5 datos curiosos acerca de TÁR: la ficción más allá de la música clásica

Cate Blanchett en la banda sonora de Tár

Una filarmónica enmascarada, semejanzas con personalidades de la música clásica y más curiosidades acerca de la película TÁR nominada a seis premios Óscar.

Desde su estreno en el Festival Internacional de Cine de Venecia, la película TÁR dirigida por Todd Field es epicentro de críticas muy diversas sobre la forma en que se representa el universo de la música clásica. El guion, a cargo del mismo director, genera muchos interrogantes pero el ingrediente más memorable es la actuación de Cate Blanchett como la compositora y directora de orquesta Lydia Tár, por la que ya recibió un Globo de Oro y es favorita para el próximo Óscar.

TÁR es una ficción y no se trata de una película biográfica (biopic).  Sin embargo, la construcción del drama alrededor del abuso de poder en la figura de una directora de orquesta, enciende los debates actuales y el film se percibe con el prisma de la realidad.

Estas son cinco curiosidades que intervienen en la producción y recepción de TÁR, la película que ya está en cines argentinos:

1. Cate Blanchett tomó clases de música y alemán para ser Lydia Tár

A la producción de TÁR le interesaba que todos los actores interpretaran la música. Cate Blanchett ya sabía leer partituras, durante su infancia estuvo en un coro y estudió piano, pero encarnar a la famosa Lydia Tár requería la formación de nuevas destrezas.

Para las escenas que representan los ensayos con la Filarmónica de Berlín, la actriz aprendió alemán y tomó clases con Natalie Murray Beale, directora de orquesta australiana que participa en la grabación de la banda sonora.

También, Blanchett aprovechó para retomar las lecciones de piano mientras filmaba su próxima película en Budapest, donde estudió con Emese Virág, profesora de la Academia Liszt.

2. La Filarmónica de Berlín no es lo que parece

En un sentido inverso, muchos músicos se convirtieron en actores. Tanto la preproducción como el rodaje de TÁR contó con la colaboración de profesionales que trabajan en la escena de la música clásica.

La supuesta Filarmónica de Berlín, que dirige la protagonista en los ensayos, en realidad está integrada por músicos de la Filarmónica de Dresde. Esta orquesta, además, prestó su sala de conciertos recientemente remodelada como espacio de filmación.

Sin lugar a dudas, quien se lleva el protagonismo entre los músicos es Sophie Kauer. Con diecinueve años de edad pero con mucho estudio, la joven violonchelista nunca había tocado junto a una orquesta profesional y, a pesar de ser inglesa, encarna a la rusa Olga Metkina.

Pero, ¿qué obras interpretan estos músicos y actores?

Sala de conciertos de la filarmonica de dresde
La arquitectura de la sala donde se filmó la película es similar a la de la Filarmónica de Berlín
3. Gustav Mahler y Edward Elgar como ejes del drama

Desde el comienzo del film se exhiben los usos y costumbres del medio artístico. En este caso, Lydia Tár participa de una entrevista con Adam Gopnik (escritor en la vida real) donde anticipa su próximo libro y la culminación de un pretencioso proyecto: la grabación del ciclo completo de las sinfonías de Mahler con la Filarmónica de Berlín para Deutsche Grammophon.

El drama avanza a medida que se desarrollan los ensayos de la Quinta Sinfonía, escrita entre los veranos de 1901 y 1902 cuando el compositor conoció y se casó con Alma Schindler. Durante la película toma especial protagonismo el primer movimiento, la marcha fúnebre (Trauermarsch) que inicia con un solo de trompeta.

Para acompañar la sinfonía se selecciona el famoso Concierto para violonchelo de Edward Elgar, situación que demuestra en la película cómo se vinculan los intereses personales y profesionales de la protagonista. Además, se menciona como interpretación ejemplar la realizada por Daniel Barenboim y Jacqueline du Pré, quien popularizó la obra en la década de 1960 a casi cuarenta años de su estreno.

4. Reconocimiento y rechazo en la escena de la música clásica

La presencia de instrumentistas profesionales, los planos secuencia (tomas sin cortes) y las constantes referencias al universo de la música clásica generan un discurso que, para muchos espectadores, trasciende el registro de la ficción.

Desde el principio es evidente que algunas características de Lydia Tár relevantes para la historia coinciden con la famosa figura de Marin Alsop: ambas son pioneras como directoras titulares de grandes orquestas, lesbianas y fueron discípulas de Leonard Bernstein.

Mientras que algunas críticas celebran el debate actual motivado por la película, Alsop admitió estar “ofendida” con respecto al desarrollo del personaje: «Tener la oportunidad de representar a una mujer en ese papel y convertirla en una maltratadora, para mí fue desgarrador”, comentó a The Times.

A modo de réplica, Blanchett resaltó que TÁR no es una película sobre música clásica, sino que es un provocador ensayo acerca de los mecanismos del poder institucional presente en todos los ámbitos. 

“No creo que se hubiera podido hablar de una manera tan profunda acerca de la naturaleza corruptora del poder como hizo Todd Field, si en el centro de la película había un hombre (director de orquesta) porque ya conocemos esa situación. El poder es una fuerza corruptora independientemente del género que nos afecta a todos”, dijo a la BBC.

La portada de la banda sonora de TÁR (2022) y de la Quinta Sinfonía de Mahler por Claudio Abbado (1993)
La portada de la banda sonora de TÁR (2022) y de la Quinta Sinfonía de Mahler por Claudio Abbado (1993)
5. La banda sonora: entre un canto chamánico y la imitación a Claudio Abbado.

La banda sonora que lanzó Deutsche Grammophon es una extensión del universo ficcional de la película, ya que exhibe el proceso de producción de las pistas musicales. De esta manera, algunos tracks son interrumpidos por comentarios realizados en las sesiones de grabación y los fragmentos de la Quinta Sinfonía que dirige Cate Blanchett finalizan con indicaciones de su personaje.

Además de la Filarmónica de Dresde también participa la Orquesta Contemporánea de Londres que interpreta la música original creada por Hildur Guðnadóttir, compositora islandesa ganadora del Óscar por la banda sonora de Joker (2019). Mientras que el Concierto para violonchelo de Elgar está a cargo de la Sinfónica de Londres y Natalie Murray Beale.

Para terminar, el álbum incluye Cura Mente, un canto de la chamana Elisa Vargas Fernández que acompaña los créditos iniciales de la película para hacer referencia a los ficticios estudios de Lydia Tár sobre la música del pueblo Shipibo-Conibo en el Amazonas. 

A partir del estreno de TÁR, Deutsche Grammophon aprovechó para lanzar la versión en vinilo de la Quinta Sinfonía de Mahler que grabó Claudio Abbado con la Filarmónica de Berlín en 1993. La portada de este disco es imitada constantemente en la película.

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