5 obras de música clásica dedicadas a las amistades del alma

La música clásica ha servido para expresar emociones profundas, y la amistad no es una excepción. Aquí presentamos cinco obras maestras donde los compositores rindieron homenaje a sus amigos más queridos, reflejando la importancia de estas relaciones en sus vidas y trabajos.

5. Dmitri Shostakovich: Piano Trio Nro. 2 (1943-44)

Este trío de piano fue compuesto en memoria de Ivan Sollertinsky, un amigo cercano de Shostakovich que falleció en 1944. Sollertinsky, un erudito que dominaba 26 idiomas, tuvo un gran impacto en la vida del compositor, introduciendo la música de Mahler en la Unión Soviética. La segunda parte de este trío es un retrato musical de Sollertinsky, seguida por un triste lamento, reflejando el dolor de Shostakovich por la pérdida de su amigo.

 

4. Sergei Rachmaninoff: Concierto para piano Nro. 2 (1900-1901)

Rachmaninoff dedicó este famoso concierto a Nikolai Dahl, un neurólogo y amigo de la familia que lo ayudó a superar una crisis creativa tras el fracaso de su primera sinfonía. Dahl no solo ayudó a Rachmaninoff a recuperar la confianza en su habilidad para componer, sino que también fue fundamental en la creación de una de las piezas más queridas del repertorio pianístico. Este concierto es una obra cargada de emociones, reflejando gratitud y amistad.

3. Ludwig van Beethoven: Cuarteto para cuerdas Nro. 11 (1810-11)

Beethoven dedicó este cuarteto al conde Nikolaus Zmeskall von Domanovecz, un amigo y violonchelista amateur. El cuarteto, escrito en un momento en que Viena estaba ocupada por las tropas napoleónicas, fue concebido para un pequeño círculo de conocedores y nunca se interpretó en público durante la vida de Beethoven.

 

2. Felix Mendelssohn: Allegro Brillante (1841)

Esta obra fue escrita para Clara Wieck Schumann, una pianista prodigio, compositora y amiga cercana de Mendelssohn. Compuso el Allegro Brillante para piano a cuatro manos en honor a su talento excepcional. Mendelssohn y Clara compartieron una relación profesional y personal, y esta pieza, notable por su dificultad técnica, es un testimonio del profundo respeto y admiración que Mendelssohn sentía por ella.

1. Wolfgang Amadeus Mozart: Los Cuartetos «Haydn» (1785)

Los Cuartetos «Haydn» de Wolfgang Amadeus Mozart, publicados en 1785 en Viena, son una serie de seis cuartetos de cuerda dedicados a su amigo y mentor Joseph Haydn. Estos cuartetos son: el Cuarteto de cuerda n.º 14 en sol mayor («de la primavera»), KV 387 (1782); el Cuarteto de cuerda n.º 15 en re menor, KV 421 (1783); el Cuarteto de cuerda n.º 16 en mi bemol mayor, KV 428 (1783); el Cuarteto de cuerda n.º 17 en si bemol mayor («La caza»), KV 458 (1784); el Cuarteto de cuerda n.º 18 en la mayor («del tambor»), KV 464 (1785); y el Cuarteto de cuerda n.º 19 en do mayor («de las disonancias»), KV 465 (1785). Estas obras son consideradas como fundamentales en el repertorio de cuartetos de cuerda debido a su refinamiento, elegancia, innovación e ingenio.

A mi querido amigo Haydn,

Un padre que había decidido mandar a sus hijos al ancho mundo consideró que era su deber confiarlos a la protección y orientación de un hombre muy célebre, especialmente cuando el último en buena fortuna era al mismo tiempo su mejor amigo. He aquí por tanto, oh gran hombre y querido amigo, estos seis hijos míos. Son, en verdad, el fruto de un largo y laborioso trabajo, aunque la esperanza de que sería en parte recompensado, que varios amigos me inspiraron, me animó, y me enorgullezco de que estos vástagos sirvan para proporcionarme consuelo algún día. Tú, tú mismo, querido amigo, háblame de tu satisfacción por ellos durante tu última visita a esta capital [Viena]. Es esta indulgencia hacia todos ellos la que me lleva a encomendártelos y me alienta a confiar en que no te resultarán completamente indignos de tu favor. Puede que por el contrario tengas a bien recibirlos amablemente y ser su Padre, Guía y Amigo! Desde este momento te transfiero todos mis derechos sobre ellos, rogándote que contemples indulgentemente los defectos que la parcialidad del ojo de un Padre me impide ver, y a pesar de ellos continues en tu generosa Amistad hacia quien tan gratamente los valora [id est, hacia el propio Mozart], esperándola me encuentro [la amistad con Haydn], con todo mi Corazón, mi querido Amigo, tu más Sincero Amigo,

W.A. Mozart

Estas obras no solo son testamentos musicales de la maestría compositiva de sus creadores, sino también reflejos íntimos de sus relaciones más preciadas. A través de estas piezas, podemos vislumbrar la profundidad de los lazos de amistad que inspiraron algunas de las más grandes músicas jamás compuestas.

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