 

7mo Festival Konex de Música Clásica. Música de Giuseppe Verdi, Wolfgang Amadeus Mozart, Vincenzo Bellini, Gioacchino Rossini, Gaetano Donizetti, Richard Wagner y Giacomo Puccini. Intérpretes: Orquesta Festival Lírica con dirección de Carlos Vieu, Mónica Ferracani, Leonardo López Linares, Gastón Oliveira Weckesser, Alejandra Malvino, Marina Silva, Enrique Folger, Quinteto Bellisomi, Marcelo Ayub, Hernán Iturralde, Constanza Díaz Falú, Jaquelina Livieri, Cecilia Díaz, Santiago Martínez, Omar Carrión, Daniela Tabernig. Gran Sala de la Ciudad Cultural Konex, desde el Miércoles 4 a Sábado 7 de Mayo – 20hs.

 

Por Leila M. Recchi.

La ópera es un arte de raíz popular. Desde los primeros bosquejos en el barroco, esta experiencia total de sentidos ha capturado al público con sus historias: amor, denuncia social, drama, adaptaciones literarias y mitológicas son sólo algunos de los universos a los que la ópera puede transportarnos. Sin embargo, en la actualidad la experiencia se percibe algo lejana para ciertas audiencias. Es por eso que el 7mo Festival Konex de Música Clásica asume un rol tan importante.

A lo largo de cinco noches de gala y con la presencia de intérpretes de reconocido nivel y trayectoria, los nombres de Verdi, Wagner, Puccini, Mozart, Rossini, Donizetti y Bellini se hacen presentes con su repertorio más accesible y rico para aquellos que aman la lírica pero también para quienes no están tan involucrados en el estilo.

Miércoles 4 de Mayo introdujo a Giuseppe Verdi

La primera fecha comenzó con Carlos Vieu al frente de la Orquesta Festival Lírica. Emblema de compromiso humano y musical, el compositor italiano es quizás de los más cercanos al pueblo. Esto y la indudable belleza de su arte quedaron plasmados en las interpretaciones de las sopranos Mónica Ferracani y Marina Silva, la mezzo Alejandra Malvino, los tenores Enrique Folger y Gastón Oliveira Weckesser, y el barítono Leonardo López Linares, con títulos pertenecientes a “La forza del destino”, “Rigoletto”, “Il Trovatore”, “La Traviata”, “Don Carlo”, “Macbeth”, “Aida”, “Un ballo in maschera” y “Nabucco”, con su icónico “Va, pensiero”. Siendo un himno de la identidad italiana en principio y hoy del mundo todo, cantantes y público se unieron para interpretar juntos la pieza, viviendo un momento de gran emoción.

El Jueves 5 presentó a Wolfgang A. Mozart y el Bel Canto.

Con una formación de cámara (Quinteto Bellisomi en cuerdas y Marcelo Ayub en piano), quizás haya sido la noche más relajada pero no por eso menos importante. Se notaron ciertos desajustes en lo instrumental y en lo vocal (energía que se pinchaba en los cantantes, detalles de ejecución en los violines), sin embargo, es innegable la calidad de los intérpretes.

Del compositor austríaco se expusieron momentos de “Las bodas de Fígaro”, “Don Giovanni”, “La flauta mágica” y “Cosí fan tutte”, con un muy logrado “Soave sia il vento” por la soprano Jaquelina Livieri, la mezzo Cecilia Díaz (reemplazando a Malvino) y el barítono Omar Carrión.

Ya entrando en repertorio belcantista, siguieron fragmentos de “Puritani” y “Norma” de Vincenzo Bellini, y luego de Gioachino Rossini con “El barbero de Sevilla”, destacando sobre todo las emblemáticas “Largo al factotum” con Carrión y “La calunnia é un venticello” a cargo del bajo barítono Hernán Iturralde. “Bel raggio lusinghier” de “Semiramide” (brava otra vez Livieri) también fue un momento alto de la velada.

Se cerró con Gaetano Donizetti, presentando de “La Favorita” una muy aplaudida intervención de Díaz en “O mio Fernando”, Livieri e Iturraldi divirtiendo al público en su actuación de “Signorina in tanta fretta” de “Don Pasquale”, y de “Elixir de amor” una logradísima interpretación por parte de Santiago Martínez (en lugar de Darío Schmunck) de “Una furtiva lagrima” y luego del trío “Caro elisir! sei mio!… Tran, tran, tran” junto a Constanza Díaz Falú y O. Carrión, con el quinteto de cuerdas en su mejor momento de la noche.

El Viernes 6 fue una fecha totalmente instrumental dedicada a Richard Wagner.

Aquí  volvimos a ver a Vieu y la orquesta interpretando repertorio de Richard Wagner. Con increíble carisma, el nivel interpretativo fue in crescendo desde la obertura de “Rienzi”, mostrando los metales mucha presencia y la dirección énfasis. En la “Marcha nupcial” de “Lohengrin” hubo sincronía y matices claros mientras que en “La entrada de los dioses al Valhalla” de “El oro del Rin” destacándose vientos, percusión y cuerdas en distintos planos, cada uno con su carácter.

Vieu fue un conductor increíblemente claro y expresivo, algo que reafirmó en “Muerte de amor” de “Tristán e Isolda”, las oberturas de “Tannhäuser” (momento incómodo pero lógico aquí con un espectador al que el director retó por tener el celular sonando en momentos de concentración musical) y “Los maestros cantores de Nuremberg”. “La cabalgata de las Valquirias” de “La Valquiria” fue un cierre de por demás épico y sin nada para objetar. 

El Sábado 7 llegó el turno de Giacomo Puccini

La última jornada de conciertos era para Giacomo Puccini y comenzó con obras de “Tosca”. Hubo una sensación constante de emoción por parte de los intérpretes debido al fallecimiento de la cantante y docente Margot Arrillaga, a quien Enrique Folger le dedicó una gran interpretación de “E lucevan le stelle”.

Daniela Tabernig se lució en “Si, mi chiamano Mimí” y Marina Silva en “Quando me’n vo” de “La boheme”. Ésta interpretó también de “Gianni Schicchi” la famosísima “O mio babbino caro” y fué ovacionada por los presentes. Siguieron el Intermezzo de “Suor Angelica” y fragmentos de “Manon Lescaut”, siendo el dúo entre Folger y Tabernig “Oh, saró la piu bella!… Tu, tu amore? Tu?” sin lugar a dudas el punto más alto de la noche, emocionando al público no sólo por el despliegue musical sino también actoral (incluso cuando el tenor contaba con partitura presente). Al finalizar este número Vieu bromeó: “Si a alguien no le gusta la ópera después de esto se puede retirar”.

De “Madama Butterfly” también tuvimos grandes momentos, en especial con Tabernig y Gastón Oliveira Weckesser en “Vogliatemi bene, un bene piccolino” y una versión instrumental del “Coro a bocca chiusa”. Culminaron con “Turandot”, en impecables “Tu, che di gel sei cinta” de Silva y “Nessun Dorma” de Folger, obra que se repitió como bis junto a todos los cantantes.

De la conducción y la orquesta no pueden decirse más que elogios, ya que al igual que los solista vocales el nivel fue muy alto. Sin dudas, nos referimos a un director carismático (el mejor probablemente de la actualidad nacional) y un conjunto instrumental que pudo expresar las más pequeñas sutilezas y las más grandes fogosidades. Los espectadores aplaudieron de pie y vitorearon a todos los artistas, llegando así a su fin la seguidilla lírica.

Es necesario mencionar que la selección del repertorio (incluso cuando se suprimieron algunos números respecto de lo que decía el programa en mano) fue muy acertada, ya que incluía piezas de fácil recepción y sensibilidad. A la vez, el montar estas veladas en un espacio más bien descontracturado como es la Ciudad Cultural Konex (donde se ven conciertos y eventos de distintas índoles musicales) predispone a acercar más personas a la ópera. Básicamente, generar nuevos públicos más allá de las élites y consumidores habituales. También fue un festival importante para revalorizar extraordinarios intérpretes argentinos. Por esto Carlos Vieu agradeció al presidente de la Fundación Konex, Luis Ovsejevich e invitó a seguir con este tipo de propuestas.

Sin dudas, el 7mo Festival Konex de Música Clásica: Verdi, Wagner y la Lírica (utilizando esta analogía a los opuestos que representan en ópera los dos compositores del título) fue una vivencia única y más que aplaudible, que esperemos se replique en más eventos para acercar a todos los públicos a la ópera.